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Llegada de turistas argentinos sube ventas minoristas en Chile

Bloomberg

Desde que Macri asumió el mando en diciembre y eliminó los controles cambiarios, los argentinos han traspasado las fronteras en busca de gangas en los centros comerciales chilenos. La bonanza no podría haber llegado en mejor momento para el país austral, donde el lento crecimiento económico ha afectado las ventas minoristas. 

Los argentinos acuden regularmente a Chile para disfrutar de las playas a lo largo de la costa central. Pero a medida que los números comenzaron a subir el año pasado, fueron muchos los que notaron que los comercios en el país vecino tenían todo a mitad de precio o incluso más barato. Si tan sólo pudieran conseguir suficientes divisas extranjeras para hacer sus compras. Entonces llegó Macri.

En cuestión de días, el nuevo presidente puso fin al requisito de obtener la aprobación de las autoridades fiscales para comprar una cantidad limitada de dólares para sus viajes o ahorros.

La gente inmediatamente se apresuró a comprar divisas extranjeras, aun cuando el peso cayó hasta 30% frente al dólar en un día. Y tan pronto como tuvieron el dinero, cruzaron a Chile para gastarlo y el número de turistas se disparó.

En Chile no es difícil encontrar gangas si se compara con Argentina. Un televisor LED Samsung de 55 pulgadas curvado en Chile cuesta US$689 en la tienda Falabella, mientras que la misma tienda vende el mismo producto en Argentina por US$2.300.

La razón es que Argentina tiene un riguroso conjunto de regulaciones sobre la importación, entre ellas una tasa de 35% sobre computadoras, teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos, además de infinitos tributos más pequeños.

Chile, por el contrario, tiene 26 acuerdos comerciales con China, Estados Unidos y algunos bloques, incluida la Unión Europea, lo que significa que se puede encontrar allí casi cualquier marca que se desee y a un precio similar al de los Estados Unidos o Europa.

“Chile es el nuevo Miami”, dijo Marcelo Alonso, un argentino que hacía compras en el centro comercial Costanera Center, en Santiago. “Realmente es como Miami, pero un poco más cerca”, concluyó el gaucho.