Las seis tareas fundamentales que afronta Felipe VI
viernes, 20 de junio de 2014
Ripe
La crisis parece disiparse poco a poco, pero las dificultades por las que pasa todavía la sociedad harán necesarios los continuos llamamientos al optimismo que ha protagonizado Juan Carlos I, así como su mano izquierda a la hora de acompañar a los empresarios en el mercado exterior.
Pero entre los desafíos más importantes se encuentra protagonizar la modernización de las instituciones, que él ahora abandera con su sucesión. Estos son los seis ejes que marcarán su reinado:
1- Gobernabilidad
Entre las teorías sobre la sucesión sobrevuela que Juan Carlos ha acelerado su abdicación tras el resultado de las elecciones europeas. El bipartidismo está en riesgo y con ello la gobernabilidad en España, sostienen algunos. Felipe VI deberá afrontar a partir de 2016 un Congreso de los Diputados quizás impracticable.
Podemos, IU o ERC, resueltamente antimonárquicos, proyectan mucho poder en las nuevas Cortes. El monarca deberá levantar puentes y limar diferencias entre las fuerzas mayoritarias para asegurar la gobernabilidad del país, y también la Corona.
2- Aplacar el secesionismo
Las próximas elecciones municipales y autonómicas van a dar poder inédito a los partidos secesionistas; en el País Vasco y Navarra, a Bildu; y en Cataluña, a ERC. Tanto el Parlamento vasco como el catalán han proclamado el "derecho a decidir", es decir, el derecho a la autodeterminación.
En el caso de la Generalitat es su única hoja de ruta. La sucesión se ha interpretado también como una vía para aplacar el soberanismo: Don Felipe ha intensificado su presencia en Cataluña en los últimos meses, y se le ve como auténtico mediador en este conflicto. El Príncipe de Girona ha asumido un papel que no se le había llegado a confiar a Juan Carlos I. Pero Felipe deberá transformar en acción política las buenas intenciones que ha mostrado.
3- "Las reformas"
Juan Carlos ha delgado en su sucesor para "emprender con determinación las transformaciones y reformas". Unido a los puntos anteriores, son muchas las voces que piden a los partidos políticos una reforma de calado de la Constitución, para mejorar el encaje autonómico (en concreto el catalán), pero también para que las nuevas generaciones, que el futuro rey representa, se sientan cómodas con la norma fundamental, al menos, otros 35 años más. Si la petición cuajara, Felipe VI alumbraría la nueva reforma de la Carta Magna, como ya hizo su padre en 1978.
4- Limpieza institucional
El futuro rey puede convertir su coronación en una profunda remodelación de la Casa Real, cada vez peor valorada por la sociedad, por la falta de transparencia y los casos de corrupción. Una monarquía más abierta y cercana es el principio de un lavado de cara a las instituciones del país, desde el poder legislativo hasta el judicial, que Felipe VI puede abanderar. Su nombre no ha salido manchado en ninguna de las polémicas reales, y su por ahora intacta imagen puede servirle para abanderar esta modernización en España.
5- Crisis económica
La crisis económica empieza a despejarse, pero no lo suficiente para que no prevalezcan, en palabras de Juan Carlos I, "las serias cicatrices en el tejido social". La monarquía, valedora de "todos los españoles", deberá seguir trabajando para que no se agrande la brecha social. Juan Carlos probó hace años impulsar el diálogo social entre Gobierno y agentes sociales, en un momento en que estaban encallados.
El desgaste y los polémicos viajes a África hicieron del Rey una figura poco idónea. Felipe VI tiene el reto de impulsar grandes pactos de Estado en materia económica, así como dar un mensaje de calma a una ciudadanía agotada por la recesión.
6- Imagen exterior
Seguido al punto anterior, está por ver si Felipe VI tendrá la misma mano que su padre en abrir camino a las empresas españolas en el exterior, y desencallar inversiones en España con su intervención.
El mandato de Juan Carlos I termina tras una intensiva agenda en Oriente Próximo, centrada en lo económico. Felipe VI, quizás no tan relacionado con los jeques como su padre, ha granjeado importantes amistades en América Latina. Y sin olvidar Europa.
Angela Merkel reconoció ayer que ha hablado "a menudo" con Juan Carlos I. ¿Podrá su hijo mantener esta agenda?