Grupo PSA va por más unidades de la mano de Opel

La fabricante de los autos Peugeot y Citroën pagará US$1.900 millones por la unidad Opel de GM y su marca hermana Vauxhall del Reino Unido, en momentos en que la compañía francesa refuerza sus defensas en un mercado en transformación como consecuencia de la tecnología, los nuevos competidores y el Brexit. 

GM, que se hará cargo de entre US$4.000 millones y US$4.500 millones, mantendrá su presencia en el sector al seguir vendiendo volúmenes pequeños de Chevrolet.

“Nos da la oportunidad de convertirnos en un verdadero campeón europeo”, dijo el máximo responsable de PSA, Carlos Tavares, luego de anunciar la transacción, que reinstala a la compañía francesa como la segunda mayor fabricante de automóviles de la región. 

“Nuestro plan es construir un futuro común para Opel y Vauxhall y solucionar los problemas existentes”, dijo.

Aumentar las ventas anuales de 1,2 millones de unidades de GM le permite a PSA consolidar un cambio después del rescate de 2014 al distribuir los costos del desarrollo de nuevos vehículos en una red más grande al tiempo que consigue hacer los ahorros necesarios para competir en un contexto europeo de salarios altos y márgenes de ganancia muy bajos. El aumento de volumen es vital para las compañías fabricantes de automóviles masivos en momentos en que tratan de mantener la ventaja ante innovaciones como la conducción autónoma y los autos eléctricos, y de competir con nuevos participantes como Uber Technologies.

GM, que ha sido dueña de Opel durante casi 90 años, corta el vínculo después de que la división no alcanzara el objetivo de llegar al equilibrio en 2016, lo que contribuyó a pérdidas que han totalizado alrededor de US$9.000 millones desde 2009. Además del cargo, GM es responsable de buena parte de las obligaciones de pensión de Opel y le pagará a PSA US$3.180 millones para resolver algunos planes de retiro. El acuerdo liberará alrededor de US$2.000 millones en efectivo, que GM planea usar para recomprar acciones.

Las acciones de PSA subieron 5,25%, el nivel más alto desde julio de 2011.

Si bien es probable que haya reducciones de empleos y de la producción ya que las dos compañías ofrecen una línea similar de autos al mercado masivo desde lugares de elevado costo en Alemania, Francia y el Reino Unido, Tavares prometió respetar los acuerdos laborales existentes y dijo que cerrar fábricas es una solución “simplista”.

“No necesitamos cerrar plantas”, dijo, haciéndose eco de las reiteradas promesas de las últimas semanas, cuando ejecutivos de PSA recorrieron Europa en busca de apoyo a la transacción por parte de trabajadores y políticos.