La base de la construcción de la sociedad moderna es la educación
jueves, 30 de mayo de 2019
El exministro de industria y alcalde de Barcelona por nueve años dijo que para ser más productivos, los países latinos deben avanzar en servicios e industrialización
Nicolás Mayorga Patarroyo
El 84% de la población latinoamericana vive en las ciudades, superando la densidad poblacional de Asia, Europa y Estados Unidos que habita en zonas urbanas. Sin embargo, esta cantidad de personas, alrededor de 530 millones según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), tiene una productividad inferior a la de los habitantes de países asiáticos.
Frente a esto, Joan Clos, exministro de Industria de España, alcalde de Barcelona entre 1997 y 2006, exdirector ejecutivo de ONU-Hábitat y senior partner de Atrevia, explicó los retos que trae la urbanización para el desarrollo económico y algunas de las estrategias de sostenibilidad y cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como la inversión en educación y el enfoque de las economías en los sectores de industrialización y servicios.
¿Cuáles son los retos que trae la urbanización para el desarrollo de las ciudades latinoamericanas?
El desafío más importante de la urbanización latinoamericana es que ésta ha generado un menor crecimiento productivo con relación al promedio de la urbanización en el mundo.
¿A qué obedece esta baja productividad?
A aspectos de la estructura social, de la gobernanza, de las desigualdades estructurales, de la pobreza y también por la dependencia de estos países con relación al sector primario (agricultura, minería, pesca) de la economía de los países latinoamericanos.
¿Cómo afecta la dependencia del sector primario al crecimiento del país?
Latinoamérica posee unas economías primarias más potentes, pero una de sus desventajas es que están sometidas al vaivén de los precios de los commodities, de los precios del petróleo, el gas, el litio, tierras raras o la soja. Cuando los precios van bien, suelen generar unos crecimientos espectaculares, pero cuando los precios van mal, suele generar crisis también espectaculares.
Entonces, ¿qué deberían hacer estos países para tener un mejor desarrollo económico?
Las economías latinoamericanas deberían acrecentar el peso del sector secundario y terciario en su economía. Es decir, la industrialización y los servicios. Y dentro de los servicios, los que están relacionados con el conocimiento, los servicios avanzados, que generan mayor valor añadido. Este es el gran reto de América Latina.
¿Cuáles son los principales aspectos sociales en los que deberían invertir los países?
La economía del futuro, hacia la que estamos caminando, requiere mayor formación del capital humano. Esto quiere decir que la escuela es fundamental. Si un país quiere perseguir los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) tiene que encausarse en la educación, porque es la base de la construcción de la sociedad moderna, que puede aspirar a los sectores más productivos de la economía.
¿Cómo podría medirse el impacto de la educación en los ODS?
La Organización de las Naciones Unidas está aún en proceso de escoger las variables para medir el proceso de avance de estos objetivos, que son en total 17 y se proyectaron hace años para alcanzar en 2030.
El 27 de octubre se elegirán nuevos alcaldes y gobernadores, ¿qué les recomendaría para lograr un positivo desarrollo urbano y de capital humano?
Implementar el proceso de paz, mejorar la educación y generar empleo, sobre todo, un empleo de valor añadido, de servicios avanzados. No es solo el empleo en números absolutos, pues si este es de muy bajos salarios, no mejorará las condiciones sociales. Lo que hay que buscar es empleo con alto valor añadido.
¿Qué da valor añadido a los empleos?
Primero se genera en la ciudad. Si se mira el salario medio de estas zonas es un 15% o 20% más alto que el del campo. Si eres un electricista que vive en un pueblo, tienes que saber de todo; si vas a la ciudad, el mercado es más grande, generando a que haya una especialización en los oficios, que se traduce en una mayor ganancia. Esta es la clase de transformación económica que genera la ciudad, por el incremento del tamaño de los mercados, aumenta la especialización y, por ende, aumenta la productividad.