Harris pedirá a votantes que “superen la amargura” en su discurso ante la Convención

La vicepresidenta Kamala Harris subirá al escenario de la convención el jueves por la noche para enfrentar el mayor desafío político: aprovechar la energía y el entusiasmo de un partido revitalizado por su rápido ascenso para una carrera de tres meses hasta el día de las elecciones.

Su discurso para aceptar formalmente la nominación ante los delegados demócratas en Chicago equivale a una prueba existencial para Harris, que sigue indefinida en la mente de muchos votantes y tiene menos de tres meses para construir -y mantener- una coalición electoral ganadora.

“Con estas elecciones, nuestra nación tiene una oportunidad preciosa y fugaz de dejar atrás la amargura, el cinismo y las batallas divisorias del pasado”, dirá Harris, según extractos de su discurso proporcionados por su campaña. “Una oportunidad de trazar un nuevo camino hacia adelante, no como miembros de un partido o facción en particular, sino como estadounidenses”.

A pesar de surgir de las cenizas del desastroso desempeño del presidente Joe Biden en el debate y de la impopular recuperación económica pospandémica, el ascenso de la exfiscal de 59 años hasta ahora ha emocionado tanto a los fieles del partido como a los moderados descontentos.

Pero el jueves por la noche, tendrá que convencer a los votantes de que es más que simplemente una alternativa más joven y más capaz que su jefe de 81 años y que Donald Trump, de 78 años, a quien los republicanos han nominado para una tercera contienda presidencial consecutiva.

Harris planea decirles a los votantes que, si es elegida, será una presidenta que “lidera y escucha”.

“Que sea realista, práctico y tenga sentido común”, piensa decir. “Y que siempre luche por el pueblo estadounidense. Desde los tribunales hasta la Casa Blanca, ese ha sido el trabajo de mi vida”.

Los asistentes y aliados dicen que Harris también detallará planes para priorizar las oportunidades económicas para la clase media y proteger los derechos reproductivos y civiles.

“Sabemos que el pueblo estadounidense no sabe mucho sobre la vicepresidenta, por lo que realmente tenemos la oportunidad de completar esa información para ellos, y completarla de una manera que realmente muestre cómo ella va a marcar una diferencia en sus vidas”, dijo el jueves la presidenta de la campaña de Harris, Jen O'Malley Dillon, en un evento organizado por el Washington Post.

Se enfrentará a un intenso escrutinio sobre su mensaje y su forma de transmitirlo.

"Me interesa escuchar, desde el punto de vista político, cómo aprovechará los grandes logros de la administración Biden-Harris", dijo el jueves el congresista de Maryland Jamie Raskin.

Renovación de la marca del partido

Cada noche de la convención —salpicada de actuaciones musicales y cameos de celebridades, incluida la primera aparición de Oprah Winfrey en una convención— se construyó hacia el gran momento de Harris, al tiempo que servía como un microcosmos de la rápida transformación del Partido Demócrata en la imagen de la nueva candidata.

El lunes, Biden, entre lágrimas, pasó la antorcha. El martes, Barack y Michelle Obama elogiaron a Harris como heredera de su innovador movimiento político, emocionando a los fieles del partido con una dura crítica al candidato republicano Trump. El candidato a vicepresidente Tim Walz, el feliz guerrero de los demócratas, coronó el penúltimo día con un discurso empapado de fútbol y libertad dirigido a los votantes del Cinturón del Óxido que probablemente decidirán la elección.

La propia Harris apareció el martes en un mitin en el mismo estadio de Milwaukee donde los republicanos celebraron su propia convención. Ese mitin fue transmitido parcialmente en vivo a Chicago, lo que demostró el entusiasmo en torno a su candidatura.

La lista de oradores del jueves está diseñada para demostrar la amplia coalición que Harris necesitará formar para prevalecer el día de las elecciones.

Elizabeth Warren, senadora de Massachusetts e ícono progresista, lloró mientras la multitud le daba una ovación de pie, y luego pintó a Harris como una persona dispuesta a enfrentarse a los intereses corporativos.

“Se enfrentará a las empresas de Wall Street que compran millones de casas y apartamentos y luego aumentan los alquileres. Se enfrentará a las compañías farmacéuticas que cobran un ojo de la cara por las recetas”, dijo Warren. “Se enfrentará a los monopolios corporativos que estafan a los consumidores y a los multimillonarios que no pagan impuestos”.

Al Sharpton presentó a los miembros de los Cinco de Central Park, un grupo que fue condenado injustamente cuando eran adolescentes por un asalto y violación en 1989. Posteriormente, Trump compró un anuncio de página completa que pedía que se impusiera la pena de muerte antes de su condena, lo que los críticos han denunciado como racista.

“Nos robaron nuestra juventud todos los días cuando entrábamos a la sala del tribunal: la gente nos gritaba y nos amenazaba por culpa de Donald Trump”, dijo Korey Wise, uno de los hombres exonerados.

Los nombres más destacados que se escucharán más tarde en la noche incluyen a los gobernadores Gretchen Whitmer de Michigan y Roy Cooper de Carolina del Norte, dos demócratas que han cultivado profundas reservas de apoyo en sus estados clave.

El senador Mark Kelly, de Arizona, un estado en disputa, intentará refutar los ataques republicanos contra el desempeño de Harris en el manejo de los temas relacionados con la inmigración en la Casa Blanca. Mientras tanto, se espera que su esposa, la ex congresista Gabby Giffords, víctima de la violencia con armas de fuego, aporte peso emocional a la reunión con su llamado a favor de leyes de seguridad en materia de armas de fuego.

Por otra parte, el jueves hubo especulaciones en Chicago sobre la incorporación de invitados sorpresa, y muchos predijeron que Beyoncé Knowles-Carter podría aparecer para una interpretación de Freedom, que Harris ha utilizado como canción de salida.

Los demócratas equilibrarán ese impulso con un esfuerzo más amplio en la convención para recuperar el manto de la “libertad” en un intento de recuperar votantes de los republicanos, quienes durante años reclamaron el monopolio de ese mensaje.

La versión demócrata de la “libertad” se centró predominantemente en los derechos reproductivos, pero también abordó el derecho al voto, el medio ambiente y la movilidad económica. Los delegados, que ondeaban carteles con la palabra “EE.UU.” en letras rojas y estaban vestidos con ropas típicas de Estados Unidos, dijeron que la nominación de Harris había inyectado un nuevo patriotismo al partido.

“Lo describiría como una energía pura, llena de historia, que se está gestando y todos somos parte de ella”, dijo Jackie Nophlin, una delegada de Virginia que lucía anteojos con la bandera estadounidense. “Miren el cambio que se necesita, la juventud que Kamala está aportando”.

Banco profundo

Kelly también encarna un esfuerzo concertado por parte de los organizadores de la convención para destacar la profundización de la bancada demócrata.

Los actos de la semana dieron espacio para hablar en público a una serie de funcionarios electos que se cree que tienen ambiciones presidenciales propias, entre ellos los gobernadores Wes Moore de Maryland, JB Pritzker de Illinois y Josh Shapiro de Pensilvania, lo que subraya la incertidumbre sobre el futuro del partido a pesar de que Harris se apoderó rápidamente de la nominación de este año. Muchas de las estrellas en ascenso pasaron las mañanas deteniéndose en los desayunos de las delegaciones para charlar con miembros del partido y donantes, y las tardes organizando fiestas.

Pero su asistencia también subrayó una unidad al menos temporal. Rivales ideológicos como la congresista de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez y el gobernador de Kentucky Andy Beshear estuvieron presentes en los actos demócratas.

Sin embargo, las divisiones eran evidentes en Chicago. Fuera del United Center, los manifestantes organizaron múltiples manifestaciones contra la guerra de Israel en Gaza. Dentro del perímetro, algunos delegados se enfadaron por la decisión de no incluir a un palestino-estadounidense en la programación.

Los padres de un rehén tomado por Hamás se dirigieron a la convención, pero por lo demás el conflicto actual en Oriente Medio recibió escasa mención a lo largo de los actos.