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Lista de países con calificación “Aaa” cada vez es más reducida

Reuters

El Reino Unido dejó de pertenecer al selecto grupo de países que tienen calificación “Aaa” según la agencia Moody’s Investors Service, la cual argumentó que debilidad en el panorama de crecimiento a mediano plazo al parecer se extenderá hasta la segunda mitad de la década.

Actualmente cinco países europeos y dos americanos poseen la calificación “Aaa”, estos son: Finlandia, Alemania, Luxemburgo, Holanda, Austria, Estados Unidos y Canadá.

La calificación que también afectó al Banco de Inglaterra dejó posicionado al Reino unido en la categoría “Aa1”.

La agencia agregó que, pese a considerables fortalezas económicas estructurales del Reino Unido, se espera que el crecimiento sea bajo por una combinación de débil actividad económica global y el lastre sobre la economía del país “por el actual proceso de desapalancamiento del sector público y privado”.

Además de esto la agencia de riesgos estadounidense aseguró, que la solvencia de éste país en materia económica sigue siendo alta debido a la fortaleza de crédito significativa del Reino Unido.

En declaraciones el ministro de Finanzas británico George Osborne prometió seguir con los planes económicos del gobierno.

“Hoy tenemos un cruel recordatorio de los problemas de deuda que afronta nuestro país, y la advertencia más clara posible para cualquiera que crea que podemos evitar afrontar esos problemas”, sostuvo Osborne en un comunicado.

Esta es la primera de las tres mayores agencias calificadoras en quitarle al Reino Unido su máxima calificación, aunque Standard & Poor’s y Fitch Ratings mantienen panoramas negativos.

Constructoras mexicanas perderían nota
Fitch Ratings dijo el viernes que podría bajar la calificación crediticia de las mayores constructoras de viviendas mexicanas Homex, Geo y Urbi, lo que desplomó el viernes el precio de las acciones del ya golpeado sector. La agencia colocó en “observación negativa” la nota de las constructoras ante presiones en su generación de efectivo, un aumento en los créditos para viviendas usadas en detrimento de los destinados a casas nuevas.