Legislación

La 'era Trump' se somete a votación y profundiza la división en Estados Unidos

Lo demócratas parten como favoritos para recuperar el control de la Cámara de Representantes

Expansión - Madrid

Lo de menos es la renovación del Congreso de Estados Unidos, el máximo órgano legislativo del país y una de sus instituciones más poderosas. Lo de más es el examen a la gestión del personalísimo presidente que hace dos años hizo historia con su lema: "Hacer América grande otra vez".

Las elecciones de mitad de mandato (midterms) están llamadas a renovar los dos organismos que dan forma al Congreso (Cámara de Representantes y Senado), pero quedan muy lejos del ciudadano medio de Estados Unidos. La jornada electoral de hoy se interpreta, sin embargo, en clave de referéndum. A muchos de los americanos que harán el esfuerzo de acudir a su colegio electoral en un día laboral como cualquiera, les importa poco el reparto de escaños de un edificio tan imponente como inaccesible, pero, esta vez, quieren opinar sobre la gestión del presidente, Donald Trump.

El republicano más controvertido de la historia ganó las elecciones hace dos años iniciando una nueva era que se mueve al ritmo de América, primero. Las políticas proteccionistas y nacionalistas de Trump han obligado a un cambio de orden internacional y, sobre todo, han profundizado la enorme división que se vive en Estados Unidos, un país pragmático pero en el que nadie permanece impasible ante la vara de mando del ex magnate inmobiliario reconvertido a político que habita en la Casa Blanca.

En este contexto se celebran las elecciones midterm que mayor interés han despertado de las últimas décadas. Estos son sus principales términos.

Cámara de Representantes
Es una de las dos cámaras que dan forma al Congreso de Estados Unidos, depositario del poder legislativo, y el gran campo de batalla de las elecciones de hoy, que darán paso al 116º Congreso. Los demócratas esperan recuperar la Cámara de Representantes y las encuestas les dan como favoritos, pero el resultado final dependerá de los estados cuya intención de voto no está clara y que también inclinaron la balanza en las presidenciales de 2016.

Actualmente, el Partido Republicano controla 241 escaños, frente a los 194 demócratas. El líder de la Cámara es Paul Ryan, uno de los miembros del partido más críticos con las políticas de Trump.

Los 435 escaños de la cámara baja del Congreso representan a los 50 estados y se reparten en función de la población, lo que hace que los demócratas tengan más opciones.

Senado
Los republicanos están sentados en 51 asientos de los 100 que componen la cámara alta, por encima de los 47 de los demócratas y de los dos independientes que votan en sintonía con el partido azul. Aunque la distancia es estrecha, los conservadores confían en mantener su mayoría, ya que los demócratas renuevan 25 puestos, frente a los 8 de los conservadores. Diez de estos escaños se disputan en estados que dieron el triunfo a Trump, lo que dificulta aún más una victoria demócrata.

Cada estado cuenta con dos representantes en la cámara alta, independientemente de su población, un sistema que beneficia a los republicanos. El máximo representante del Senado es el vicepresidente, Mike Pence, que vota en caso de empate.

Gobernadores
Hasta 36 estados escogen hoy gobernador, lo que también servirá para calibrar la profundidad de la huella de Trump en los distintos territorios de Estados Unidos. Nueve gobernadores demócratas, 26 republicanos y el independiente de Alaska se enfrentan a las urnas. De ellos, 20 se presentan a la reelección, lo que les da más opciones para volver a ganar.

Florida
Es uno de los estados dudosos, una condición que, junto a su extensa población, le otorga una enorme importancia en cualquier proceso electoral. La contienda entre demócratas y republicanos está muy reñida, pero las encuestas daban ayer una ligera ventaja al partido en la oposición. El estado elige también gobernador, puesto que se disputan el demócrata Andrew Gillum y el republicano Ron DeSantis. El gobernador actual, el conservador, Rick Scott, pelea por un puesto en el Senado.

Abstención
El número de ciudadanos que se decida a votar será determinante para el resultado final. Están llamados a ejercer su derecho unos 250 millones de estadounidenses, de los que, en pasadas ediciones, apenas votaron el 30%. Los números comunicados hasta ahora en los estados que permiten el voto adelantado predicen, sin embargo, una participación mayor. En Florida, por ejemplo, habían votado ya más de 5 millones de personas a cierre de esta edición, una cifra récord.

Wall Street
Aunque la guerra por el Congreso es política, la batalla también se vive en Wall Street. Trump ha utilizado la baza del mercado para asustar a los ciudadanos sobre el supuesto desplome que podría iniciarse si ganan los demócratas. Las bolsas acusarían, sobre todo, un excesivo reparto de poder entre las cámaras.

Republicanos
Las críticas de los miembros de su partido al presidente se han ido apaciguando ante la bonanza de los mercados y la creciente confianza de los consumidores, en máximos de hace casi dos décadas. Si mantienen el poder, será difícil que se planteen una guerra abierta contra el mandatario. Si pierden una cámara (o las dos), se iniciaría la lucha por sustituirle en las elecciones de 2020.

Demócratas
No pueden permitirse perder las elecciones. El partido carece de un líder claro y con opciones para ganar unas residenciales. El control del Congreso es la única manera que tienen los demócratas para servir de contrapeso a la agenda de Trump en asuntos como la inmigración, la sanidad o la investigación sobre la influencia rusa en las elecciones de 2016.

Trump
Se mueve cómodamente en campaña y se ha implicado hasta el máximo en el proceso electoral. Sabe que está en juego su enorme poder y un nuevo mandato en la Casa Blanca. Si los republicanos pierden una o las dos cámaras, su futuro estará en el aire y solo le quedará la baza del poder ejecutivo.

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