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Gobierno chino ha convertido el fútbol en proyecto nacional

Bloomberg

China puso el enorme poder del Estado detrás del fútbol en 2015, cuando el presidente Xi Jinping, el simpatizante más poderoso del juego, anunció un plan para transformar al país en campeón mundial del deporte que jugó siendo estudiante. Los mejores equipos de China respondieron gastando cientos de millones de dólares para contratar ídolos extranjeros como el delantero brasileño Hulk y el delantero argentino Carlos Tévez con la esperanza de que un nivel superior de juego se extendiera a la selección nacional y ayudara a construir ligas de nivel internacional de la noche a la mañana.

Pero ahora una súbita oleada de cambios de política, que obligan a cubrir las formaciones iniciales con jóvenes jugadores chinos, debilitó el valor de esas inversiones y dejó a los dueños de clubes en un dilema respecto de qué tipo de equipos podrán presentar. También obligó a muchos allegados al deporte a cuestionar abiertamente si los burócratas saben lo que es mejor para el fútbol.

"El gobierno debe respetar las reglas del mercado en lugar de regular en exceso", dijo Tony Xia, empresario chino que el año pasado fue noticia cuando compró el club de fútbol inglés Aston Villa. Xia habló en una entrevista durante una conferencia del fútbol la semana pasada en Pekín, donde altos ejecutivos de varios equipos protestaron contra los cambios en las normas impuestos en enero, y luego nuevamente el mes pasado.

La primera versión del fútbol fue inventada en China hace más de 2.000 años como un ejercicio de adiestramiento militar --los jugadores pateaban una pelota de cuero a un arco rechazando a la vez a sus atacantes sin emplear sus manos-- pero la historia antigua no se tradujo en una tradición ganadora en el juego moderno.

El país figuró en la Copa del Mundo solo una vez en los 84 años del torneo, en 2002, cuando el equipo no salió victorioso –ni hizo goles— en ninguno de sus tres partidos. La selección nacional masculina recientemente se ubicó 82º en el ranking de la FIFA, apenas por delante de las Islas Feroe, un archipiélago remoto con menos de 50.000 habitantes.

Las esperanzas de un puesto en la Copa del Mundo del año próximo estuvieron a punto de malograrse la semana, cuando China cedió un gol en el último minuto de un partido por la clasificación terminando con un empate 2-2 ante un equipo de la devastada Siria.

Sin embargo, desde 2015, cuando el presidente Xi anunció su gran plan destinado a ganar respetabilidad para China en el fútbol internacional, el país ha invertido en el deporte una energía como la que reservaba en un tiempo a ganar medallas olímpicas en competiciones individuales como gimnasia, natación y buceo.

Escuela de Fútbol Evergrande en la provincia de Guangdong, China

El fútbol se ha convertido en parte de la educación obligatoria en las escuelas primarias y secundarias. Se están construyendo decenas de miles de campos de fútbol. China Evergrande Group, el gigante de bienes raíces, gastó US$185 millones en la construcción de la escuela de fútbol más grande del mundo, un extenso terreno que parece una réplica real de la escuela Hogwarts de Harry Potter, rodeada de 50 campos de práctica.