La visita de Javier Milei a Uruguay marca un giro en las relaciones entre ambos países
lunes, 7 de octubre de 2024
La posición del actual gobierno argentino sobre el funcionamiento del bloque regional es cercana a lo que ha pregonado Lacalle Pou
El Observador - Montevideo
La llegada de Javier Milei al gobierno rompió la lógica de relacionamiento que se había observado en los últimos años entre Argentina y Uruguay. Algunas medidas que tomó la nueva administración tuvieron repercusión positiva a nivel local y ahora, a menos de un mes de las elecciones nacionales, se abre un paréntesis de incertidumbre sobre cómo será el diálogo a partir del año próximo.
El cambio de tono se notó a poco más de un mes de la asunción de Milei y fue en un encuentro político entre los cancilleres de los dos países, Omar Paganini y Diana Mondino, que se efectuó el miércoles 24 de enero previo a una reunión del Mercosur en Asunción.
Uruguay mantenía un viejo reclamo para profundizar el canal de acceso al puerto de Montevideo a 14 metros que esperaba aprobación en algún escritorio de la Comisión Administradora del Río de la Plata (Carp).
Pero ese miércoles los dos cancilleres acordaron avanzar al respecto. Una semana después la delegación argentina en la Carp autorizaba formalmente la solicitud de Uruguay. La profundización del canal de acceso le permitirá al puerto de Montevideo recibir buques cargueros de mayor calado con más capacidad de carga. Eso le otorgará una ventaja competitiva contra Buenos Aires, su principal competidor.
Ese mismo día, el presidente Luis Lacalle Pou destacó la decisión argentina. “Desde el principio de este gobierno hemos impulsado el dragado a 14 metros del canal de acceso al puerto de Montevideo. Hoy finalmente podemos avanzar. Quiero reconocer el gran trabajo de nuestro equipo técnico y la buena voluntad del presidente Javier Milei y Diana Mondino”, escribió en su cuenta de X.
Se estableció que la contrapartida a esa buena voluntad sería el apoyo de Uruguay a alguna medida fluvial que quisiera llevar adelante el gobierno argentino.
“La relación cambió abruptamente, tuvo el hito del dragado, que es histórico, y tiró por la borda años de negativa de Argentina para tratar este tema”, dijo a El Observador Ignacio Bartesaghi, director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica.
Los cambios del gobierno de Milei
Milei ya había dado señales de cómo procesaría los cambios económicos si llegaba a la presidencia y comenzó a hacerlos a los pocos días.
La receta fue sencilla. Aplicó un ajuste con políticas fiscales y monetarias contractivas que tuvieron como consecuencia una baja de la actividad. “La sorpresa fue la intensidad y la rapidez del ajuste”, mencionó a El Observador el economista de PwC, Ramón Pampín.
Según su visión había un diagnóstico bastante consensuado sobre los desórdenes de precios y tipo de cambio que tenía la economía argentina.
En diciembre del año pasado, la administración decidió sincerar el tipo de cambio con una devaluación cercana a 50%.La brecha entre el dólar oficial y el blue -que había superado 100% en el segundo semestre del año pasado- se acortó sustancialmente.
A partir de ese mes Argentina comenzó a encarecerse para los uruguayos. Eso se notó visiblemente en el turismo de compras con una fuerte caída de los cruces hasta Buenos Aires o localidades fronterizas.
Pampín explicó que el aumento del consumo privado que se registró en Uruguay durante el año anterior comenzó a trasladarse a sectores de producción de Argentina. Así fue como la actividad local de supermercados, restaurantes y comercios se vio sustituida por el turismo de compras. El impacto fue más visible en los departamentos del litoral que asistieron a éxodos constantes durante los fines de semana.
Eso fue atenuándose en la primera parte de 2024 y las zonas fronterizas uruguayas recobraron el dinamismo perdido.
Según datos del Ministerio de Turismo entre abril y junio de este año se registraron 422.850 salidas de uruguayos a Argentina. Un año atrás habían sido 976.725. El descenso interanual fue de 57%. El gasto asociado a los viajes también se redujo y pasó de US$305,3 millones a US$148,7 millones.
Comercio exterior
Otras medidas aplicadas por el actual gobierno estuvieron referidas al comercio exterior. Desde fines del año pasado comenzó a regir el Sistema Estadístico de Importaciones (Sedi) que reemplazó al anterior Sistema de Importaciones de la República Argentina (Sira) implementado por la anterior administración de Alberto Fernández.
Los exportadores uruguayos se quejaron durante años sobre la burocracia de los permisos de importación de Argentina. Pero ese no era el único problema. Con la exportación cumplida comenzaba un tedioso proceso para poder cobrarla. Eso resultó en deudas de importadores argentinos con empresas uruguayas por US$200 millones.
En principio, el Sedi unificó los pagos de las importaciones en cuatro veces consecutivas entre 30 y 120 días.
A partir del 1º de agosto los redujo. Una resolución del Banco Central de Argentina (Bcra) indicó que el objetivo era avanzar hacia una normalización del comercio exterior permitiendo una reducción de las deudas contraídas por los importadores que se acumularon en el anterior período de gobierno.
Por eso estableció una reducción de los plazos que para una buena parte de las exportaciones uruguayas pasaron a ser en dos cuotas iguales, a los 30 y 60 días.
En paralelo, las deudas atrasadas –por operaciones cursadas a través del Sira- se fueron cancelando para llegar a aproximadamente US$30 millones en este momento. Las medida fueron bien recibidas por el sector industrial exportador de Uruguay.
Mercosur y después
La posición del actual gobierno argentino sobre el funcionamiento del bloque regional es cercana a lo que ha pregonado Lacalle Pou. Sin embargo, en la última cumbre del Mercosur se produjo un chispazo entre los dos mandatarios. Milei no asistió y el presidente uruguayo reprochó la ausencia. “Si el Mercosur es tan importante deberíamos estar acá todos los presidentes", dijo Lacalle en el encuentro regional.
Días después los presidentes tuvieron su primera reunión bilateral para reforzar el vínculo.“El posicionamiento de Argentina respecto al Mercosur es una visión muy similar a la de Uruguay. Es un aliado imposible de imaginar si hubiera ganando Sergio Massa”, dijo Bartesaghi.
El gobierno de Fernández había tenido un acercamiento lógico con Luiz Inácio Lula da Silva, algo que Milei dejó atrás lo más rápido que pudo. Ahora, a tres semanas de las elecciones, la interrogante es cómo se posicionará el próximo gobierno uruguayo con Milei.
Bartesaghi opinó que si el Frente Amplio consigue la victoria en elecciones seguramente caiga en la tentación de recibir el “abrazo dialéctico de Lula y el enamoramiento de la izquierda latinoamericana”.
Por eso, desde su visión Yamandú Orsi deberá tener la habilidad de no caer en la simpleza de exagerar la relación con el presidente brasileño y empeorarla con Milei. Pero tiene casi la certeza que eso ocurrirá en un gobierno de izquierda en Uruguay. “El ejemplo es lo que hizo Lacalle, que mantuvo una buena relación con Lula”·, expuso.
Ese sería el camino que debería tomar la coalición si consiguiera el triunfo electoral este año: mantener un relacionamiento armónico con los dos principales socios del Mercosur y avanzar –de manera más pronunciada- hacia una apertura de mercados a través de acuerdos comerciales.