Empresarios y el gobierno alemán alertan sobre la creciente dependencia de China
domingo, 25 de septiembre de 2022
El considerable déficit comercial con China y el aumento de sus inversiones en Alemania han generado la preocupación oficial
El Observador - Montevideo
El puerto de Hamburgo, el más grande de Alemania es actualmente la puerta principal para el comercio con China que es el mayor usuario de las instalaciones. Durante la primera mitad de 2022, más de 1.3 millones de contenedores entraron desde China para proveer a las industrias y consumidores alemanes.
Cosco, el gigante chino de transportes marítimos quiere invertir en el puerto un valor equivalente al 35% del total de su valor para transformar la terminal en el nudo principal de sus operaciones europeas.
Las dudas que tiene el ministro de Economía alemán Robert Habeck sobre la aprobación de la inversión china que podría llegar a ser rechazada son una de las expresiones del debate abierto en Alemania sobre la creciente dependencia de la economía china.
En ese sentido, Halbeck ha anunciado que se comenzará a implementar “una política comercial más vigorosa con China”, después de la reunión del G7 a mediados de este mes. “El tiempo de la ingenuidad con China ha terminado”, expresó también en esa oportunidad.
En mayo, su ministerio había denegado el permiso para otorgar garantías al grupo Volkswagen para sus inversiones en China, lo que significó un sacudón en el mundo de los negocios, acostumbrado a que las inversiones alemanas en China habían contado siempre con los avales de su gobierno, para invertir y exportar hacia el país asiático.
Pero la medida del gobierno no parece haber afectado demasiado el volumen exportador de las empresas manufactureras alemanas que de acuerdo con un estudio del Instituto Alemán de Economía (IW) alcanzó la cifra récord de € 10 mil millones en la primera mitad de este año.
Las automotrices y las compañías químicas especialmente siguen poniendo sus pies en territorio chino. Los cuatro gigantes de la industria alemana -BMW, VW, Mercedes y BASF- representan la tercera parte de las inversiones europeas directas en China.
El 80% de las inversiones europeas en China está concentradas en 10 empresas, pero según Jörg Wuttke, de la Cámara Europea de comercio con China, alerta por la dependencia de importaciones chinas en el rubro de las tierras raras, insumos para la industria farmacéutica y sistemas fotovoltaicos. Pero la dependencia con China -aclara- es muy distinta de la existente con Rusia. “Tenemos un gasoducto de gas y petróleo desde Rusia, pero con China tenemos un “gasoducto” que nos trae juguetes, muebles, equipos deportivos, ropa y zapatos”. La mayoría de estos productos podrían fácilmente fabricarse en otra parte, afirma Wuttke.
Alrededor del 3% de los puestos de trabajo alemanes dependen de las exportaciones a China, según Jürgen Matthes, del IW, lo que significa un millón de trabajadores, que es una cifra relevante, aunque la fuerza de trabajo alemana asciende a 45 millones de personas. Esto indicaría, de acuerdo con Matthes, que, si bien la dependencia con China a nivel macroeconómico es importante, no lo es tanto como la prensa suele mostrarlo.
Matthes advirtió sin embargo que esta dependencia plantea un problema político, ya que la postura de Pekín sobre la guerra de Ucrania y su posición militar con respecto a Taiwán ponen en tela de juicio los negocios alemanes con la segunda economía del mundo.
“Las interdependencias económicas con China se han movido en la dirección equivocada a un ritmo tremendo en la primera mitad de 2022″, dijo el economista.
La cuota de China en las importaciones alemanas aumentó al 12,4% en el primer semestre de 2022, frente al 3,4% del año 2000, mientras que las importaciones alemanas de productos chinos aumentaron en valor un 45,7% interanual durante ese semestre, según el IW.
El déficit comercial de Alemania con China se ha disparado hasta casi € 41.000 millones a mediados de 2022, IW y probablemente la diferencia se ampliará aún más.
Para poner limites a esta creciente dependencia, la coalición gobernante ha comenzado a presionar a las compañías para que reconsideren sus vínculos con China.
A mediados de este mes, la ministra de Relaciones Exteriores Annalena Baerbock, en un discurso ante líderes empresarios, dijo que no se podía esperar simplemente a que las cosas no fueran mal con los regímenes autocráticos y anunció que se implementaría una nueva aproximación hacia China en el marco de una nueva estrategia de Seguridad Nacional.
“ES importante que aprendamos de nuestra dependencia con Rusia para considerar una nueva estrategia con China” afirmó.
Por su parte, el ministerio de Economía está considerando la forma de alentar a las compañías a invertir en otros países asiáticos en lugar de China. Las inversiones y avales de gobierno están siendo reconsideradas en ese sentido, como en el caso del banco estatal KfW Bank que está evaluando si desescala sus planes en China para ofrecer préstamos para invertir en otros países como Indonesia.
La federación de Industrias Alemanas (BDI) también ha debatido normas para el comercio exterior y la cooperación con autocracias, sugiriendo un concepto de “coexistencia responsable en las políticas de comercio exterior y límites claros para cualquier cooperación”.
Pese a las prevenciones existentes por la relación asimétrica existente con China, muchos empresarios piensan que el cambio de orientación del ministro de Economía ha ido demasiado lejos.
“En principio, el apoyo y la protección del Gobierno a las compañías alemanas en China se debe mantener”, dijo Friedolin Strack, director ejecutivo del comité Asia-Pacífico de negocios alemanes (APA) a la agencia Reuters e insistió en que las inversiones chinas deberían ser bienvenidas en Alemania y Europa aunque no aclaró si ese criterio incluía a la posible inversión china en el puerto de Hamburgo.