La meta del nuevo CEO de Latam es implementar los acuerdos de la aerolínea

El próximo CEO de Latam, Roberto Alvo, no le tiene miedo a las combinaciones, ni a los cambios. Será porque tiene una ascendencia multiétnica -yugoslava, sefardí y austrica-, pero desde su juventud, el ejecutivo mostró una gama de intereses, que escapaban del mundo de las aerolíneas.
Nacido en México, Roberto Alvo (50 años) cursó hasta segundo medio en la Alianza Francesa de ese país, para luego terminar sus estudios en el Nido de Águilas de Santiago. Por eso, habla tres idiomas: español, francés e inglés, en ese orden.

Un hecho desconocido, es que antes de dedicarse a estudiar ingeniería estructural, cursó por tres años física en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Algo queda de esos años, por el lado de la astronomía. De hecho, tiene telescopios en su casa.

Sin embargo, la visión del futuro laboral que tendría como físico lo llevó a cambiar el rumbo. Era 1987 y Alvo obviamente no sabía que estaba comenzando el camino que lo llevaría a conducir Latam 35 años después. El inicio profesional no fue del todo fácil. Tras salir en 1993 de la universidad -y durante nueve meses-, se dedicó a la venta de software en una empresa llamada Alef Data, con foco en Ecuador y Colombia. No resultó, pero llegó a la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM), para convertirse en analista financiero y en menos de cinco años llegó a ser gerente.

Al tiempo que cosechaba sus primeros éxitos profesionales, Alvo desarrolló su gusto por la buena mesa. Quienes lo conocen saben que cuando invita a un amigo a comer, él mismo diseña el menú y prepara los alimentos, siendo atrevido con el uso de especias, un gusto que adquirió en México.

Inicios en Latam
En noviembre de 2001 parte su ascenso en la aerolínea de los Cueto. El ejecutivo tenía unos años de experiencia en el cuerpo, cuando aterrizó a la gerencia de finanzas de Lan. Su llegada coincidió con el período de expansión de la compañía, cuando los accionistas abrieron operaciones en cuatro países: Argentina, Perú, Ecuador y Colombia.

Durante diez años y con una alta rotación de cargos, Alvo adquirió las habilidades necesarias para transformarse en un hombre clave en el período de fusión de Lan-Tam en 2012 -durante dos años dedicó la mayor parte de sus días a planificar la logísitica del negocio- y entrar como un player en Brasil, el mercado más codiciado de la región.

A partir de ese año y hasta 2017, el ejecutivo se convirtió en el CEO internacional de Latam y tuvo la responsabilidad de asumir las pérdidas y ganancias de las operaciones con ingresos de US$4.000 millones. Según explica su curriculum, entre 2015 y 2017, Alvo duplicó los márgenes comerciales y jugó un papel fundamental en la negociación de incorporar a Qatar Airways como nuevo accionista a través de un aumento de capital por US$615 millones. Al mismo tiempo, renegoció el aplazamiento y cancelación de compromisos de flota por US$ 4.000 millones debido a los problemas que se veían en Brasil.

El éxito su carrera lo transformó en vicepresidente comercial del Grupo Latam en 2017, haciendo de supervisor en todas las funciones relativas a esta materia, tanto pasajero como carga. El objetivo era aumentar la participación de la aerolínea en todos los centros importantes de la región entre un 10% y un 30%.

Esta presión por crecer lo llevó a una nueva misión: negociar los acuerdos comerciales con American Airlines y el Grupo IAG. La idea era implementar una alianza que combinara los US$8.000 millones de ingresos entre los tres socios, operación que se debería implementar próximamente fuera de Chile, ya que aquí fue objetada por la Corte Suprema.

Pese al golpe, Enrique Cueto, hombre clave en el crecimiento de Latam dio un paso al costado y designó a Alvo a encabezar la compañía. La tarea para el mexicano es clara: su norte a partir de marzo de 2020 será cómo implementar los JBA (Joint Business Agreement) de la aerolínea.