Energía

La AIE ve más riesgos en la matriz global por los conflictos que hay en este momento

Gráfico LR

Pero aún con los retos, la Agencia Internacional cree que podría avecinarse una temporada de precios de combustibles más bajos

Joaquín Mauricio López Bejarano

Las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía, AIE, en 2025, se basan en que las tensiones y la fragmentación geopolítica supone graves riesgos para la seguridad energética y para la adopción de medidas coordinadas de reducción de las emisiones.

"El conflicto en escalada en Oriente Medio y la guerra en curso de Rusia contra Ucrania subrayan los constantes riesgos a los que se enfrenta el mundo en el ámbito de la seguridad energética" dicen los analistas de la AIE. Algunos de los efectos inmediatos de la crisis energética mundial comenzaron a remitir en 2023, pero el riesgo de nuevas perturbaciones es actualmente muy elevado.

Pero aún con los retos, la Agencia cree que podría avecinarse una temporada de precios de combustibles más bajos por la asequibilidad y la competitividad industrial en las economías importadoras de combustible. por la asequibilidad y la competitividad industrial en las economías importadoras de combustible.

"El nuevo contexto del mercado puede dar un respiro a los países y regiones importadores de combustible, como Europa, el Sur de Asia y el Sudeste Asiático, que en los últimos años se han visto fuertemente afectados por el aumento de los precios de los combustibles fósiles y de la electricidad". En todo el mundo, los consumidores gastaron en energía casi US$10 billones en 2022, durante la crisis energética mundial, de los que aproximadamente la mitad acabaron generando unos ingresos récords para los productores de petróleo y gas. La relajación de los niveles de precios promete cierto alivio bien recibido, sobre todo en los países importadores de combustible.

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Caídas en tarifas de gas

LOS CONTRASTES

  • Ramiro Escobar Analista de energía e hidrocarburos

    “Las tecnologías limpias, que hoy son cada vez más rentables, están llamadas a seguir siéndolo, con una exposición mucho menor a los caprichos de los mercados de mercancías”.

La menor presión sobre los precios de los combustibles puede proporcionar un margen a los responsables de la elaboración de políticas para centrarse en intensificar la inversión en energías renovables, redes, almacenamiento y eficiencia, facilitar la eliminación de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles y permitir que las economías en desarrollo recuperen el impulso perdido en los últimos años en la provisión de acceso a la electricidad y a combustibles no contaminantes para cocinar. "Sin embargo, el abaratamiento del gas natural también puede ralentizar los cambios estructurales, al disminuir los incentivos económicos para que los consumidores adopten tecnologías más limpias y dificultar la competitividad en costos con otras alternativas como el biometano y el hidrógeno de bajas emisiones".

Elecciones y consecuencias

A pesar del impulso que se está dando a las transiciones, el mundo se encuentra todavía muy lejos de una trayectoria alineada con sus objetivos climáticos. Las decisiones que adoptan los gobiernos, los inversionistas y los consumidores afianzan con demasiada frecuencia los defectos del sistema energético actual.

“En el escenario Steps se observan algunos cambios positivos, pero las políticas actuales sitúan al mundo en la senda hacia un aumento de las temperaturas medias mundiales de 2.4 °C de aquí a 2100, lo que entraña riesgos aún más severos como consecuencia del cambio climático”. Además, los costos de la inacción climática aumentan día a día a medida que las emisiones se acumulan en la atmósfera.

¿Quién se subirá al tren del nuevo GNL?

Creen que viene un aumento de casi 50% de la capacidad mundial de exportación de GNL, liderado por Estados Unidos y Catar. Sin embargo, los precios que necesitan muchos suministradores para recuperar sus inversiones quizá no resulten atractivos a las economías en desarrollo para adoptar el gas natural a gran escala; “será necesario ceder en algún aspecto”.

Se ha aprobado un aumento en la capacidad de producción de GNL de unos 270.000 millones de metros cúbicos anualizados, que, de respetarse los calendarios anunciados, entrarán en funcionamiento de aquí a 2030.

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