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Euro logra rearmarse antes de lo previsto luego de la rendición del BCE a la inflación

Bloomberg
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La última semana récord de la moneda se puede condensar en la jornada del jueves, cuando fue la mejor del euro frente al dólar

El Economista - Ciudad de México

La primera semana de febrero marcó un hito importante al registrar el mejor cruce del euro con el dólar desde marzo de 2020. De acuerdo con datos a media sesión de este viernes, la divisa española habría subido alrededor de 2,5% en cinco días, al pasar de US$1,115 a los US$1,114.

Este suceso habría adelantado de un solo golpe, la valoración media de los expertos para todo el año, que probablemente incluso se revise al alza en las próximas semanas, favoreciendo las importaciones del conjunto de la eurozona, especialmente críticas para los países, como España, y empresas más dependientes de la energía extranjera gas y petróleo, disparada en los últimos meses y denominada en dólares, y para los más afectados por las presiones inflacionistas que envuelven el comercio mundial por los cuellos de botella como son los sectores industriales más intensivos en demanda de insumos.

Fue el Banco Central Europeo (BCE) el que provocó el recital de hitos en el mercado en general, y concretamente en el de divisas. La última semana récord de la moneda común se puede condensar en la jornada del jueves, que fue la mejor del euro frente al dólar en cuatro años. Pura intensidad.

Christine Lagarde, presidenta de la institución que pilota la política monetaria del club comunitario, dio un giro ese día ante la prensa en su discurso, marcado hasta ahora por la prioridad de no ahogar la recuperación económica con un endurecimiento rápido de las condiciones de financiación, y admitió que la escalada de la inflación es para preocuparse, abriendo la puerta a un incremento de los tipos de interés oficiales incluso en este 2022, en línea con la ruta de retirada de estímulos que ya ha emprendido el Banco de Inglaterra este mismo jueves anunció el segundo incremento del precio del dinero 0,25% consecutivo, tras el de diciembre y que iniciará la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos a partir de marzo.

"El cambio de tono en la reunión del Banco Central Europeo fue el principal impulsor del cambio en el sentimiento del euro, ya que la presidenta Lagarde hizo hincapié en los riesgos de las perspectivas de inflación a medio plazo, allanando el camino para un posible cambio en la política general en la reunión de marzo, y se negó a repetir sus declaraciones de diciembre de que el banco central no subirá los tipos este año, a pesar de que dos periodistas le preguntaran expresamente sobre ello", resume el equipo de analistas de Monex Europe.

El viraje de Lagarde salpicó tanto al mercado que uno de los grandes pesimistas respecto a la divisa comunitaria, el estratega de Deutsche Bank George Saravelos, corrió a recomendar a sus clientes que compraran euros: "El BCE ha hecho un cambio comparable al de la Fed en junio (del año pasado)", escribió este jueves. Era precisamente la señal que esperaba la firma de inversión del banco alemán para cargar sobre el euro.

La moneda común había llegado a corregir 9,5% desde US$1,23 que alcanzó en enero de 2021, hasta US$1,115. Suelo desde el que ya rebota 2,5%. "El giro hacia un endurecimiento más rápido por parte del BCE proporcionaría un contexto más positivo para el euro, aunque es posible que no haya una orientación más explícita hasta la reunión de marzo, en la que (el banco central) renovará de sus perspectivas macroeconómicas", matiza Dominic Bunning, jefe de análisis de divisas europeas en HSBC Holdings.

A corto plazo, y pese a que el coste de cubrirse de una recaída del euro se encuentra por debajo del 1%, en zona de mínimos de los últimos meses, la divisa habría adelantado ya buena parte del año, o todo, al alcanzar 1,14 dólares, y el riesgo de depreciación está más limitado, con los mínimos de este 2022, US$1,115, como referencia de un escenario en el que se pensaba que el BCE iba a tardar mucho más en seguir la estela de la Fed o del Banco de Inglaterra.

En el calendario a medio plazo, la celebración de los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín, que comenzaron este viernes 4 de febrero y que terminan el día 20 de este mismo mes, podrían relajar la política Covid cero en China, la fábrica del mundo, que ha exacerbado los cuellos de botella en el comercio mundial, aliviando una gran amenaza para la recuperación económica de la eurozona.

Mientras, el transcurso de las semanas sin más sucesos que acumulación de fuerzas armadas en las fronteras de Ucrania, el otro gran foco de incertidumbre ante la amenaza de invasión de Rusia, acerca fechas más cálidas, en las que la potencia que preside Vladimir Putin perderá la posición privilegiada de productor de gas y petróleo respecto a la Unión Europea (UE).

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