Las cinco cuestiones clave de la irrupción saudí en accionariado de operadora Telefónica
martes, 12 de septiembre de 2023
El nuevo curso para las empresas del Ibex ha comenzado con una operación de gran escala: la compra de 9,9% de Telefónica por parte de Saudi Telecom Company (STC), valorada en US$2.100 millones
Expansión - Madrid
El nuevo curso para las empresas del Ibex ha comenzado con una operación de gran calado: la compra de 9,9% de Telefónica por parte de Saudi Telecom Company (STC), valorada en 2.100 millones. La entrada del grupo árabe en la operadora española se produce en un momento de tensión en el sector de las telecomunicaciones, pendiente de la fusión de MásMóvil y Orange y con las cotizaciones en horas bajas; y de inestabilidad política en el país, con un Gobierno en funciones que trata de pactar apoyos parlamentarios para seguir en el poder.
La transacción deja abiertas varias cuestiones entre observadores y analistas.
¿Por qué la operación se ejecutó en secreto?
El consejo y los principales accionistas de la operadora española han reconocido su total desconocimiento de las intenciones de STC hasta el 5 de septiembre, cuando esta compañía comunicó la compra de 4,9% del capital de Telefónica y la firma de opciones para tomar otro 5%. El Gobierno tampoco fue informado con anterioridad.
Puede resultar extraño que un grupo controlado por el fondo soberano de Arabia Saudí aparezca de esa forma abrupta en una empresa tan estratégica para un país amigo, aunque luego ha mostrado su intención de respaldar el equipo y estrategia de Telefónica. Su argumento es que no quería provocar filtraciones en el mercado. También es raro que las compras en Bolsa no levantaran inquietudes.
Cada día, se mueven en el parqué unos 40 millones de euros en acciones de la operadora. Adquirir 4,9% equivale a aspirar todas esas acciones durante 25 días. STC, a través de Morgan Stanley, tardó 4 meses en hacerlo. Quizá hubo sospechas desde el equipo financiero de Telefónica, pero no se detectó el inversor final.
¿Va el Gobierno a frenar la incursión saudí?
La legislación de inversiones extranjeras exige autorización del Consejo de Ministros para superar 5% del capital de una empresa vinculada al sector de Defensa, caso de Telefónica. La vicepresidenta Yolanda Díazha pedido utilizar esa herramienta para parar los pies a STC, mientras que Nadia Calviño quiere un análisis reposado de las intenciones de la firma saudí.
Una opción intermedia para el Gobierno (como hizo con IFM en Naturgy, donde también hubo un choque interno) es restringir los derechos políticos de STC, obligándole a que respalde las inversiones de Telefónica en España y no tenga acceso a datos sensibles. También podría frenar su entrada al consejo de administración.
La legislación permite a los inversores extranjeros tener entre 5% y 9,9% de una compañía de Defensa sin permiso, siempre que no ejerzan derechos políticos ni entren al consejo. Es decir, incluso en el peor escenario de un veto, STC tendrá la decisión final de seguir en el capital, aunque sin derechos tiene poco sentido la gran inversión realizada.
¿Cuántas plumas se deja Morgan Stanley?
Este gigante de Wall Street ha trabajado con STC en su entrada en Telefónica, intermediando sus compras bursátiles desde el mes de mayo. Se trata de un banco con buenas relaciones históricas con Telefónica: por ejemplo, se le encargó hace unos años la búsqueda de socio para la filial de tecnología (todavía pendiente) y un análisis de la estrategia del grupo en Latinoamérica.
Enrique Pérez-Hernández, uno de los jefes globales del área de banca de inversión en tecnología de Morgan, ha asesorado en ocasiones a José María Álvarez-Pallete, presidente de la operadora. Pero el banco también tiene intensos vínculos con Arabia Saudí y STC.
Hace dos años, fue uno de los colocadores en Bolsa de Solutions (una filial de tecnología de la operadora) y también participó en la OPV del gigante petrolero Aramco. En el sector se habla de la existencia de murallas chinas que pueden impedir a un banquero de inversión saber qué hace el equipo de mercados. A junio de 2023, Morgan Stanley tenía una exposición al mercado español de US$3.806 millones, frente a los 2.611 millones al final de 2022.
Ese salto se explica por un fuerte aumento en la cartera de bonos del Tesoro español, para el que el banco trabaja como creador de mercado. Morgan espera, pasada la tormenta y con el argumento de las murallas chinas, no perder sus relaciones con Gobierno y empresas españolas. Ahora trabaja en la salida a bolsa de Hotelbeds y asesora a Vodafoneen el futuro de su filial española.
¿Pueden otros fondos seguir los pasos de STC?
Telefónica ha subido en Bolsa desde el anuncio de la entrada de STC, pasando de 3,75 a 3,89 euros. La operación saudí puede ser considerada por algunos inversores como un voto de confianza en las perspectivas de la empresa española, o el anticipo de futuras compras de más acciones como pasó en Vodafone, donde la operadora emiratí Etisalat ha pasado de 9,8% a casi 15%.
Sin embargo, esta entrada puede disuadir la aparición de fondos más agresivos en el capital de Telefónica, como Elliott Advisors o TCI, o incluso de alguna otra compañía del sector. En el caso de Vodafone, sin embargo, Xavier Niel (dueño de la operadora Iliad) se ha hecho con 2,5% del capital después de la entrada de Etisalat. Todo dependerá de que la inversión de STC en Bolsa no pierda valor para que las aguas sigan plácidas. En lo que va de 2023, Vodafone cae 13% en Bolsa -lo que explica el nerviosismo accionarial-, mientras Telefónica sube 13%.
¿Están en peligro las relaciones entre España y Arabia Saudí?
El Icex califica de "excelentes" las relaciones políticas entre los dos países, aunque lamenta que no haya más "proyectos" conjuntos. En 2022, las exportaciones saudíes hacia España se situaron en 5.116 millones de euros,correspondientes casi en su totalidad a petróleo y sus derivados. Las ventas españolas a Arabia Saudí alcanzaron los US$2.965 millones, con los buques de guerra y los productos agroalimentarios liderando los envíos.
El déficit es compensado con los contratos de construcción de infraestructuras como el AVE entre Medina y La Meca y el metro de Riad, en los que han participado firmas españolas como OHL y FCC. En cuanto a la inversión, España tenía al final de 2021 solo 600 millones de euros en Arabia, y este país algo más de mil millones en nuestro país (lideradas por Olayan y Sabic). La entrada de STC en Telefónica supone un salto en estas relaciones bilaterales, y queda por ver si el Gobierno español maneja esta operación como moneda de cambio para intentar reforzar lazos en otros sectores.