España

Felipe VI reclama "una España sólida y unida, sin divisiones ni más enfrentamientos"

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RIPE:

El Rey defiende y reivindica el espíritu de la Transición de 1978, que permitió a España alcanzar "su mejor expresión en el entendimiento mutuo"

Expansión - Madrid

Felipe VI defendió hoy ante los grupos políticos, diputados y senadores, el espíritu de la Transición de 1978, que permitió a España alcanzar "su mejor expresión en el entendimiento mutuo, sin imposiciones ni exclusiones" e instó a las fuerzas políticas a bajar el diapasón de la crispación, porque "la obligación de todas las instituciones es legar a los españoles más jóvenes una España sólida y unida, sin divisiones ni enfrentamientos".

Así lo ha afirmado el monarca durante una intervención muy aplaudida por la mayoría de diputados y senadores, en la que ha enfatizado el legado de los españoles de hace 45 años, que "nos dejaron una Constitución, que es el alma de nuestra democracia y libertad, con un espíritu inclusivo de ideales y convicciones y un propósito común como jamás habíamos tenido. Una España serena, ilusionada, confiada en su futuro".

En una intervención que había generado gran expectación, y siempre dentro de la neutralidad que impone su cargo institucional, Felipe VI fue más allá y revindicó "el profundo significado de aquel gran pacto entre los españoles" que en 1978 alumbró la Constitución. "Debemos honrar su espíritu, respetarla y cumplirla, para hacer efectiva la definición de España como un Estado Social y Democrático de Derecho", señaló en una afirmación de alto contenido político por las circunstancias en que se produce.

El Rey hizo este llamamiento durante el acto solemne de apertura de la XV Legislatura en el Congreso de los Diputados, que se perfila como la más incierta y difícil en la historia de la Democracia por los pactos suscritos por Pedro Sánchez con el independentismo catalán para ser investido presidente, que contemplan una ley de amnistía, ya admitida a trámite en el hemiciclo; la apertura de una negociación para un referéndum de independencia, y condonaciones multimillonarias de deuda a Cataluña, aunque extensibles al resto de Ccaa.

Un rosario de cesiones al separatismo sin precedentes que ha crispado y polarizado a la sociedad civil española hasta cotas nunca vistas, en el marco de una legislatura que arranca con pies de barro ante las exigencias de los socios de Sánchez, que ya le han advertido de que su mandato naufragará si no cumple los acuerdos sellados.

Unos socios que buscan dividir a España, que no creen en sus instituciones y que este miércoles, al igual que ocurrió hace cuatro años, han dado plantón al monarca, con Junts, ERC, EHBildu y BNG ausentándose de la ceremonia. Los tres últimos han difundido un comunicado conjunto antes del inicio del acto mostrando su rechazo a la Corona e insitiendo en que no les "representa" bajo el elocuente lema: "No tenemos Rey. Democracia, libertad, repúblicas" y afirmando que la monarquía "es una institución anacrónica, incompatible con principios democráticos esenciales en tanto que hereditaria y vitalicia".

Son los mismos socios que han facilitado la investidura de Sánchez y de los que depende la legislatura, hasta el punto de que el prófugo Carles Puigdemont llegó a decir el martes que estaría dispuesto a apoyar una hipotética moción de censura del PP contra Sánchez si éste incumple su palabra, posibilidad que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo ha rechazado hoy de plano: "No podría aceptar sus condiciones porque son ilegales y atentan contra la Constitución y la igualdad de los españoles", ha afirmado.

Durante su discurso, en el que la palabra Constitución ha sido una de las más repetidas (hasta en 14 ocasiones), Felipe VI ha puesto el acento en la España que hederarán los jóvenes, señalando ante las fuerzas parlamentarias que "para los jóvenes, la democracia no es una aspiración, como lo fue para sus padres y abuelos, sino una realidad en la que han nacido, han crecido, y en la que se han formado como personas".

A lo largo de su intervención, el monarca ha puesto el acento en la España que heredarán los jóvenes, señalando ante las fuerzas parlamentarias que "para los jóvenes, la democracia no es una aspiración, como lo fue para sus padres y abuelos, sino una realidad en la que han nacido, han crecido, y en la que se han formado como personas". Y resaltando que "el futuro siempre es promesa de algo mejor y nuestros jóvenes, que serán sus protagonistas, aspiran con todo derecho a esa mejora".

Armengol: mayoría legítima

Por su parte, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que intervino antes que el Rey, defendió la legitimidad de la mayoría parlamentaria sobre la que se sustenta el Gobierno de Pedro Sánchez, que ha desatado una ola de críticas y de tensión entre muy diferentes colectivos de la sociedad civil por su cesiones al separatismo y, en especial, por sus menciones al lawfare o supuesta judicialización de la justicia, que según los propios jueces, fiscales y abogados pone en jaque la separación de poderes y la independencia judicial.

"La formación del nuevo Gobierno ha necesitado de tiempo, diálogo, negociación y toma de decisiones; la decisión de esta mayoría parlamentaria es legítima y emana de la voluntad de los ciudadanos ejercida el 23 de julio", señaló Armengol, quien pidió "debate, diálogo, escucha activa y respeto". La presidenta del Congreso, que habló de la Constitución como "punto de encuentro", señaló que "no solo debemos comprometernos a ejercer el parlamentarismo de forma leal y honesta, sino también a evitar, en todo momento, su degradación y, por supuesto, su desaparición.

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