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Guantánamo y bloqueo económico: los puntos pendientes

Reuters

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Obama, el primer presidente estadounidense en aterrizar en la isla de gobierno comunista en 88 años, aseguró que justamente las diferencias entre los dos países en materia de derechos humanos y democracia son el principal escollo para sellar el acercamiento entre los otrora rivales de la Guerra Fría.

Pero Castro se quejó de la manipulación política del tema en una rueda de prensa conjunta con Obama, quien llegó el domingo con su familia para una histórica visita.

Luego de un breve recorrido por el monumento al poeta y héroe cubano José Martí, Obama y Castro arrancaron muy sonrientes una reunión en el Palacio de la Revolución, que se yergue en una explanada decorada con relieves de los guerrilleros Ernesto "Che" Guevara y Camilo Cienfuegos.

Pero al terminar la reunión de poco más de dos horas, los ánimos no eran tan risueños.

A pesar de que Obama comentó la "franqueza y sinceridad" del encuentro, Castro reiteró que el acercamiento sólo avanzará si Washington levanta el embargo y devuelve el territorio que ocupa una base naval estadounidense en el extremo oriental de la isla.

"Seguimos teniendo diferencias muy serias, incluyendo la democracia y los derechos humanos", dijo Obama.

Castro también subrayó las divergencias entre ambos países, apenas separados por 145 kilómetros, pero sostuvo que Cuba defiende los derechos humanos cuando garantiza la salud y la enseñanza gratuitas para todos los cubanos.

"Nos oponemos al doble rasero sobre los derechos humanos. Cuba tiene mucho qué decir y mostrar en esta materia", dijo Castro, contraatacando ante los reclamos de Obama.

¿PRESOS POLÍTICOS?

Minutos después, Castro se ofuscó con una pregunta de un periodista estadounidense sobre los presos políticos en la isla.

"Dame una lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos", dijo Castro visiblemente enojado. "Si hay una lista, por la noche van a estar sueltos".

Más tarde, Elizardo Sánchez, líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, dijo que la lista existe e incluye a unas 79 personas tras las rejas.

Horas antes de la visita de Obama, la policía cubana interrumpió el domingo la habitual marcha del grupo disidente Damas de Blanco y detuvo temporalmente a unas 50 mujeres.

A pesar de los escollos, ambos mandatarios mostraron su fe en que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos llegarán a buen puerto, aunque no "de la noche a la mañana".

"Debemos poner en práctica el arte de la convivencia civilizada", dijo Castro. "Implica aceptar y respetar las diferencias y no hacer de ellas el centro de nuestra relación".

Obama felicitó a Castro por ser anfitrión de los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc, mientras que el cubano dijo que les faltó tiempo para abordar la situación en Venezuela por la que se mostró "preocupado" por la "desestabilización y ataques" que sufre.

La visita de Obama habría sido impensable antes de que los viejos enemigos acordaran, a fines del 2014, acabar con más de medio siglo de agresiones diplomáticas recíprocas.

Obama y Castro tuvieron en abril del año pasado un primer tête à tête de media hora en la Cumbre de las Américas en Panamá. Cinco meses después volvieron a juntarse durante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.

FIN AL EMBARGO Y ENTREGA DE GUANTÁNAMO

Aunque han relanzado sus vínculos bilaterales, Washington y La Habana aún mantienen profundas diferencias. Las autoridades cubanas consideran el embargo impuesto por Washington en 1962 como el mayor obstáculo para la normalización total de sus relaciones.

Pero aquella decisión depende del Congreso estadounidense, de mayoría republicana.

Cuba exige, además, la devolución del territorio donde se levanta una base naval estadounidense en la bahía de Guantánamo, así como el cese de transmisiones de radio y televisión dirigidas a su territorio.

"Las últimas medidas adoptadas por su gobierno son positivas pero no suficientes", le dijo Castro a Obama sobre las decisiones que este último ejecutó, como la liberación del uso del dólar en las transacciones cubanas y la flexibilización de las normas para viajar a la isla.

"Pero el bloqueo es el obstáculo más importante para nuestro desarrollo (...) por eso su eliminación será esencial para normalizar las relaciones", agregó el mandatario de 84 años.

Críticos de Obama en Estados Unidos están pidiendo al mandatario de 54 años que conmine al gobierno cubano a aceptar el disenso político y a permitir una mayor apertura de su economía modelada al estilo soviético.

Pero aunque asesores de Obama habían adelantado que el mandatario presionaría por más cambios económicos, cualquier apertura política lucía improbable.

La idea de Obama es que mejorando las vidas de los cubanos, el país acabará transformándose. Cuantos más turistas y estudiantes visiten la isla, y cuanto más negocien entre ellos, más cerca estarán los cubanos de la democratización.

"Nuestro compromiso cada vez mayor con Cuba está guiado por un objetivo global: la mejora de la vida tanto de cubanos como estadounidenses", dijo Obama horas después de anunciar en una entrevista con ABC News que Google logró un acuerdo para ampliar el acceso a wifi y banda ancha en la mayor de las Antillas.

El costo de conexión a internet en Cuba es prohibitivo y menos del 4 por ciento de hogares tiene acceso a la red, según cifras de Naciones Unidas.

Y a pesar de que en el último año el gobierno instaló en plazas públicas internet inalámbrico por primera vez, Cuba sigue estando muy rezagada, ya sea por el férreo bloqueo o por preocupaciones sobre el flujo de información en un país con el monopolio de los medios de comunicación.

Por la tarde Obama participó en un foro empresarial donde respondió las preguntas de peluqueros, diseñadores y demás cuentapropistas, los que busca se incrementen en la isla para ir abriendo su economía marcadamente estatista.

Entrada la noche, el mandatario estadounidense volverá a ver a Castro para una cena de Estado en el Palacio de la Revolución.

Uno de los eventos más esperados es el discurso que Obama ofrecerá el martes y que será trasmitido en vivo por la televisión estatal. Ese mismo día, luego de reunirse con un grupo de disidentes asistirá a un partido de béisbol entre los Tampa Bay Rays y la selección cubana.

Tras el juego, acompañado de su esposa Michelle y sus dos hijas Malia y Sasha, Obama viajará a Argentina buscando recomponer la relación con la tercera mayor economía de Latinoamérica, 10 meses antes de que abandone la Casa Blanca.