La inflación alemana se mantuvo sin cambios en febrero, lo que genera presión al BCE
viernes, 28 de febrero de 2025
Los precios al consumidor aumentaron 2,8% respecto al año anterior; los economistas encuestados por Bloomberg esperaban una ligera desaceleración hasta 2,7%.
Bloomberg
La inflación alemana inesperadamente se mantuvo sin cambios en febrero, lo que pone de relieve los desafíos que enfrenta el Banco Central Europeo a la hora de decidir con qué rapidez y en qué medida recortar las tasas de interés.
Los precios al consumidor aumentaron 2,8% respecto al año anterior, según informó el viernes la oficina de estadísticas. Los economistas encuestados por Bloomberg esperaban una ligera desaceleración hasta 2,7%.
El informe sigue a cifras anteriores que mostraban que la inflación francesa retrocedió a su nivel más bajo en cuatro años, mientras que las ganancias de precios en Italia sorprendentemente se mantuvieron estables.
La lectura de España, publicada el jueves, se mantuvo en 2,9%, con un indicador de presiones subyacentes cayendo en picado.
Se espera que el BCE reduzca su tasa clave de depósito en otros 25 puntos básicos hasta el 2,5% la próxima semana, con lo que el total de flexibilización desde junio asciende a 150 puntos básicos. Si bien los economistas e inversores pronostican más recortes hasta 2% este año, las autoridades tienen opiniones cada vez más divergentes sobre la trayectoria de las tasas.
Algunos funcionarios, como Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo, se preocupan por la inflación de los servicios, los precios más altos de la energía y los aranceles comerciales estadounidenses, mientras que otros, como el jefe del banco central italiano, Fabio Panetta, se preocupan más por el lento crecimiento económico y el riesgo de no alcanzar el objetivo.
Un panorama más claro de las presiones sobre los precios surgirá el lunes, cuando los analistas esperan que el bloque monetario de 20 naciones informe una moderación de la inflación a 2,3%.
En Francia, los precios al consumidor aumentaron un 0,9% respecto al año anterior, tras un aumento del 1,8% en enero. Los economistas habían estimado un avance de 1,1%. La inflación italiana se mantuvo en el 1,7%, en contraste con la predicción mediana de 1,8%.
Ambos países registraron desaceleraciones en el aumento de los precios de los servicios, una preocupación particular del BCE.