La mayoría de los trabajadores estadounidenses han estado recibiendo aumentos salariales que superan la tasa de inflación en los últimos meses, pero el promedio oculta los valores atípicos, y una proporción cada vez mayor ve sus salarios congelados, según muestran los datos del Banco de la Reserva Federal de Atlanta.

Más de 12% de los trabajadores no han recibido un aumento en los últimos 12 meses, la mayor cantidad en más de dos años, según el Wage Growth Tracker de la Reserva Federal de Atlanta, que mide la distribución de los aumentos salariales así como el promedio.

Según una medida suavizada, la proporción de la fuerza laboral que está experimentando un congelamiento salarial está aumentando al ritmo más rápido desde 2010.

El telón de fondo es una desaceleración de la tasa de inflación, que está aliviando la presión para que los salarios estén a la altura del costo de vida. Ahora hay más optimismo en cuanto a que la Reserva Federal pueda controlar la inflación sin desencadenar una recesión, lo que sería una buena noticia para los trabajadores porque, junto con la pérdida de empleos, las congelaciones salariales también se volvieron más frecuentes en las dos últimas crisis económicas.

En el extremo superior de la distribución de la Reserva Federal de Atlanta, más de una cuarta parte de los trabajadores vieron su salario aumentar en al menos 16% en los 12 meses hasta enero.

Muchos de los enormes aumentos se concentran en profesiones de alta demanda como la enfermería, dice Giacomo Santangelo, economista de Monster, un servicio que conecta a las personas con los empleos disponibles. Él ve una disparidad en la demanda laboral, que se centra cada vez más en grupos con habilidades especializadas.

“A pesar del reciente crecimiento salarial, esta brecha exacerba la presión financiera sobre los trabajadores y los consumidores en general”, dice Santangelo.

Los datos salariales de la Reserva Federal de Atlanta se basan en medidas del crecimiento salarial nominal de los mismos individuos durante un período de 12 meses.

El caso europeo

Los salarios negociados en la eurozona aumentaron 4,5% a finales de 2023, según el Banco Central Europeo, lo que calmó los temores de que el alza de los salarios pueda mantener la inflación por encima de la meta.

Aunque sigue siendo elevado, el incremento salarial en el cuarto trimestre es inferior al máximo de 4,7% que registró la eurozona en los tres meses anteriores, según el índice de salarios negociados publicado el martes por el Banco Central Europeo.

El indicador -que muestra las posibles presiones salariales mediante el procesamiento de datos de países no armonizados- esta vez era más esperado de los normales, dado que los banqueros en Fráncfort están más concentrados en los costos laborales como un factor clave para decidir cuándo recortar las tasas de interés.

Muchos, sin embargo, están aún más interesados en ver las cifras del primer trimestre de 2024, las cuales se publicarán en mayo, antes de implementar una flexibilización de la política monetaria.

“Esta desaceleración en el aumento salarial observada a finales del año pasado debería traer cierto alivio para que la temida espiral salario-precio no se desarrolle en la eurozona”, dijo Carsten Brzeski, director global de macroeconomía de ING.

El panorama visto durante meses atrás

El rastreador de Indeed reveló que, en diciembre, el crecimiento salarial fue más lento que el registrado tres meses antes en casi cuatro de cada cinco ocupaciones. A su vez, las tasas de inflación de los precios al consumidor han caído más rápidamente que la tasa de crecimiento de los salarios. Eso significa que muchos trabajadores - que tenían dificultades para mantener el ritmo del costo de vida, pese a que recibían mayores aumentos salariales- ahora están saliendo adelante. El indicador del salario promedio real por hora, ha sido positivo durante los últimos meses.