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La Ocde alerta sobre el bajo impulso a la innovación agrícola en el campo colombiano

Gráfico LR

La formalización de tierras, el impulso de la agroecología y las políticas de adaptación climática son pasos decisivos hacia una nueva ruralidad en el país para el futuro

David Alejandro Realpe Iregui

El futuro de la innovación global está cambiando y por ello ya no se medirá por quién produce más conocimiento, sino por quién logra transformarlo en resiliencia, seguridad y sostenibilidad. Así lo señala el último informe “Seguimiento y evaluación de las políticas agrícolas 2025” de la Ocde.

El documento resalta los avances que ha tenido Colombia en términos agrícolas, en el cual muestra la implementación de políticas rurales inclusivas, en la formalización de tierras y en el fortalecimiento de la agroecología, también la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde, alerta al país sobre un estancamiento en la productividad, baja inversión de innovación y un débil vínculo entre estrategias ambientales y políticas comerciales.

En este contexto, Colombia aparece como uno de los países que avanza correctamente hacia la innovación agraria a pesar que aún tiene profundas tareas para transformar estructuralmente su sector rural; este informe además destaca los esfuerzos del gobierno por integrar la sostenibilidad ambiental y la equidad social en las políticas agrarias, especialmente a través de la Reforma Rural Integral y de programas que buscan cerrar las brechas históricas en el acceso a la tierra y a los recursos productivos.

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El país pese a que avanza en la reforma agraria, aún sigue rezagada en la innovación agrícola, dentro de las principales razones se encuentra la baja inversión en investigación y desarrollo rural ya que, Colombia destina menos de 0,6% del valor total de la producción agrícola a sistemas de conocimiento e innovación, una cifra por debajo del promedio de la Ocde; esto lo que significa es que los recursos públicos y privados orientados a ciencia, tecnología y transferencia de conocimiento en el campo son insuficientes para generar avances significativos en productividad.

Por otro lado, el país presenta una débil conexión entre la universidades, centros de investigación y productores, por ello, muchos proyectos de innovación se quedan únicamente en el ámbito académico sin llegar a los agricultores, especialmente a los pequeños productores del país que cuentan con las herramientas.

Adicionalmente, gran parte del campo colombiano aún carece de conectividad digital, carreteras rurales adecuadas y el acceso estable a energía lo cual impide la adopción de tecnologías modernas como la agricultura de precisión, los sistemas de riego inteligentes o el uso de datos satelitales para optimizar cultivos.

El acceso al crédito ha sido uno de los problemas que enfrentan pequeños y medianos agricultores ya que tienen poco acceso a estos; así mismo, las entidades financieras consideran el sector agrícola como de alto riesgo, lo que reduce las oportunidades para invertir en maquinaria, biotecnología o sistemas sostenibles.

Por último, dentro de los problemas se encuentra la desigualdad en el acceso a la tierra y los recursos; y denota que muchos pequeños productores carecen de escala suficiente para adoptar tecnologías modernas o participar en cadenas de valor, lo que frena la expansión de prácticas innovadoras en el conjunto del sector.

LOS CONTRASTES

  • Juan Felipe Harman OrtizDirector de Agencia Nacional de Tierras

    “En esa tarea tan ardua de la recuperación de tierras en Colombia, no queremos otra cosa que seguir sembrando la Reforma Agraria en nuestro país”.

Dentro de los retos que tiene Colombia es el apoyo al sector agrícola colombiano, el cual se ubicó en 12,2% entre 2022 y 2024, una cifra que se encuentra por debajo del promedio de la Ocde que fue de 13,2% y, aún más debajo de 25,1% que fue el registrado a principios de siglo. Cabe resaltar que, este índice es medido como porcentaje de los ingresos agrícolas brutos, PSE.

Entre 2013 y 2022, el crecimiento de la producción agrícola nacional fue de 1,7% anual, esto impulsado principalmente por la expansión de tierras cultivables y el uso intensivo de mano de obra, pero con un aumento de apenas 0,4% en la productividad total de los factores, es decir, el campo colombiano produce más, pero no mejor.

Este documento en el cual se analizan las políticas agrarias de 54 países, entre ellos 38 miembros de la Ocde subraya que el apoyo total al sector agrícola alcanzó un promedio anual de US$842.000 millones entre 2022 y 2024.

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