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Indeci ha reportado incendios forestales en 22 regiones de Perú en lo que va de 2024

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Para este año en Perú para el fomento y gestión sostenible de la producción forestal solo se asignaron US$5,18 millones

Gestión - Lima

El Perú “arde”: se registran 234 incendios forestales en lo que va del año. Solo hasta agosto, se tuvieron 192, 23% más a lo registrado en los primeros ocho meses del año pasado. En lo que va de septiembre, incluso, se observaron más de estos siniestros. El último informe del Instituto Nacional de Defensa Civil, Indeci, reportó que se dieron otros 42 incendios este mes.

Esto ocurre en un contexto donde diversos expertos consultados para este informe criticaron la histórica baja asignación de recursos para el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). Este año, para el fomento y gestión sostenible de la producción forestal solo se asignaron US$5,18 millones.

Impacto económico

Patricio Valderrama, experto en fenómenos naturales, criticó la tardía preocupación del Gobierno por una situación que viene ocurriendo hace semanas y que se repite cada año.“En todos los agosto y septiembre esto es recurrente en Loreto, Cusco, Apurímac, una parte de Áncash y de Cajamarca, entre otros”, comentó.

De hecho, desde Gestión se reportó la semana pasada que el bajo caudal en el río Amazonas pone en riesgo el transporte de alimentos y combustibles en Loreto.

Valderrama precisó que este tipo de desastres tiene una afectación directa en el clima, la salud pública, la economía y, principalmente, sobre el ecosistema. En esta línea, indicó que las pérdidas directas solo en tierras agrícolas y recursos forestales serían de mínimo US$57,9 millones en toda esta temporada.

“Estamos hablando de biodiversidad natural perdida. Numerosas hectáreas de vegetación natural se lotizarán y se usarán como terreno de cultivo”, anotó.

Coincidiendo con ello, Luis Alberto Gonzáles, exdirector ejecutivo del Serfor, destacó que, además de la flora y fauna, hay un costo significativo en el empobrecimiento de los suelos. Indeci reporta que, actualmente, hay 16 fallecidos y 22 regiones del país registran este tipo de siniestros.

Oswaldo Soto, representante de Ahora Puno, indicó que esta situación no solo pone en riesgo los pastizales de esta localidad, sino que está causando un gran impacto en el medio ambiente y en el turismo. Aquí la totora es usada en las comunidades de los Uros en el Lago Titicaca, donde se emplea para construir balsas, viviendas flotantes y otros objetos útiles.

Miguel Oscco, director de la Oficina Regional de Gestión del Riesgo de Desastres (Coer) Cusco, destacó que se afectaría su ganadería, dado que los pastizales para alimentarlos fueron quemados.

Similar situación reportó Carlos Nacarino, jefe de Indeci Arequipa, precisando que un incendio forestal cerca al volcán Pichu Pichu, donde hay solo hay vegetación silvestre, afectaría la alimentación de los auquénidos.

En otras regiones como Cajamarca se ha reportado un significativo impacto sobre la fauna silvestre, como iguanas, camaleones y osos hormigueros. Mientras que, en La Libertad, se tuvo como afectación la destrucción de bosques de eucaliptos, cultivos y vegetación.

Valderrama anotó que, dado los encadenamientos en el mercado, la agroexportación del cacao y café también se perjudicarían.

A su turno, Inés Ruiz, decana de la carrera de Administración Hotelera y Turismo de la Universidad Científica del Sur, expresó que el turismo tendría una mayor afectación en regiones como Amazonas, La Libertad, Puno y Cusco.

Razones

Gonzáles, exdirector ejecutivo del Serfor, indicó que lo primero a considerar en este escenario es que es un tema recurrente. “Es muy similar al friaje que ocurre en otras regiones y de manera cíclica. Sin embargo, por las condiciones en general del cambio climático este año se observa un escenario más crítico”, apuntó.

Gonzáles explicó que esto se origina, principalmente, por causas humanas y se concentra, en mayor medida, en el ámbito andino.

“Las unidades campesinas lo realizan por tres razones: para la apertura de nuevas chacras, queman los rastrojos; también realizan quemas considerando que habrá rebrote de pasto y, en tercer lugar, por razones culturales. Contrario a lo que se busca con las quemas, se termina empobreciendo significativamente la calidad del suelo y matando las expresiones de biodiversidad”, explicó.

Gonzáles detalló que los principales agricultores que incurren en esta actividad son los que producen para ofertar en el mercado y, en menor medida, los de subsistencia.

Marco Vinelli, director de la Maestría en Administración de Agronegocios en Esan, señaló que los agricultores, incluso, suelen tomar sus previsiones para estas quemas haciendo zanjas, de manera que el fuego no se extiende, pero los factores climáticos son adversos. “El mínimo viento sopla, las chispas saltan y el fuego se expande”, comentó.

Añadió que el hecho de que se tenga “la peor sequía en varios años” impide que haya lluvias para mitigar estos incendios. “En este periodo de julio a octubre, por ejemplo, es verano en la selva y, al no haber lluvia, cualquier chispa puede desencadenar un incendio”, anotó Vinelli.

Medidas

Gonzáles sostuvo que gran parte de este problema se resolvería implementando el sistema de extensión agrario, un esquema a cargo del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) que, entre otras tareas, brinda capacitaciones y asesorías a los agricultores en estos grupos a fin de que tomen las mejores decisiones para su progreso y evitando el perjuicio sobre las tierras. Añadió que este sistema fue abandona por el Estado desde los inicios de los 90.

“Se debería trabajar con ellos e inducir un cambio de comportamiento. Ellos están en un escenario donde realizan quemas porque no tienen maquinaria para hacer limpieza y recurren a lo barato, lo artesanal, desconociendo los perjuicios”, apuntó.

Agregó que también se requiere fortalecer la gobernanza entre este grupo de agricultores y que el liderazgo, priorizando el rol preventivo, debería estar en Serfor.

Para Vinelli, también es importante que se cambie esta actividad por un mayor trabajo de capacitación, la cual debería estar focalizada en fortalecer a Serfor.

“Lo óptimo o responsable es sustituir estas quemas por otras opciones, como dotarles de maquinaria”, apuntó Vinelli.

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