El CEO de Amazon, Jeff Bezos, afirma que los robots no reemplazarán a los humanos
viernes, 2 de noviembre de 2018
Bezos elogió a los escritores de ciencia ficción por mostrarnos lo que es posible
Bloomberg
¿Acaso Bill Ackman, John Overdeck y David Siegel donaron un montón de dinero para que los niños construyan robots y luego se vean desplazados por las máquinas cuando crezcan?
En un evento a beneficio de FIRST, organización de ciencia y tecnología sin fines de lucro que respaldan, la respuesta fue un rotundo no y provino de una fuente autorizada, Jeff Bezos, el hombre que tiene más de 10.000 personas trabajando en Alexa, servicio de voz de asistencia personal de Amazon.
"Desde mi punto de vista, es muy poco probable que las máquinas y la inteligencia artificial dejen a los humanos sin trabajo", comentó Bezos el jueves en una "charla informal" con Walter Isaacson en Cipriani Wall Street. "Cada pieza de productividad aumenta nuestra riqueza como sociedad, aumenta los empleos y hace que los trabajos sean más interesantes y de mayor calidad".
Bezos usó como ejemplo la maquinaria para mover tierras. "Tendríamos muchos empleos si nos deshacemos de las excavadoras", señaló. “Podríamos deshacernos de las palas y obligar a la gente a cavar con cucharas, pero eso no enriquecería a nuestra sociedad".
Futuros trabajos
En cuanto a manejar las expectativas sobre el futuro, Bezos elogió a los escritores de ciencia ficción por mostrarnos lo que es posible y criticó al resto de nosotros por nuestras habilidades predictivas.
"Somos tan malos para imaginar el futuro de los empleos", aseguró Bezos. "Si yo hubiera dicho hace cien años que en el siglo XXI existirían los masajistas terapéuticos se habrían reído de mí".
Lo curioso es que los masajes terapéuticos pueden ser uno de los trabajos que podría hacer un robot, si Ackman se sale con la suya. Durante la hora del cóctel, el fundador de Pershing Square Capital indicó que si pudiera conseguir que un robot haga lo que él quiera, le pediría un masaje.
Siegel, quien forma parte de la junta directiva de FIRST, dijo que le gustaría un robot que vaya al trabajo por él. Lo manejaría desde su casa y tal vez pasaría más tiempo con sus hijos. Overdeck espera un auto que se conduzca solo.
Concurso de robótica
Dean Kamen, fundador de FIRST (e inventor del scooter eléctrico Segway), admitió que le gustaría un robot que cree órganos humanos para trasplantes.
Noor Khalifa, estudiante de 11º grado e integrante de un equipo de robótica del Manhattan Center for Science and Mathematics que compite en FIRST, señaló que sueña con un robot que pueda detectar el cáncer antes de que aparezca. Su compañera Loren Baret quiere uno que acabe con el hambre. El año pasado, su equipo construyó un robot con un sensor de colores para diferenciar bloques rojos y azules y una garra para mover y apilar objetos. Llegaron a la segunda ronda.
Bezos agregó que la mejor manera de preparar a los niños para el futuro es ofrecer a la mayor cantidad posible acceso a las experiencias que ofrece FIRST. "Debes aprender a aprender", comentó.
Amazon pondrá de su parte a través de un nuevo programa denominado Amazon Future Engineer, el cual se anunció el jueves.
"Lo primero que haremos será financiar un juego que enseñará a codificar", detalló Bezos. También contemplan financiar clases de informática en 2.000 escuelas secundarias en comunidades en su mayoría de bajos ingresos, además ofrecer 100 becas universitarias de cuatro años que garanticen una pasantía en Amazon.
Bezos también impartió una lección sobre paternidad que aprendió de su madre: negligencia benigna. Ella era protectora "de buena manera" porque dejó que sus hijos se metieran en problemas y se hicieran daño.
"Me sorprende estar vivo", bromeó.
Recordó cuando descubrió una puerta de garaje abierta en una casa vacía que fue vendida, en una calle cerca de donde se crió.
"Entré en el garaje, estaba solo allí y me di cuenta de que el panel del interruptor de circuito y el gran tomacorriente de 220 voltios donde normalmente se enchufaba una lavadora estaban al alcance de la mano".
Apagó el cortacircuitos, metió dos cucharas en la salida, "tomé una pelota y la lancé contra las cucharas, para que se tocaran, y se creó una exhibición impresionante de pirotecnia".
"Lo hice una y otra vez", admitió. Cuando invitó a vecinos a ver el espectáculo, "me atraparon. Hay que dejar que los niños se pongan en peligro un poco".