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Los bancos centrales no deberían tener miedo de sacudir los mercados según el BPI

Reuters

La entidad insistió en la necesidad de avanzar para asistir a las economías de la próxima recesión

Bloomberg

Los bancos centrales deberían aceptar que revertir la política monetaria de la era de la crisis será “accidentado” y no deben postergar hacerlo sólo por temor a perturbar los mercados financieros, según el Banco de Pagos Internacionales (BPI).

Claudio Borio, que está al frente del departamento de economía de la institución, instó a los funcionarios a avanzar, tanto para abordar los riesgos para la estabilidad financiera como para aislar a sus economías de la próxima recesión. En la práctica, el BPI es un banco para bancos centrales.

“Tenemos que normalizar la política y tenemos que hacerlo con pulso firme”, dijo en la entrevista que acompañó la publicación del Informe Anual del Banco de Pagos Internacionales. “Por pulso firme me refiero, en particular, a no temer a los aumentos de la volatilidad en tanto ésta se mantenga dentro de ciertos límites: dadas las condiciones iniciales, es probable que haya aumentos de volatilidad en el camino”.

Los comentarios de Borio, conocido asimismo por ir en contra del pensamiento convencional, surgen en un momento en que las principales autoridades monetarias del mundo se encaminan hacia configuraciones de política más normales a ritmos sumamente dispares. La Reserva Federal elevó las tasas de interés siete veces desde fines de 2015, el Banco de Inglaterra una vez y el BCE sólo ha anunciado que abandonará la compra de bonos este año, sin aumentos de la tasa hasta pasado el verano de 2019. El Banco de Japón todavía está aumentando el estímulo.

La visión de Borio contrasta con las declaraciones efectuadas hace una semana por el secretario del Tesoro estadounidense, Lawrence Summers, quien dijo que los bancos centrales deberían ser cautos a la hora de elevar las tasas de interés simplemente para controlar la inflación. En una alocución durante una conferencia del BCE en Portugal, donde señaló sus diferencias con el BPI, Summers dijo que las consecuencias de otra recesión en un futuro inmediato “superarían ampliamente” los problemas generados por precios levemente altos.

Después de aventurarse en territorio inexplorado con billones de dólares de estímulo -y en algunos casos tasas de interés inferiores a cero- para combatir la crisis financiera mundial, los bancos centrales se hallan en otra situación incierta al dar marcha atrás.

Uno de los detonantes este año fue el aumento de los rendimientos estadounidenses y un incremento repentino de la volatilidad en febrero, provocado por la preocupación por la inflación y un ajuste más rápido de la Fed. El Banco de Pagos Internacionales había advertido sobre una incipiente burbuja en los mercados a raíz de valuaciones excesivas. Para Borio, en la medida que los brotes de volatilidad se mantengan dentro de sus límites, no deberían frenar el camino hacia la salida.

“Es importante no desviarse del camino de la normalización siempre que esos bamboleos sean contenidos y no tengan un impacto sobre la economía real”, dijo.

Borio cuestionó anteriormente la evidencia que respalda la teoría de Summers del estancamiento de largo plazo, según la cual la economía se halla en una fase prolongada de crecimiento débil que justificaría tasas de interés bajas. El economista del BPI ha exhortado a rever la postura sobre la inflación y la fijación de las tasas de interés tras la globalización y la digitalización, diciendo que quizá se haya sobrestimado la capacidad de los bancos centrales para ajustar la inflación.

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