Globoeconomía

El “Rusiagate” ya salpica a cinco funcionarios

Katherine Benítez Piñeros

A esos líos se suma el aumento de evidencias de los nexos de algunas personas del círculo cercano del Presidente con el Kremlin. En total cinco miembros del gabinete han sido salpicados por lo que los medios llaman como “Rusiagate”.

El caso más reciente es el del Fiscal General Jeff Sessions, quien, de acuerdo con el Departamento de Justicia, se reunió en julio y septiembre del año pasado con Sergey Kislyak, embajador ruso en Estados Unidos, es decir, en plena campaña presidencial donde sirvió como asesor de Trump en materia de política exterior y otros temas. 

El Fiscal declaró bajo juramento que no tuvo contacto con el gobierno ruso y para la Casa Blanca la reunión de Sessions se hizo en su calidad oficial de miembro de la Comisión de las Fuerzas Armadas del Senado.

Incluso, el presidente Donald Trump manifestó su total confianza en el Fiscal General y afirmó que no creía que debía abstenerse de las investigaciones. Sin embargo, Sessions, durante una rueda de prensa decidió retirarse de la investigación sobre la injerencia de Rusia en EE.UU. 

La gravedad de esto, según María Murillo, profesora del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Columbia, es, por un lado, que haya mentido ante el Senado en su audiencia de confirmación, y por otro, que la cercanía se dé con un gobierno no democrático. 

Sin embargo, no es el primero de los funcionarios cercanos al mandatario estadounidense que también han sido investigados por tener vínculos con Rusia. A Michael Flynn su cargo como asesor de Seguridad Nacional solo le duró 24 días, ya que se descubrió que también había conversado con Sergey Kislyak sobre las sanciones que el gobierno del expresidente Barack Obama impondría a Rusia por los ciberataques durante la campaña electoral. 

Otros de los salpicados fueron Paul Manafort, jefe de la campaña entre abril y agosto de 2016, quien presentó su renuncia luego de que saliera a la luz que había trabajado de forma encubierta para un partido político prorruso en Ucrania. 

Carter Page y Roger Stone, cuyas comunicaciones y transacciones financieras fueron investigadas por las agencias de inteligencia.

Sin duda, esta serie de atropellos durante el inicio del gobierno de Donald Trump han hecho que su nivel de aprobación sea solo de 44%.  No obstante, para Miguel Benito, profesor de la Universidad Sergio Arboleda, aunque este tipo de situaciones ponen en duda la independencia con la que gobierna Trump, para los ciudadanos es fundamental ver resultados económicos en el corto plazo, por lo que considera que este hecho no movilizará a la ciudadanía y, por lo tanto, es exagerado seguir llamándolo “Rusiagate”. “Eso sí hay que ver cómo evoluciona”, apuntó.

Ben Carson y Rick Perry, los nuevos secretarios

En una jornada movida por los vínculos de Trump con Rusia, el Senado estadounidense confirmó al neurocirujano Ben Carson como nuevo secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano y al exgobernador de Texas, Rick Perry, como secretario de Energía. Para los críticos, Carson es hombre sin experiencia previa en el gobierno y tiene una visión conservadora de la asistencia pública. Entre tanto, Perry, aunque tuvo más apoyo entre los demócratas, tendrá el reto de frenar el cambio climático; enfrentar posibles recortes en mano de obra y gasto en el departamento y tratar los asuntos relacionados con las regulaciones. 

Las opiniones

Miguel Benito
Historiador Internacionalista y profesor de la Universidad Sergio Arboleda
“Donald Trump busca tener buenos contactos para tener un diálogo más frecuente y abierto con Rusia. De ahí la importancia de Rex Tillerson en la Secretaría de Estado”.

María Murillo
Profesora del departamento de ciencia política  de la U. de Columbia

“La principal consecuencia es que los demócratas busquen la renuncia de Sessions. La gravedad no es tanto la reunión, sino haberla negado ante el Senado”.