J. D. Vance, el financiero que va como vice con Trump y tiene respaldo en Wall Street
martes, 16 de julio de 2024
Vance tiene 39 años, casi cuatro décadas más joven que Trump, de 78, lo que supone un posible cambio generacional para el partido
Bloomberg
Donald Trump eligió a J.D. Vance como su compañero de fórmula, en la candidatura presidencial republicana, un financiero, capitalista de riesgo convertido en senador cuya adopción de políticas populistas atrajo la atención nacional y lo convirtió en una estrella ascendente en el partido.
Vance, reconocido en Wall Street, y con respaldo en Nueva York, fue confirmado ayer. “Tras largas deliberaciones y reflexiones, y teniendo en cuenta el tremendo talento de muchos otros, he decidido que la persona más adecuada para asumir el cargo de vicepresidente de Estados Unidos es el senador J.D. Vance, del gran estado de Ohio”, dijo Trump al hacer el anuncio el lunes en su plataforma Truth Social, mientras comenzaba la Convención Nacional Republicana en Milwaukee.
El anuncio se produce días después de que un intento fallido de asesinato trastornara lo que ya había sido una caótica contienda presidencial. Trump resultó herido en la oreja derecha después de que sonaran disparos en un mitin de campaña el sábado en Butler, Pensilvania. Uno de los asistentes resultó herido mortalmente y otros dos se encuentran en estado crítico.
El tirador fue abatido por el Servicio Secreto de EE.UU. El hecho en el mitin, ensombrecido por un repunte global de la violencia política, fue un grave recordatorio de la importancia del vicepresidente, que asumiría el Despacho Oval si el presidente muriera o no pudiera cumplir con las obligaciones del cargo.
Vance tiene 39 años, casi cuatro décadas más joven que Trump, de 78, lo que supone un posible cambio generacional para el partido y ofrece una voz fresca a los esfuerzos republicanos por reforzar su atractivo para los trabajadores de clase obrera que una vez fueron un pilar del partido demócrata en campos de batalla como Michigan, Wisconsin y el estado natal del presidente Joe Biden, Pensilvania.
La gestión de la economía por parte de Biden es uno de los temas que definen la campaña, ya que el presidente lucha por atraer de nuevo al redil a muchos votantes demócratas tradicionales de cuello azul que se pasaron a Trump en 2016 y 2020 y que siguen siendo escépticos respecto a la agenda económica del actual presidente.
La violencia en un mitin en Pensilvania es un momento decisivo para la carrera, uno que es probable que impulse la candidatura presidencial de Trump y reúna a sus partidarios a medida que la convención se pone en marcha. El ex presidente se ha mantenido en gran medida fuera del centro de atención después de un debate del 27 de junio entre él y Biden, manteniendo la mirada de los medios en el demócrata.
El primer debate entre los dos este ciclo vio a Biden ofrecer una actuación que alarmó a los demócratas y provocó una revuelta entre algunos legisladores y donantes del partido preocupados de que el actual presidente no sea capaz de derrotar a Trump. La selección de Vance vio a Trump pasar por alto a muchos de los propios colegas del senador, incluyendo a Tim Scott de Carolina del Sur y Marco Rubio de Florida. Trump también descartó al gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, un antiguo ejecutivo tecnológico con una fuerte base de donantes y popularidad entre Wall Street y los líderes empresariales.
Apoyo de los mercados
Las acciones subieron hacia máximos históricos al no materializarse los llamamientos sobre un aumento de la volatilidad en los mercados después de que el atentado de Donald Trump reforzara sus posibilidades de hacerse con la Casa Blanca.
La imagen de Trump con sangre en el rostro, el puño al aire y algunos viéndolo como un “héroe”, aumentó las apuestas por quienes creen que llegará a la presidencia. Por eso, Wall Street saltó, el bitcoin también y entre los ganadores están las acciones de su empresa Trump Media & Technology Group.
Los principales índices bursátiles subieron, el S&P 500 alcanzó su récord 38 del año. Trump Media se disparó 30%. Las crecientes probabilidades de victoria del candidato impulsaron a los productores de petróleo, los fabricantes de armas y las prisiones privadas. Además, su postura a favor de criptomonedas impulsó la idea de un apoyo a ellas.