Globoeconomía

Los escasos frutos de las reformas agrarias en la región

Michelle Zayed Atallah

Un problema que tiene sus raíces arraigadas en los tiempos de la colonia y la conquista continúa azotando a los países latinoamericanos, además de despertar diversas opiniones sobre la mejor manera de solucionarlo: la repartición y producción de las tierras.

Actualmente, los expertos en el tema continúan debatiendo cuáles fueron los grandes errores que crearon una epidemia de crisis agrícolas alrededor de la región, después de que se tomara el primer paso para la redistribución de tierras con la revolución de México en 1911.

Algunos opinan que el país centroamericano es quien impuso la mejor política. Otros creen que fue Chile, con su enfoque en la modernización de los terrenos con pocos dueños, la más eficiente. En años más recientes se argumenta que Brasil ha sido quien mejor ha logrado revivir su producción y hacer la más competitiva. Sin embargo, sí existe un punto de acuerdo: la reforma agraria en Colombia ha sido de las más desastrosas del continente y está atrasada frente a países similares.

México: una historia de dos caras

El país azteca fue el reactor de las reformas agrarias con su revolución de hace 100 años, pero no fue un proceso fácil considerando que tomó gran parte del siglo veinte para lograr una repartición de las tierras.

Sin embargo, para 1992 se había repartido 100 millones de hectáreas que equivale a la mitad de la superficie territorial del país y cerca de dos tercios de la extensión rural. Además, se crearon  unas 30.000 comunidades que incluyeron a 3,1 millones de jefes de familia.

Darío Fajardo, profesor de la Universidad del Externado y consultor de la Organización para la Agricultura y Alimento de Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés) explicó que la reforma de México fue exitosa ya que creó un populismo que le otorgó acceso a los recursos a los campesinos.

No obstante, aunque hubo una repartición literal, la reforma falló en la evolución de la tecnología para mejorar la producción de bienes agrícolas y no logró adaptarse a la evolución industrial del resto del país. Por esta razón, la gran mayoría de los campesinos actualmente viven en condiciones de pobreza. Según el estudio “La Reforma Agraria y el nuevo orden en el campo peruano”, de Fernando Eguren, solo la mitad de las familias agrícolas se vieron beneficiadas por las reformas.

Chile: Tecnología para avanzar

En el caso del país del cono sur este mantuvo el modelo latifundista durante las primeras décadas del siglo. Fue tan solo hasta la llegada al poder del partido de la Democracia Cristiana que por medio de la iglesia Católica el país empezó a experimentar con la repartición de tierras.

Este proceso continuó hasta el gobierno de Salvador Allende. Para cuando se dio el golpe de estado en 1973, se habían repartido ya 4.400 predios agrícolas, que sumaban más de 6,4 millones de hectáreas. Pero al final solo se beneficiaron 9,2% de las  familias campesinas, ya que poco después, bajo el modelo neoliberal, se entregaron devuelta las tierras a empresarios que le apostaron a la modernización de la producción. Rafael Mejía, presidente del la Sociedad de Agricultores Colombianos aseguró que en “Chile se escogieron siete u ocho productos que se impulsaron y dejó que los otros se cayeran y desaparecieran”.

La novela colombiana

En el caso de Colombia el trayecto ha sido largo y sangriento ya que la reforma que comenzó en 1950 fue uno de los puntos que desató la guerra en el país. Tras más de 50 años debatiendo el tema y marginando a los campesinos gracias un programa de colonización de las tierras en las fronteras, hoy en día de las 21,5 millones de hectáreas que se pueden dedicar a la agricultura, apenas  3,8 millones se usan  para actividades agrícolas.

Eduardo Sarmiento, director de estudios de la Escuela Colombiana de Ingeniería  Julio Garavito, aseguró que la reforma de tierras del país fue tan inefectiva que esa es la razón por la cual la pobreza de la población rural es de 57%, la más alta de Latinoamérica. “El gran error es que el desarrollo agrícola se ha buscado a través de aumentar la productividad, pero la agricultura es una actividad inelástica y depende de la demanda, no de la oferta”.

Brasil produce solo lo que se demanda

Entre todos los países de la región, el gigante es quien ha trabajado recientemente en mejorar su sector agrario y ha logrado acumular éxitos importante. Eduardo Sarmiento, director de estudios de la Escuela Colombiana de Ingeniería, aseguró que Brasil es el país con la mejor reforma agraria ya que ha modificado su producción para ofertar solo los productos más demandados. “El mayor éxito lo consiguió Brasil en los últimos años gracias a un esfuerzo de la empresa estatal que promovió la operación intensiva de agua para producir  cereales, carne y productos lácteos, (los más demandados)”. Este país ha buscado combinar la distribución con el desarrollo.

Las opiniones

Rafael Mejía
Presidente de la Sociedad de Agricultores Colombianos
“La reformas agrarias en general han sido un fracaso porque aun se cree que la tierra es poder, pero la realidad es que el poder viene de lo que se produce sobre esta”.
Eduardo Sarmiento
Dir. de estudios de la Escuela Colombiana de ingeniería Julio Garavito
“Las políticas agrícolas en la región no han tenido los resultados esperados, porque se ha buscado parcelar el terreno para aumentar la producción y la clave es la demanda”.