El intereses de deuda pública y gasto estatal de Ecuador no disminuyen desde 2010
martes, 5 de agosto de 2025
Hasta julio de este año, el Gobierno ecuatoriano ya ha desembolsado US$2.558 millones en intereses, US$454 millones más que el mismo período en 2024
El peso de los intereses que Ecuador debe pagar por su deuda pública no deja de crecer y se ha convertido en una presión constante para el Presupuesto General del Estado. Solo en 2024, el gobierno de Daniel Noboa tuvo que destinar US$3.483 millones al pago de intereses, una cifra que incluso supera ligeramente el presupuesto del Ministerio de Educación para ese mismo año, que fue de US$3.283 millones.
En términos generales, ese gasto representó 14% del total del presupuesto nacional, que en 2024 ascendió a US$25.242 millones. Además, el pago de intereses subió US$293 millones respecto a 2023, lo que demuestra una tendencia sostenida al alza.
Para 2025, el Ministerio de Finanzas proyecta un pago de intereses de US$3.309 millones, aunque esa cifra aún es provisional y podría ajustarse una vez el Ejecutivo presente la versión definitiva del presupuesto ante la Asamblea, cuyo plazo vence en agosto. Lo cierto es que, hasta julio de este año, el Gobierno ya ha desembolsado US$2.558 millones en intereses, lo que representa US$454 millones más que en el mismo período del año pasado.
Este crecimiento no es reciente. En los últimos 15 años, el gasto en intereses se ha multiplicado por seis. En 2009, durante el gobierno de Rafael Correa, Ecuador pagó US$532 millones por este concepto. Desde entonces, con el aumento del gasto público y una mayor dependencia de préstamos, sobre todo de China, ese valor no ha hecho más que crecer, con la única excepción de 2020 y 2021.
Según Juan Carlos Salvador, expresidente del Colegio de Economistas de Pichincha, la baja en esos dos años se debió a la renegociación de la deuda externa que impulsó el expresidente Lenín Moreno en medio de la crisis provocada por la pandemia. En julio de 2020, Ecuador logró un acuerdo que le dio un período de gracia de cinco años para el pago del capital de los bonos y cerca de dos años para los intereses. Sin embargo, ese alivio fue temporal, y desde 2022 los pagos volvieron a escalar hasta alcanzar los niveles actuales.