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La mayoría de los miembros de la Fed quieren recortar los estímulos en 2013

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La mayoría de los miembros de la Reserva Federal consideran apropiado comenzar a retirar las compras de bonos antes de que acabe este año, según han constatado las actas de la última reunión. 

En la última reunión de la Fed, celebrada en septiembre, el banco central estadounidense decidió continuar con su volumen de compra de bonos en contra de las expectativas del mercado, que esperaban que decidiera iniciar la retirida de los estímulos. 

De acuerdo con las actas de la reunión publicadas ayer, la decisión de mantener sin cambios el programa de compra de bonos fue "relativamente difícil de tomar". No obstante, reflejan que hay un fuerte apoyo dentro del seno de la Fed para iniciar el ajuste este mismo año. La entidad emisora que preside Ben Bernanke tiene dos reuniones aún por delante antes de que acabe el año, en octubre y diciembre. 

Las minutas constatan que la mayoría de oficiales defienden una hoja de ruta para una retirada progresiva de las compras de bonos que se inicie a finales de este año y que termine con el fin del programa a mediados de 2014. Además, algunos de los miembros consideraron que sería mejor retirar sólo compras de bonos del Tesoro y mantener la de las titulaciones hipotecarias. 

La Reserva Federal inyecta en los mercados unos 85.000 millones de dólares al mes en compras de bonos del Tesoro e hipotecarios desde septiembre de 2012. 

Fuerte debate interno

Las notas de la reunión también muestran el fuerte debate interno entre los miembros a la hora de decidir sobre el rumbo de las compras de bonos. "Hay diversas consideraciones que hicieron que la decisión de mantener el ritmo de compra de activos en esta reunión se produjera por un margen relativamente estrecho", añaden. 

Uno de los principales focos de preocupación entre los banqueros fue la interpretación que harían los mercados a la decisión de la Fed de no actuar, así como la del potencial inicio de la retirada de estímulos, que podría provocar un empeoramiento de las condiciones financieras. Los miembros reflejaron su preocupación de que un ajuste en las condiciones crediticias puedan desacelerar el crecimiento y afectar al mercado laboral, que sigue con una tasa de desempleo alta.