FMI le pone número a caída de pensiones tras retiros de fondos y propone opciones

A la espera de que se ratifique a 155 constituyentes electos que escribirán la nueva carta magna, la reforma de pensiones sigue en el centro de las preocupaciones nacionales.

De hecho, según la última encuesta Cadem el tema es el segundo más mencionado al preguntar por los tópicos a tratarse en la convención, superado solo por el garantizar derechos sociales.

En la publicación de su Artículo IV -o revisión anual- el mes pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) entró de lleno al debate previsional, con propuestas de cómo mejorar el sistema. Pero, para ello, realizó un análisis acabado del funcionamiento actual, considerando el impacto a largo plazo de los retiros de los fondos de AFP.

Para los afiliados actuales, la entidad proyecta que las pensiones autofinanciadas caerían, en promedio, 16% como consecuencia de los dos primeros retiros, llegando a 20% la merma media para las mujeres, y a 15% la de los hombres.

Al analizar por edad, los hombres de 20 años sufrirían reducciones promedio en las cotizaciones individuales de 5% a 10% luego de los retiros, mientras que para los grupos de edades más avanzadas las disminuciones pueden llegar a 53%.

Gracias al aumento en el complemento del gobierno asociado al pilar solidario, la caída promedio de las pensiones totales sería menor, de alrededor de 5%. Pero, dadas las mayores presiones a las finanzas públicas, los costos fiscales llegarían a su peak en 2060, cuando los retiros significarían un aumento de 6% en los mismos (0,12% anual del PIB), en relación con los niveles previos.

Caminos de reforma

“El sistema de pensiones de Chile después del covid-19: Opciones de impacto y reforma”, se titula el capítulo que sugiere que los aumentos en las tasas de cotización, la edad de jubilación y las densidades de cotización “podrían conducir a mejoras significativas en las tasas de reemplazo esperadas”.

Así, el apartado elaborado por Chris Evans y Samuel Pienknagura defiende que “muchas combinaciones de reformas que ajustan varios parámetros en conjunto pueden conducir a aumentos considerables en las tasas de reemplazo esperadas”.

El análisis realiza varios ejercicios. Por ejemplo, plantea que un aumento de seis puntos porcentuales a la pensión autofinanciada implicaría que la tasa de reemplazo esperada para el promedio de los afiliados actuales subiría a 40%, desde 35%, y para el grupo de 20 a 25 años el salto sería a 45%, desde 34%.

Pero, “las reformas que abordan múltiples parámetros podrían lograr resultados similares con cambios más graduales”, además de tener un mayor impacto en comparación con las que se centran en un solo parámetro.

Suponiendo que un proyecto aumenta simultáneamente la tasa de contribución a 16%, sube la edad de jubilación a 67 años tanto para hombres como para mujeres, y la densidad de contribución mejora a 70%, esto implicaría que la tasa de reemplazo promedio subiría a 50% para un trabajador promedio, desde 35% actual.

Para los jóvenes, el efecto de sería “mucho mayor”, debido a que con la misma reforma, las tasas de reemplazo esperadas subirían a 66% para los hombres de 20 a 25 años y a cerca de 59% para las mujeres del mismo grupo.

El Fondo advierte que “la densidad de cotización no es un parámetro de política per se”, y explica que subirla requerirá implementar políticas que estimulen la participación en el mercado laboral e impulsen los empleos formales.

El análisis explica que fortalecer la capitalización individual abriría un espacio fiscal para mejorar el componente solidario, por lo que la propuesta de reforma simultánea significaría una reducción del costo fiscal del sistema en 0,8% del PIB en 2060. “Dicho espacio fiscal podría utilizarse para fortalecer el componente solidario de las pensiones de manera focalizada”, dice el FMI.

Según el documento, “es el momento de realizar una reforma más integral que preserve el núcleo sólido del sistema, la parte autofinanciada, al tiempo que atiende las necesidades de solidaridad”. Además, se recomienda actualizar periódicamente los parámetros del sistema, para adaptarse a los cambios en la esperanza de vida y el mercado laboral.