Hacienda

Inflación anual de Argentina llegó a 64% en junio y se prevé que cierre el año en 90%

La dramática salida del exministro de Economía, Martín Guzmán, llevó a que muchas empresas decidieran aumentar los precios

Bloomberg

La inflación anual de Argentina llegó a 64% en junio, la tasa más alta en 30 años, según datos gubernamentales publicados el jueves. Aunque los responsables políticos hablaron sobre la necesidad de que las tasas de interés superen la inflación a principios de esta semana, se dijo que el comité de política monetaria del banco central mantuvo la tasa de referencia en 52% en la reunión semanal del jueves.

Los argentinos enfrentan la perspectiva de una inflación de 90% para fin de año luego de que la salida del ministro de Economía provocó aumentos de precios durante la noche y el banco central se ve presionado para permitir que el peso se deprecie más rápidamente. Ese sería el ritmo más rápido desde la hiperinflación hace tres décadas, y la tasa más alta del mundo fuera de Venezuela y Sudán, según pronósticos del Fondo Monetario Internacional.

La dramática salida del exministro de Economía Martín Guzmán este mes llevó a que muchas empresas aumentaran los precios. Algunos argentinos corrieron a las tiendas la mañana después de la renuncia de Guzmán, para tratar de abastecerse antes de la devaluación del peso y las alzas de precios.

Las consultoras de Buenos Aires, como EconViews, FMyA, Alberdi Partners y EcoGo, pronostican una inflación de 90% para fines de 2022. Un pronosticador, FIEL, espera que los precios al consumidor aumenten 92%, mientras que otros analistas, como EcoLatina y Empiria Consultores, prevén que la inflación terminará el año en 85%.

Antes de la salida de Guzmán, los economistas encuestados por el banco central habían pronosticado una inflación de 76% para fin de año. La impresión de dinero para financiar el gasto público y el aumento de los precios internacionales de las materias primas también han contribuido al aumento galopante de los precios.

De cara al futuro, los analistas ven al gobierno del presidente Alberto Fernández sin herramientas ni una estrategia creíble para enfriar la inflación. Algunos esperan que el banco central acelere sus devaluaciones diarias del peso, lo que le permitiría gastar menos dinero en defender la paridad móvil, aunque esto ejercería aún más presión sobre los precios.

Los poderosos sindicatos de Argentina pueden renegociar los aumentos salariales de los trabajadores para compensar también los aumentos de precios.

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