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Escándalo golpea a la mayor entidad crediticia de Brasil

Bloomberg

Pero los sabuesos de la corrupción de Brasil nunca duermen. Es por eso que tal vez no sea una sorpresa que incluso mientras el vicepresidente Michel Temer asume, la investigación apodada “Lava autos” sobre una red de sobornos (que ya ha salpicado a buena parte del ‘establishment’ político de Brasil y golpeado a Petrobras) amenaza ahora con llegar a la principal entidad financiera estatal.

Investigadores federales detuvieron al exministro de Hacienda Guido Mantega para interrogarlo sobre presuntas actividades ilícitas en el Banco Nacional de Desarrollo Social, más conocido por su sigla Bndes. Los investigadores trabajaban sobre acusaciones del magnate de la construcción Marcelo Odebrecht de que Mantega los había presionado a él y a otros contratistas para que hicieran donaciones de campaña a aliados políticos a cambio de préstamos subsidiados del banco de desarrollo.

Funcionarios gubernamentales hasta recurrían a la constructora durante reuniones de rutina para el financiamiento de candidatos favorables al Gobierno, habría dicho Odebrecht a los fiscales.

Mantega rechazó las acusaciones. El presidente del Bndes, Luciano Coutinho, afirmó que el banco concedía sus codiciados préstamos con subsidios sólo según estrictos criterios técnicos y financieros. 

Lo que está en juego excede lo crediticio. La nube que ensombrece el banco de desarrollo es una evidencia más de cómo ambiciones políticas desbocadas han llevado a las instituciones más respetadas del país a impulsar una agenda partidaria con dinero de los contribuyentes.

Corrupción sistémica
El daño es evidente en Petrobras, que pasó en diez años de gigante energético a ahuyentar inversionistas debido a una “corrupción sistémica”, en palabras del juez federal Sergio Moro, que interviene en el caso “Lava autos”. Ahora una de las prioridades del Gobierno interino será restablecer la confianza también en la mayor entidad crediticia del país.

Con dinero fácil y políticas de crédito con frecuencia menos que transparentes, los bancos de desarrollo estatales son blancos tentadores para los partidos gobernantes y sus aliados. Los bancos tienen por objeto estimular el crecimiento económico mediante el uso de dinero para el financiamiento de proyectos que de lo contrario no se concretarían.

Los montos son especialmente grandes en el Bndes, que en 2010 distribuyó préstamos por US$101.000 millones, más de tres veces el total que otorgó el Banco Mundial y alrededor de  20% más que el China Development Bank.