Energía

La electricidad atrajo más inversiones que la explotación del petróleo en 2016

ISA

Bloomberg

El año pasado, por primera vez, se hicieron más inversiones en electricidad que en el suministro de combustibles fósiles, mientras el sector energético se preparaba para la electrificación de automóviles, edificios o procesos industriales, entre otras cosas.

La generación de electricidad y las expansiones de la red eléctrica absorbieron US$718.000 millones, el 42% de los US$1,7 billones invertidos en energía en 2016, según un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) publicado este martes. En cambio, el suministro de petróleo, gas y carbón recaudó US$708.000 millones, una caída respecto del año anterior debido a los menores precios y beneficios de las principales compañías petroleras.

Los hallazgos son otro hito que marca un cambio en el sector energético mundial, la cual se aleja de los combustibles más contaminantes a medida que los gobiernos responden a la amenaza del calentamiento global y el coste de las energías renovables, como el viento y la energía solar, disminuye y puede competir con los combustibles fósiles.

"El petróleo y el gas fueron la mayor fuente de inversión durante 100 años. Esto cambió en 2016", dijo Laszlo Varro, economista jefe de la AIE, en una conferencia telefónica. "Con una inversión robusta en energía renovable y el aumento de la inversión en las redes eléctricas, la electricidad es ahora el área más grande de la inversión de capital".

Las energías renovables y las redes representaron el 80 por ciento de toda la inversión en electricidad, según los cálculos de la AIE. Los nuevos proyectos de energía limpia atrajeron US$297.000 millones en 2016, un descenso del 3% con respecto al año anterior, causado por el abaratamiento de los paneles solares y turbinas eólicas. Las instalaciones subieron un 5% durante ese período.

Los proyectos energéticos requieren mucho capital y su desarrollo y construcción llevan años; por lo tanto, las decisiones tomadas y el dinero gastado hoy ponen de relieve cómo será el sistema energético en las próximas décadas. El desplazamiento de los flujos de capital desde los combustibles fósiles hacia la electricidad, en particular las fuentes limpias como la solar y la eólica, muestra que la tendencia impulsada por el acuerdo climático de París se está filtrando al negocio de la energía.

China a la cabeza

China recibió más de un quinto de la inversión mundial. El país más poblado del mundo gastó menos en nuevas centrales eléctricas a carbón, ya que la presión pública para limitar la contaminación redujo el atractivo del combustible fósil más sucio. Las empresas volcaron su capital a la generación y las redes de baja emisión de carbono, lo que supone un 65% del total mundial de US$259.000 millones.

La inversión en el sistema energético estadounidense aumentó un 16%, impulsada principalmente por las energías renovables, según el informe. La AIE no prevé un resurgimiento de la industria del carbón, pese a la promesa del presidente Donald Trump de reforzar la minería, debido a las fuerzas del mercado que se desencadenaron bajo el último presidente republicano, George W. Bush.

"El colapso del interés de los inversores se produjo bajo la administración Bush cuando la demanda de electricidad comenzó a disminuir y surgió el gas de shale", dijo Varro. "Nada de eso cambió, por lo que no vemos ningún apetito de los inversores por nuevas plantas de carbón en Estados Unidos".

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