Josu Jon Imaz de Repsol alertó que si Europa solo es verde perderá batalla energética
lunes, 23 de enero de 2023
La transición energética plantea tres retos: la seguridad del suministro, la accesibilidad y la descarbonización, según Imaz
Expansión - Madrid
Josu Jon Imaz (Zumárraga, Guipúzcoa, 1963) habla de forma directa y sencilla, para que lo entienda todo el mundo. La transición ecológica, tal como la está planteando la Unión Europea, "ha fallado", porque se ha puesto "todo el foco en la sostenibilidad", ha dicho en el transcurso del Foro Económico Mundial de Davos, que se celebró la pasada semana en esa localidad suiza y al que Imaz asistió una vez más como consejero delegado de Repsol, la primera petrolera española.
En declaraciones a Expansión en Davos, Imaz detalla su tesis, cada vez con más eco, sobre todo porque el mundo ha empezado a comparar las incongruencias de la política energética europea frente al pragmatismo de otros países, sobre todo EE.UU.
La transición energética plantea tres retos, dice Imaz. "Garantizar la seguridad del suministro, la accesibilidad, es decir, que la energía tenga precios accesibles y competitivos, y la descarbonización". Pero en lugar de abordar las tres patas de este "trilema", explica, en Europa "nos olvidamos de los dos primeros puntos", con todo el foco puesto en ser sostenibles.
La guerra de Rusia contra Ucrania y las tensiones en el mercado que este conflicto ha creado ha sacado a la luz las vergüenzas energéticas de Europa y sus fallos: "La dependencia de Rusia, los problemas que ahora tienen las familias europeas para pagar las facturas y los problemas energéticos de las empresas", explica Imaz, que de forma didáctica pone ejemplos incluso del fracaso de la UE en la sostenibilidad.
"Hay que ser realista"
"Sí, es cierto que estamos reduciendo emisiones de C02", comenta. "Pero en parte es porque estamos exportándolas a China". Se hace de forma encubierta, en tanto que China está asumiendo mayor producción industrial y mayor consumo de carbón para alimentar ese crecimiento. El sector chino del cemento y el acero combinado emite tanto dióxido de carbono (CO2) como toda Europa. Importamos estos productos, no nos importa el origen de estas emisiones". "Hay que ser realista", pide Imaz, porque "si solo somos verdes en esta ecuación, perderemos la batalla". Aunque todos compartamos que la meta final es la descarbonización, no se puede acudir "al pensamiento mágico", y creer que se puede hacer de la noche a la mañana. Porque vamos a necesitar petróleo y gas "durante muchos años". "No vamos a ver aviones eléctricos" por ahora, dice gráficamente Imaz.
"Deshacernos del petróleo y el gas está bien, pero vamos a necesitar petróleo y gas en el futuro", señala, al tiempo que añade que "no se trata de acelerar o desacelerar la transición, sino de desarrollar una transición energética más inteligente que acelere la descarbonización".
Peligro ideológico
El primer ejecutivo de Repsol considera que "es un peligro ideologizar políticamente la energía". E insiste: "La política energética necesita menos ideología y más tecnología".
Pone como ejemplo el modelo de EE.UU,, que en su camino hacia la transición ecológica no renuncia a usar todos sus recursos. En este sentido, hace referencia a la normativa IRA (Inflation Reduction Act, Ley de Reducción de la Inflación), un ambicioso plan de ayudas para relanzar la economía con la transición energética como palanca.
Con esa ley, Estados Unidos espera reducir en 2030 las emisiones en un 30% con respecto a 1990. La ley IRA no solo no discrimina de forma dogmática por tecnologías. Además es un programa de ayudas basadas en ágiles créditos fiscales. Su efectividad, en comparación con el Next Generation de la UE ha sido el gran tema de debate y confrontación en Davos este año.
En comparación con EE.UU., los europeos necesitamos "un marco más inteligente para la transición energética", dice Imaz.
Y vuelve a los ejemplos prácticos de como con su inflexibilidad, la UE pierde la carrera con EE.UU. La ley IRA está haciendo que "el coste del hidrógeno en EE.UU. se sitúe entre US$0,5 y US$1 por kilo, y de 1,5 a 2 si es hidrógeno verde; en Europa, si lo hacemos muy bien y tenemos energía eléctrica muy barata ese día, podríamos tener hidrógeno como poco a 3 o 3,5 euros por kilo".
Distorsión de EEUU y UE
Hay más distorsiones. Para Imaz, es "incongruente que en España haya una legislación que prohíbe explorar yacimientos de gas, pero al mismo tiempo se está trayendo de EE.UU. por metanero mucho más caro". Definitivamente, el primer ejecutivo de Repsol cree que Europa está "perdiendo el tren". EE.UU."nos va a ganar" la partida. Con la ley IRA, "nos están soplando la oreja". Para Imaz, sin duda, la política energética de la Unión Europea es "el palo" y la de EE.UU. es "la zanahoria", de ahí que las empresas miren hacia este país con entusiasmo renovado.
"Este año será récord en inversión en Repsol, y no estamos para fusiones"
Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol desde abril de 2014, está pilotando una transformación histórica de Repsol. La primera petrolera española, presidida por Antonio Brufau, se embarcó con Imaz en una metamorfosis sin precedentes hacia la multienergía.
Ambiciona la transición hacia las renovables y la descarbonización, pero sin el dogmatismo negacionista contra el petróleo. El modelo está dando resultados, dice Imaz, que apunta que este ejercicio "será un año récord en inversión orgánica, con cerca de 5.000 millones, por encima de los 4.000 millones de 2022. Estamos cumpliendo con creces" el nuevo plan estratégico, lanzado en 2021. Se han anticipado hitos como la retribución extra al accionista vía recompra de acciones, que se cifró en 200 millones de títulos para todo el plan y ya se ha completado.
Este año va a ser el de la "clara visualización" del plan de Repsol y de su proceso de metamorfosis, dice el consejero delegado con una mezcla de entusiasmo e ilusión. "Lo estamos haciendo, además, siguiendo la hoja de ruta que nos habíamos trazado", dice cuando le preguntan sobre posibles movimientos corporativos o fusiones de Repsol, en especial sobre Naturgy, compañía de la que el mercado siempre ha barajado una operación con la petrolera. "No estamos para eso", dice. Las empresas del sector, "no están para eso". "Nosotros seguimos nuestro propio camino; lo tomamos hace tiempo y lo estamos siguiendo". Todos "estamos pensando más en transformarnos, hacia multienergía y renovables, más que en sumar dos grupos grandes iguales". Los inversores piensan ahora más en estos términos.