Globoeconomía

La calidad de las exportaciones colombianas

Luis Fernando Vargas-Alzate

A raíz del reciente Congreso Nacional de Exportadores en Medellín, resulta oportuno propiciar una evaluación básica sobre el desempeño de este sector y determinar si la meta de triplicar las exportaciones no tradicionales (no mineras) va por buen camino.

Un año atrás, cuando la administración Santos, en cabeza del ministro Sergio Díaz-Granados, retomó el claro deseo de profundizar la actividad exportadora hacia los sectores que generan (mayor) valor agregado, el mensaje sorprendió por lo audaz. Se planteó en su momento aumentar el nivel de las ventas al exterior en un 200% para la década que se desarrolla. Para ello se ligó la estrategia planteada con la Política de Transformación Productiva de la administración anterior y se hizo un llamado a varias instituciones para que se insertaran en los deseos y programas del gobierno hacia la meta propuesta.

La Política de Transformación Productiva es un documento Conpes que se emitió oficial y públicamente en julio de 2010, siendo aún presidente Álvaro Uribe Vélez. Su objetivo básico es “alcanzar la transformación productiva de la economía del país hacia una estructura de oferta diversificada, sostenible, de alto valor agregado y sofisticación que promueva su acertada inserción en los mercados globalizados (…)”. Es importante tener en cuenta que, aunque entre el expresidente Uribe Vélez y el presidente Santos existan diferencias en muchos aspectos, el del comercio exterior los une con facilidad.

Este documento Conpes 3678 es la base conceptual, teórica y jurídica sobre la que descansa la evolución exportadora del país, ahora medida en términos de minera y no minera para acertar con las mediciones internacionales que realiza, por ejemplo, la Organización Mundial del Comercio (OMC). Es decir, la manera de clasificar las exportaciones como tradicionales y no tradicionales debe dejarse atrás, dado que el mismo Ministerio de Comercio (Mincomercio) colombiano ha considerado su obsolencia. Hasta ahora las cifras muestran lo siguiente:

De acuerdo con Mincomercio, para 2010 el total de las exportaciones fue de US$39.819 millones, del cual 95,9% hizo parte del sector primario (commodities), es decir que alrededor de US$38.186 millones del total de las ventas al exterior fue producto de exportaciones sin transformación importante para agregar valor, y sólo unos US$1.640 millones fueron resultado de la producción que contenía algún valor agregado.

Para 2011 el total de las exportaciones fue de US$56.953 millones. Lo que supuso un incremento, en relación con 2010, del 43% en las ventas externas. De acuerdo con las estadísticas del Ministerio, las exportaciones minero-energéticas estuvieron situadas alrededor de los US$37.000 millones, lo que deja casi unos US$20.000 millones como fruto de las ventas no mineras al mundo. Para finales de la presente década el reto es llevarlas arriba de los U$50.000 millones. La pregunta es, ¿se ha empezado a trabajar en ello?

El ejercicio propuesto para evaluar los avances en la calidad de las exportaciones colombianas radica en analizar las cifras de los últimos doce meses, ubicados entre julio de 2011 y julio de 2012. Con ello resultará factible visualizar, aunque de manera primaria, si la estrategia para triplicar las exportaciones no mineras empezó su marcha o si es necesario continuar a la espera de su despegue. Para dicho periodo, y de acuerdo con la más reciente información provista por Mincomercio, los exportadores nacionales vendieron al mundo U$64.839 millones, de los cuales U$19.403 millones fueron producto de las anteriormente consideradas ventas no tradicionales, y U$45.435 millones obtenidos por exportaciones tradicionales, entre las que destacan las ventas de petróleo y sus derivados, carbón y ferroníquel.

De acuerdo con ello, y considerando que en las informaciones que Mincomercio otorga aún se habla de exportaciones tradicionales y no tradicionales, todo parece indicar que hasta ahora la estrategia no despega en su implementación. El desbalance continúa y Colombia mantiene los commodities como base de sus ventas externas.