Islandia lidera la lista de países de la Ocde con mayor energía renovable en el mundo
jueves, 25 de agosto de 2022
Ese país encabeza con 89,9%; seguido por noruega, con 51,1%; y Costa rica, con 50,5%. En américa latina paraguay lidera con 101%
Pese a que la guerra desatada en Ucrania por cuenta de la invasión rusa ha puesto en vilo los avances en términos de transición energética de los países europeos que más se benefician del suministro de materias primas de ese país, los avances de ciertas naciones en energías renovables llegan, incluso, a 89,9% de la matriz que abastece su propio territorio, según cifras del a Organización para la Coordinación y el Desarrollo Económico (Ocde).
Este es el caso de Islandia, país al que le sigue de lejos Noruega, con 51,1% del suministro de energía basado en métodos alternativos. El listado lo complementan Costa Rica, con 50,5%; Suecia, con 44,9%; Letonia, con 42,7%; Nueva Zelanda, con 40%; Estonia, con 39,3%; Dinamarca, con 39%; Finlandia, con 36,6%; y Austria, con 32,4%.
Colombia se encuentra en el puesto 13 dentro de dicho grupo con una matriz de energía renovable que llega a 25%, superando a naciones desarrolladas como Suiza, que registra un suministro de energía sostenible de 23,8%; Italia, con 19,4%; Canadá, con 17,3%; España, con 17%; Alemania, con 16,4%; Reino Unido, con 13,9%; y hasta Estados Unidos, que llega a 8,5% en este campo, según los datos más recientes (ver gráfico).
Dentro de esta infraestructura se incluyen el equivalente de energía primaria de las fuentes hidroeléctricas, geotérmicas, solares, eólicas, de mareas y de olas. También se incluye la energía derivada de los biocombustibles sólidos, la biogasolina, los biodiésel, otros biocombustibles líquidos, los biogases y la fracción renovable de los residuos municipales.
Además, se tiene en cuenta la madera, los residuos vegetales (incluidos los residuos de madera y los cultivos utilizados para la producción de energía), el etanol, los materiales/residuos animales y las lejías sulfíticas. Los residuos municipales comprenden los residuos producidos por los sectores residencial, comercial y de servicios públicos que son recogidos por las autoridades locales para su eliminación en un lugar central para la producción de calor y/o energía.
“Es absolutamente necesario acelerar y demostrar que las energías renovables tienen un papel que desempeñar para que estemos en línea con nuestras ambiciones climáticas. Porque funcionan de manera eficiente. En 2020 cubrieron más de una cuarta parte de nuestra producción eléctrica”, aseguró Rosaline Corinthien, CEO de Engie France Renewables.
Si se observa el estado de la matriz de energía renovable en América Latina, lidera Uruguay, con una tasa de 101%, además de Uruguay, con 59%; Brasil, con 48%; Perú, con 24%; Ecuador, con 18%; Venezuela, con 14%; Bolivia, con 10%; y Argentina, con apenas 8%.
A nivel local, según el Ministerio de Minas y Energía, en agosto de 2018, el país contaba con dos proyectos de energías renovables que sumaban cerca de 30 megavatios para la generación de energía solar y eólica. Hoy, Colombia tiene diez granjas solares que, junto a proyectos de cogeneración y de autogeneración en departamentos como Córdoba, Bolívar, Chocó, Antioquia, Risaralda, Tolima, Meta y Cauca, representan más de 220 megavatios de capacidad instalada.
El Gobierno del hoy expresidente de la República, Iván Duque, consideró cerrar con una producción de 1.000 megavatios el año pasado y de 2.400 megavatios al año 2022, registrando un nivel superior a 12% en la participación de fuentes no convencionales de energías renovables en la matriz eléctrica.
¿El retorno del fracking?
La dependencia del gas ruso por parte de Europa occidental se ha puesto en evidencia con la invasión de Ucrania. La disminución en el flujo de gas y materias primas que sostienen la energía en dicho continente ha disminuido en cerca de 80%.
“El mundo no puede seguir dependiendo de países autoritarios que convierten en arma la política energética, como Rusia, que no se preocupa por las consecuencias ambientales o los derechos laborales, ni siquiera por los derechos humanos”, aseguró en su momento Justin Trudeau, primer ministro de Canadá.
De hecho, mientras en Colombia se discute la posibilidad de prohibir el fracking, en países como Alemania se debate el levantamiento de esta medida debido a la escasez de gas ruso. La discusión política surge en medio de la crisis de suministro de energía que vive Alemania y que ha sido provocada por la guerra entre Rusia y Ucrania, pues temen que Moscú deje de proveerles del todo dicha materia prima.
La preocupación se ha incrementado debido a que Rusia exporta 6.600 millones de metros cúbicos de gas al día, lo que representa 43% del gas del mercado mundial, monto del cual 72% se vende a gran parte de Europa. El país ya empezó a disminuir el suministro del servicio en 80% por medio del gasoducto Nord Stream 1 que pasa por debajo del Mar Báltico hasta Alemania.
“La expansión significativa de la producción nacional de gas natural nos hará independientes y restaurará nuestra soberanía energética”, aseguró Michael Kruse, portavoz de política energética del libertario Partido Democrático Libre de Alemania a The Globe and Mail ante la posibilidad de regresar a prácticas extractivistas dejadas en el pasado.
Ante el panorama el Senado quiere reducir 10% de su consumo, pero decidió no poner límites a los letreros de neón.