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Jefes de finanzas de G20 se reunirán en la capital saudí de Riad en medio de temores por virus

El Fondo Monetario Internacional reiteró esta semana que la expansión mundial se “fortalecerá moderadamente” este año

Bloomberg

Los guardianes de la economía mundial se reúnen en medio de crecientes temores de que el brote de coronavirus represente una mayor amenaza para el crecimiento global de lo que se había previsto.

Los ministros de finanzas y los banqueros centrales del Grupo de los 20 se reunirán el sábado y el domingo en la capital saudí de Riad por primera vez desde que el virus llevó a la cuarentena a gran parte de China y luego comenzó a extenderse.

El consenso de los economistas sigue siendo un golpe a corto plazo para la demanda en China y luego a nivel mundial, seguido de un repunte. El Fondo Monetario Internacional reiteró esta semana que la expansión mundial se “fortalecerá moderadamente” este año, después de ser afectada en 2019 por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Esa podría ser una visión demasiado optimista, dado que las fábricas chinas todavía operan alrededor de la mitad de su capacidad y muchos trabajadores permanecen confinados en sus hogares. El cierre parcial de la segunda economía más grande del mundo está teniendo efecto en otros lugares debilitando el comercio, socavando las cadenas de suministro de fabricación, reduciendo el turismo y avivando la incertidumbre de los inversores.

Seis de las ocho economías más grandes del mundo se han estancado
“Estamos observando el impacto con gran preocupación y vigilando de cerca los riesgos a la baja”, dijo el presidente del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, a los legisladores en Tokio antes de dirigirse a Arabia Saudita.

Otros temas que serán discutidos por el G20 son el uso de monedas digitales, los impuestos a las empresas de tecnología y el lavado de dinero. Los anfitriones publicarán una declaración el domingo.

Sin embargo, el virus dominará el debate. Ya en curso hacia su peor expansión en tres décadas, algunos analistas ahora consideran que la economía china se contraerá este trimestre respecto a los tres meses anteriores. Francia, Italia y Japón ya lo hicieron a fines del año pasado.

Nuevos datos el viernes subrayaron la razón de preocupación en la reunión del G20, ya que la actividad comercial de EE.UU. se contrajo por primera vez desde 2013, mientras que los índices de fabricación en Australia y Japón se debilitaron y los pedidos tempranos de exportación para Corea del Sur mostraron una caída en la demanda china. China informó que las ventas de automóviles cayeron 92% en la primera mitad de febrero. Sin embargo, la zona el euro fue en contra de la tendencia, y la actividad se aceleró al ritmo más rápido en seis meses en febrero.

Los economistas de Standard Chartered Plc dijeron en un informe el viernes que el virus podría terminar afectando al 42% de la economía de China, y también redujeron su pronóstico de crecimiento mundial este año de 3,2% a 3%. Peor aún sería una pandemia internacional, definida como una enfermedad que se propaga a través de múltiples continentes. Oxford Economics Ltd. calcula que tal evento podría reducir la producción mundial en más de US$1 billón.

“Si el crecimiento continúa disminuyendo, una pregunta clave para el G20 será si sus miembros pueden coordinar una respuesta”, asegura Tom Orlik, economista jefe de Bloomberg Economics en Washington. “En un contexto de nacionalismo resurgente, disputas comerciales frágiles y espacio limitado de políticas, un propósito común podría ser difícil de lograr”.

Algunos formuladores de política del G20 ya están respondiendo. China ha liderado el camino recortando las tasas de interés del mercado, y podría dar el paso más audaz de reducir los requisitos de reserva.

Los bancos centrales de Indonesia, México, Turquía y Sudáfrica también han recortado las tasas este año. Los gobiernos de más de la mitad de las economías del G20 están relajando los presupuestos, y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, esta semana pidió una “receta de emergencia”.

Otros están adoptando una postura de esperar y ver. Si bien los funcionarios de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo están alerta a los riesgos que plantea el virus, hasta ahora no han manifestado ninguna intención de relajar la política monetaria.

Varios funcionarios de la Fed dijeron esta semana que el virus solo debería tener un impacto de corta duración en Estados Unidos y no requerirá tasas más bajas. El economista jefe del BCE, Philip Lane, dijo a Bloomberg Television el viernes que el caso base es una trayectoria de la actividad en forma de V.

Un dilema para los formuladores de política es que, aunque la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, ha sugerido que puede haber una necesidad de “medidas sincronizadas, o incluso mejor, coordinadas”, los bancos centrales y los gobiernos carecen de municiones dado el bajo nivel de tasas de interés y el alto nivel de déficit presupuestarios.

Un motivo de confianza es que los inversores bursátiles todavía parecen apostar por una rápida recuperación. El índice Standard & Poor’s 500 ha subido 4% este año y 22% respecto al año anterior, y el índice MSCI World más amplio también ha subido en los mismos plazos.

Sin embargo, tales ganancias son una preocupación para los economistas de Citigroup Inc. Solo en las economías avanzadas, dicen que las condiciones financieras fáciles apuntan a un crecimiento de 2,6% este año, el doble del ritmo que predicen.

“Los mercados financieros podrían estar demasiado confiados en esperar una recuperación económica”, asegura Pernille Henneberg, economista en Citigroup. “La economía global y los mercados financieros aún no han visto el impacto total del brote de coronavirus”.

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