Israel ataca más objetivos de Hezbolá en Líbano mientras Irán respalda el alto al fuego

Israel llevó a cabo bombardeos en los suburbios de Beirut junto con ataques terrestres en el sur del Líbano, mientras que Irán dijo que apoyaría un alto el fuego condicional en los conflictos que involucran a sus grupos aliados Hezbolá y Hamás.

Los ataques aéreos en las afueras del sur de la capital libanesa tenían como objetivo al posible sucesor del asesinado líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, y a otras figuras, según informaron el New York Times y otros medios estadounidenses, citando a funcionarios israelíes. No se sabe si Hashem Safieddine murió en el bombardeo, que según los residentes sacudió edificios de la ciudad.

Israel ha intensificado una campaña para eliminar las amenazas de Hezbolá, respaldado por Irán, después de casi un año de intercambio de disparos de cohetes transfronterizos, matando a gran parte de su principal liderazgo y enviando tropas al sur del Líbano por primera vez desde una guerra de 2006. Las Fuerzas de Defensa de Israel dijeron el viernes que han matado a 250 militantes de Hezbolá desde el lunes, y las tropas recuperaron lanzacohetes, explosivos y otras armas mientras despejaban el área justo al norte de la frontera.

Dos soldados israelíes murieron durante un combate en el norte de Israel, según informó el ejército israelí. La emisora ​​pública israelí KAN informó que fueron alcanzados por un ataque con drones procedente de Irak.

El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, viajó a Beirut el viernes y se reunió con el primer ministro libanés, Najib Mikati. Según declaraciones difundidas por la televisión estatal iraní, Araghchi dijo que había discutido un alto el fuego con funcionarios libaneses y otros países de la región. Araghchi añadió que cualquier tregua tendría que ser aceptada por Hezbolá y Hamás y entrar en vigor junto con un alto el fuego en Gaza.

Estados Unidos y otros países han estado presionando al Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que acepte una tregua tanto en territorio palestino como en Líbano, sin éxito. Hezbolá ha condicionado el cese del fuego a algo similar en Gaza, y Hamás no ha mostrado voluntad de aceptar los términos.

El viaje de Araghichi a la capital libanesa se produjo tres días después de que Irán lanzara 200 misiles balísticos contra Israel en represalia por los ataques a Hezbolá y el asesinato de un líder de Hamás en julio, y Netanyahu prometió responder. Eso ha suscitado temores de importantes ataques de represalia que podrían desencadenar una guerra en toda la región y arrastrar a Estados Unidos, el principal aliado de Israel.

El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, que dirigió las oraciones del viernes en Teherán por primera vez desde enero de 2020, dijo a una gran multitud que la República Islámica atacará de nuevo si es necesario, tras haber dado hasta ahora el “castigo mínimo” posible a Israel. Instó a los países árabes y musulmanes a unirse contra lo que describió como un enemigo común.

"No dudaremos ni nos apresuraremos a cumplir con nuestras obligaciones", afirmó Jamenei.

El petróleo se encamina a su mayor aumento semanal en más de un año por temores de que Israel pueda decidir atacar las instalaciones petroleras iraníes, después de que el presidente Joe Biden dijera que Estados Unidos estaba discutiendo si apoyar tal medida.

Los activos israelíes se han visto afectados: el shekel cayó un 2,5% frente al dólar esta semana, uno de los de peor desempeño a nivel mundial.

Netanyahu está bajo presión en su país para que lleve a cabo un contraataque más grande contra Irán que el de abril, cuando Israel causó daños limitados en una instalación militar iraní en venganza por el lanzamiento por parte de Teherán de 300 misiles y drones, casi todos los cuales fueron interceptados.

El martes, el resultado fue similar, aunque Irán dio menos aviso y más misiles atravesaron las defensas aéreas de Israel. Una persona murió en Cisjordania y los medios israelíes informaron que varias bases aéreas fueron atacadas. Las FDI confirmaron el viernes que los misiles alcanzaron una base aérea, Nevatim, pero dijeron que no se produjeron daños reales.

Israel afirmó que sus acciones en el Líbano (más de 1.500 personas han muerto en ataques aéreos en las últimas semanas y alrededor de un millón han sido desplazadas, según funcionarios libaneses) son necesarias para poner fin a un año de ataques transfronterizos con cohetes por parte de Hezbolá. Estos ataques, llevados a cabo en solidaridad con Hamás, han obligado a decenas de miles de israelíes a huir de sus hogares en el norte del país.

El jueves, 37 personas murieron y más de 150 resultaron heridas en los ataques aéreos, según el Ministerio de Salud libanés. Además de Beirut, los aviones israelíes atacaron el sur del Líbano, el valle de Bekaa en el noreste y la región del Monte Líbano en el norte.

Según la agencia de noticias estatal libanesa, Israel ha atacado el principal paso fronterizo entre Siria y Líbano, que ha cortado por completo la ruta. Decenas de miles de personas han huido a Siria, a la que Israel acusa de permitir el contrabando de armas para Hezbolá. Mientras tanto, las FDI han ordenado la evacuación de más de 30 asentamientos en el sur del Líbano.

El Grupo de los Siete países pidió “moderación” entre las partes en conflicto y advirtió sobre una “escalada incontrolable en Oriente Medio”.

Las negociaciones de tregua entre Hamás e Israel se han estancado, pero los combates se han apaciguado y el grupo palestino ha sufrido graves pérdidas, lo que ha permitido a Israel centrarse más en el norte y en Hezbolá.

Estados Unidos considera tanto a Hezbolá como a Hamás como grupos terroristas.

Los combates en Gaza se han extendido a Cisjordania, donde el control está dividido entre Israel y la Autoridad Palestina. La fuerza aérea israelí bombardeó durante la noche la ciudad cisjordana de Tulkarem, matando a un líder local de Hamás y a otros militantes. El ataque también mató a 18 personas en un campo de refugiados, según informó el Ministerio de Salud palestino.