Lo que está en juego en Argentina en la segunda vuelta que se celebrará el domingo
viernes, 17 de noviembre de 2023
Este 19 de noviembre Sergio Massa y Javier Milei miden nuevamente sus fuerzas. Argentina elegirá si mantiene su rumbo en la izquierda o gira hacia un libertario
Reuters
Los argentinos elegirán el 19 de noviembre a su próximo presidente en un disputado balotaje en el que se medirán el actual ministro de Economía, el peronista Sergio Massa, y el candidato libertario y sorpresa de los comicios Javier Milei.
A continuación los puntos más destacados sobre la elección, que de acuerdo a distintos sondeos no tendría un claro favorito:
¿Cuándo y dónde?
Los centros de votación estarán abiertos desde las 8:00 de la mañana, hora local hasta las 6:00 de la tarde, de este domingo. El resultado del conteo no tiene un horario establecido de publicación, aunque se espera que se difunda a partir de las 9:00 de la noche, hora local, momento hasta el que está vedada la difusión de estimaciones.
En Argentina el voto es obligatorio para las personas de entre 18 y 70 años de edad y opcional para aquellas de entre 16 y 17 y para mayores de 70. El padrón para las elecciones 2023 es de 35,4 millones de personas y los argentinos que viven en el exterior pueden participar de los comicios. En el balotaje triunfa el candidato que simplemente obtiene el mayor número de sufragios.
¿Qué se vota?
Los argentinos elegirán el domingo presidente y vicepresidente, que asumirán el cargo el 10 de diciembre y gobernarán hasta fines del 2027. En la primera vuelta realizada en octubre se eligió a 130 diputados nacionales y 24 senadores nacionales.
Los candidatos que competirán en el balotaje son Javier Milei, un economista de 53 años del partido libertario La Libertad Avanza (LLA), y Sergio Massa, el ministro de Economía de 51 años de la coalición oficialista Unión por la Patria (UP).
En el camino quedaron la candidata de la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio (JxC), un partido que gobernó Argentina entre el 2015 y el 2019, como también un peronista disidente y una postulante de la coalición Frente de Izquierda.
Lo que está en juego
Las elecciones de este año se presentan como las más inciertas de las últimas décadas debido al escaso margen existente entre los dos candidatos finalistas y los inmensos desafíos que deberá enfrentar el próximo Gobierno.
Quien salga electo tendrá la difícil tarea de recuperar una economía que tiene una inflación anual acumulada de 143%, reservas netas de divisas negativas, una moneda débil y un oneroso acuerdo por cumplir de US$44.000 millones con el Fondo Monetario Internacional.
Massa, que en las elecciones de octubre resultó el candidato más votado con 36,7% de los sufragios, es un representante moderado de la coalición peronista gobernante, que desde su asunción como ministro hace poco más de un año ha desplegado una batería de medidas para intentar contener, con pocos resultados, la inflación.
La candidatura de Massa es un fuerte reacomodamiento dentro del histórico partido hegemónico argentino, con un corrimiento de la poderosa vicepresidenta de centroizquierda Cristina Fernández de Kirchner del centro de la escena, en búsqueda de mayor sintonía con los mercados.
Milei, quien hasta dos años era un histriónico columnista de economía en la televisión, ha prometido que, si asume, realizará una reestructuración política y económica hasta el momento inédita en la historia de Argentina, que incluye la dolarización de su economía, la eliminación del banco central y una drástica reducción del rol del Estado.
Las propuestas radicales de Milei, que en octubre obtuvo 30% de los votos, agregan incertidumbre con respecto al futuro de Argentina, que atraviesa un "shock" político tras su inesperado ascenso.
Proyecciones
De acuerdo con sondeos recientes, el resultado está abierto para cualquiera de los candidatos, con estudios que indican una diferencia de solo uno o dos puntos porcentuales de un contendiente sobre el otro.
Por otro lado, las encuestas de opinión han mostrado este año una amplia falibilidad, ya que muy pocas anticiparon la victoria simbólica de La Libertad Avanza en las primarias de agosto y el triunfo de Massa en los comicios de octubre.