Las previsiones económicas reconocen la fuerte y próxima desaceleración
lunes, 10 de octubre de 2022
La horquilla de previsiones va desde el 2,1% que mantiene el Gobierno hasta el 1% que calcula BBVA, pasando por el 1,4% del Banco de España y el 1,5% de la Airef y la OCDE
Expansión - Madrid
Puede parecer que la dispersión de previsiones es excesiva, pero se explica por la elevada incertidumbre sobre cuestiones ajenas al propio desarrollo de la economía, lo que impide ver con claridad cómo va a evolucionar ésta en los próximos trimestres.
Preguntado tanto el responsable de Economía y Estadística del Banco de España como el del servicio de estudios del BBVA acerca de si la divergencia con la previsión del Gobierno estaba dentro del grado de posibles oscilaciones que siempre existen, ambos contestaron afirm
La horquilla de previsiones va desde el 2,1% que mantiene el Gobierno hasta el 1% que calcula BBVA, pasando por el 1,4% del Banco de España y el 1,5% de la Airef y la OCDE.
Puede parecer que la dispersión de previsiones es excesiva, pero se explica por la elevada incertidumbre sobre cuestiones ajenas al propio desarrollo de la economía, lo que impide ver con claridad cómo va a evolucionar ésta en los próximos trimestres.
Preguntado tanto el responsable de Economía y Estadística del Banco de España como el del servicio de estudios del BBVA acerca de si la divergencia con la previsión del Gobierno estaba dentro del grado de posibles oscilaciones que siempre existen, ambos contestaron afirmativamente, destacando que hay demasiados elementos que pueden dirigir en un sentido o en otro la evolución de la actividad (el precio del gas y del resto de las materias primas; la desaparición más rápida o menos de los cuellos de botella actuales; la evolución del grado de confianza de empresas y particulares sobre su propia percepción de lo que vaya a ocurrir, la evolución del empleo dentro del proceso de desaceleración, qué va a pasar con el ahorro embalsado, son algunos de los elementos, junto con la evolución de la guerra como consecuencia de la invasión rusa en Ucrania) y que la persistencia de la elevada inflación está afectando de forma muy importante.
Recuperación
Por eso, y dejando a un lado que en esta desaceleración se pueda llegar a producir una recesión técnica (en BBVA consideran muy probable que esto ocurra a lo largo de los tres próximos trimestres, mientras que en el escenario dibujado por el Banco de España esto no llega a ocurrir, aunque la actividad estará estancada hasta primavera), lo que preocupa es el hecho de que, sea cual sea finalmente la evolución del PIB en 2023, no será suficiente para conseguir recuperar durante ese año el nivel de riqueza anterior a la pandemia.
Habrá que esperar a 2024 para alcanzarlo y bastantes trimestres más para recuperar la tendencia de crecimiento que la economía española registraba antes de la aparición de la enfermedad provocada por el coronavirus. Y hay que tener en cuenta que el resto de la Unión Europea lo ha superado desde hace varios trimestres.
Para Jorge Sicilia, responsable del servicio de estudios de BBVA, "va a haber lo que se denomina recesión técnica" (dos trimestres consecutivos con descenso del PIB), pero habría que considerar el hecho de que, frente a otras situaciones similares, en esta ocasión todo indica que, si tiene lugar, será en un entorno de evolución del empleo mucho menos negativo.
Para BBVA, "la recesión será más corta y menos intensa" que las anteriores. Algo que también el Banco de España considera, ya que estima que el crecimiento estancado de estos trimestres y el primero de 2023 se superará a partir de la próxima primavera para que la economía coja un impulso que se notará sobre todo en 2024.
Precios
Las principales incógnitas residen en la evolución de la inflación, aunque se cuenta que, a partir de los primeros meses de 2023, si no ocurre antes, ésta empezará a descender aunque se mantenga en niveles altos, aunque solo sea por el llamado efecto base, ya que ahora se compara con meses de 2021 en los que los precios, aunque empezaban a subir, estaban relativamente bajos.
Hay elementos para todos los gustos: quien piensa que el gas seguirá subiendo, y ello influye en exceso en la actividad en Europa, y quien considera probable que se haya alcanzado, o se esté a punto de ello, el máximo. Al tiempo que los precios del resto de las materias primas (habrá que ver qué pasa con el petróleo tras el anuncio de un posible recorte en la extracción) parecen estar relajándose.
La otra duda es sobre la subida de los tipos de interés, y su ritmo, y la influencia que el endurecimiento de la política monetaria puede tener sobre la actividad y las decisiones de consumo e inversión de las familias.
A pesar de la subida de los tipos de interés, en las entidades financieras no esperan una caída drástica del crédito (puede haber sustitución de préstamos a pymes y medianas empresas por grandes y una cierta caída de las hipotecas, aunque sigue habiendo mucha competencia) y no consideran que los costes financieros en general vayan a subir tanto que se produzca una oleada de impagos.
Naturalmente habrá grupos de empresas y de familias que tendrán dificultades financieras, pero, en opinión de los bancos, será relativamente manejable con los distintos instrumentos que tienen para esas ocasiones.