La IA podría reemplazar los espacios de socialización en las nuevas generaciones
domingo, 7 de diciembre de 2025
The Economist asegura que la sociedad debe reflexionar sobre los cambios que trae la tecnología en la crianza de los niños y adolescentes
La Navidad de este año es diferente para las nuevas generaciones. Los niños a lo largo del mundo destaparán juguetes con IA, capaces de hablar y enseñar. Los adolescentes consumirán juegos mejorados con esta tecnología y piezas audiovisuales que están construidas con inteligencia artificial. The Economist asegura que la IA llegó para transformar a las nuevas generaciones, pero como todo cambio tecnológico trae ventajas y riesgos.
En el ámbito educativo, la infancia está siendo rediseñada por la IA: tutores privados, programas personalizados y entretenimiento hecho a la medida. Los más jóvenes pueden ahora escuchar canciones sobre ellos y leer historias en las que son protagonistas. También pueden crear amistades con chatbots, que se muestran mucho más complacientes y amables que los humanos en el mundo real.
Las escuelas tienen un papel importante para enseñar la IA como una herramienta, pues tienen el papel de instruir a las nuevas generaciones en que un robot no es capaz de debatir y discrepar con sus opiniones. Las escuelas, según la publicación, deben ser centros de descubrimiento para conocer personas y llegar a nuevas ideas que están más allá de sus experiencias personales.
The Economist afirma que este escenario es un futuro lleno de oportunidades y trampas ocultas. Una educación a medida puede generar un vacío solitario y fragmentado del aprendizaje. La IA podría crear "adultos mal preparados para la vida real" y la sociedad debe replantearse el proceso de crecimiento de los niños.
"Ser criado por robots tiene ventajas. Las empresas tecnológicas ya están demostrando cómo la IA puede mejorar el aprendizaje, especialmente donde los profesores y los materiales son escasos. La alfabetización y el aprendizaje de idiomas se han visto impulsados en las primeras pruebas", asegura The Economist.
Sin embargo, los riesgos latentes de la IA se han visto en diversos casos. Tutores de IA que dictan respuestas incorrectas o juguetes cuya conversación tomó un tono sexualizado son algunos de los ejemplos. También hay videos deepfake y chatbots que inducen a tomar decisiones de autolesión.
En cuanto a la educación, los chatbots tienen riesgos inherentes. La IA suele mostrarse más complaciente con el usuario y evita las críticas. Los adolescentes en Estados Unidos aseguran que hablar con un chatbot es tan satisfactorio como charlar con un amigo y menos complicado que dialogar con sus padres.
"Los bots de sí amenazan con crear niños que no están acostumbrados a turnarse, y que crecen como compañeros incapaces de llegar a acuerdos y parejas que desconocen el intercambio de ideas que requiere una relación", asegura la publicación.
En otros ámbitos de la vida, las relaciones románticas podrían verse descartadas por las nuevas generaciones. El teletrabajo, el cual desdibuja los entornos físicos laborales, generaría un aislamiento en el que solo hay interacción a través de pantalla y, en muchos casos en el futuro, por medio de agentes de IA personalizados.