Evolución y aporte de los drones en conflictos los posicionan como las arma del futuro
sábado, 17 de febrero de 2024
En otoño pasado, los drones ayudaron a destruir 75 tanques rusos y 101 cañones de alto poder como prueba de efectividad
Hace 60 años las únicas armas no tripuladas en el aire, que se veían en las guerras, eran las que estaban en las películas. De hecho lo que hoy se conoce como dron se popularizó en From Russia with Love una de las entregas de James Bond en 1963 que hacía parte de la estrategia militar y de espionaje futurista.
Eso que pasó en el cine luego migró a los conflictos reales, recién terminaba la guerra de Vietnam en los años 70, el Ejército de Estados Unidos se estrenaba con un artefacto aéreo no tripulado que hasta el día de hoy se desarrolló en la industria de drones militares. Recientemente, un informe de la revista The Economist catalogó a estos artefactos como “los drones asesinos, el arma del futuro”.
Ahora son más comunes de lo que parecen, por cada 10 drones que se venden en el mundo, siete corresponden a la industria militar, los restantes son los que fotógrafos o el comercio en general usa de manera dinámica, pero la mayoría está enfocada en tener precisión en un objetivo, como los que ya se han visto en la Franja de Gaza por las disputas entre Hamas e Israel, o aún más común en Ucrania en medio de la defensa contra Rusia.
Para The Economist es interesante cómo “los proyectiles de artillería estadounidenses guiados por GPS cuestan US$100.000. Debido a que las armas inteligentes son caras, escasean. Por eso es que, en 2011, se les acabaron a los países europeos en Libia. Israel, más ansioso por conservar sus arsenales que por evitar daños colaterales, ha hecho llover bombas no guiadas sobre Gaza. Sin embargo, ¿y si se pudiera combinar precisión y abundancia?”.
Francesco Castellano, consultor y autor del informe global de ‘Drones y revolución’ explicó que solo en 2012 ya se empezaba a profundizar en esos objetos para la industria militar con movimientos relativamente pequeños frente a las inversiones de hoy.
“Los fondos de capital de riesgo inyectaron US$1.500 millones ese año a un grupo de desarrolladores que se dedicaron a los drones de alta precisión y fuerte impacto” resaltó Castellano.
Pero el salto se notó con fuerza durante la última década, El Centro de Investigación Militar de la Universidad de Génova calcula que la demanda de esos artefactos ya genera movimientos en más de US$150.000 millones, “y ante los estallidos globales fácilmente puede escalar hasta más de US$200.000 millones a la vuelta de dos años” escribieron en su reporte de cierre de 2023.
Drones más recursivos
La publicación ingresa sugiere que por primera vez en la historia de la guerra, esa pregunta está encontrando una respuesta en los campos de batalla de Ucrania. El informe muestra cómo los drones de visión en primera persona (FPV, por su sigla en inglés) se están multiplicando en el frente.
“La guerra también está volviendo omnipresentes los drones FPV y sus primos marítimos. En enero, hubo 3,000 ataques verificados con drones FPV. Esta semana, Volodímir Zelenski, el presidente de Ucrania, creó la Fuerza de Sistemas No Tripulados, dedicada a la guerra con drones. En 2024, Ucrania va en camino a construir entre uno y dos millones de drones. Lo sorprendente es que esa cifra coincidirá con el consumo reducido de proyectiles de Ucrania (que es bajo porque los desvergonzados congresistas republicanos le están negando a Ucrania los suministros que necesita)”.
El reporte de The Economist también encontró que “en una semana del otoño pasado, los drones ucranianos ayudaron a destruir 75 tanques rusos y 101 cañones de alto poder, entre otras muchas cosas. Rusia tiene sus propios drones FPV, aunque sus blancos suelen ser búnkeres, trincheras y soldados. Los drones ayudan a explicar por qué a ambos bandos se les complica tanto desplegar ofensivas”.
Finalmente, dicen que los drones inteligentes también plantearán cuestionamientos en torno a cómo los ejércitos libran guerras y si los humanos pueden controlar el campo de batalla.