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Los grandes ganadores y perdedores con la caída en el precio del petróleo

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Mientras algunos países, como Chile, sacan cuentas alegres porque el menor costo debería reducir el déficit de la balanza energética, otros, como Rusia y Venezuela, arriesgan profundizar el mal estado de sus economías debido a los menores ingresos que generará su principal producto de exportación.

En tanto, naciones como China y México tendrán efectos neutros, ya que son grandes exportadores e importadores de combustible y sus derivados. Con todo, los precios más baratos son un factor positivo para el PIB mundial y deberían añadir al menos 0,5% a la economía global en 2015, según Capital Economics.

Chile, EEUU y Asia aparecen como los más favorecidos

Los países más beneficiados con el reciente declive en el valor del crudo serán aquellos que importan más energía que la que exportan, es decir, aquellos que tienen un déficit en la balanza energética. En este grupo aparece Chile que, según Capital Economics y el Bank of America Merrill Lynch (BofAML), debería ser el más favorecido de América Latina.

En un informe publicado en octubre, los analistas para la región del banco estadounidense detallaron que Chile posee la mayor balanza comercial negativa de crudo y energía del bloque, que el año pasado llegó a US$14.400 millones, es decir, 5,3% del PIB.

Los expertos acotaron que una disminución de 10% en el precio del hidrocarburo generaría un impulso externo de 0,5% del PIB.

El costo más barato del petróleo también sería una buena noticia para Estados Unidos, el mayor consumidor y segundo mayor importador de crudo del mundo. El miércoles, el valor promedio de la bencina fue de US$2.74 el galón (3,8 litros), su menor nivel en cuatro años.

Los precios más bajos significan que los estadounidenses tienen más dinero para gastar, lo que es un buen augurio para esta temporada navideña. El Libro Beige de la Reserva Federal publicado hace dos días reveló que el gasto de los consumidores continuó su tendencia alcista en la mayoría de los distritos en octubre y noviembre.

"Algunos contactos vieron a los menores precios de la bencina como un factor que contribuye al mayor gasto en consumo", se leía en el reporte.

Sin embargo, el impacto del hidrocarburo más asequible es menor al que se daba en el pasado, ya que las internaciones se están volviendo menos importantes y la participación del petróleo como parte de la economía está descendiendo. La Administración de Información Energética de Estados Unidos estima que las importaciones netas de crudo caerán a 20% del consumo total en 2015, la menor proporción desde 1968.

Si bien el menor precio podría afectar a la industria de gas shale, los informantes de la Fed en Dakota del Norte –una de las regiones con mayor cantidad de reservas– esperan que la producción siga aumentando en los próximos dos años.

Gran parte de Asia también se beneficiará de la actual tendencia. En Singapur y Corea del Sur, los precios más bajos provocarán una ampliación en sus superávit de cuenta corriente.

Por su parte, India recibirá un impulso triple. Primero, las importaciones se volverán más baratas frente a las exportaciones, lo que es relevante si se considera que el crudo representa cerca de un tercio de sus internaciones. Segundo, el menor valor del hidrocarburo suavizará la inflación, lo que debería permitir bajar las tasas y alentar la inversión. Tercero, el combustible más barato recortará el déficit presupuestario, que actualmente está en 4,5% del PIB, al reducir los subsidios a la bencina y los fertilizantes.

En Europa, Polonia, Hungría y República Checa se verán favorecidos por el declive del petróleo, mientras que Turquía y Sudáfrica, que registran amplios déficit de energía y de cuenta corriente, podrían ver mejoradas sus posiciones de balanza de pago, según Capital Economics.

Venezuela, Rusia y la zona euro asoman como los más perjudicados

Los mercados más afectados por el retroceso en el precio del crudo son los grandes exportadores del combustible en América Latina, África, el Golfo Pérsico y Europa emergente.

Neil Shearing, economista jefe para mercados emergentes de Capital Economics, aseguró en un reciente informe que los mayores riesgos están en Venezuela, ya que un precio bajo amenaza con empujar a la economías hacia una crisis más profunda y llevará a que surjan nuevas dudas sobre la habilidad del gobierno de pagar su deuda externa. Según Deutsche Bank, Caracas necesita que el barril esté en US$162 para equilibrar su presupuesto, más del doble del precio actual cercano a US$70.

Rusia es otra de las economías más perjudicadas con el descenso del hidrocarburo. El gobierno admitió esta semana que la actividad se contraerá 0,8% el próximo año debido, entre otras cosas, a los menores ingresos de su principal producto de exportación. El presupuesto 2015 de Moscú supone un precio de US$100 el barril, lo que dificultará la tarea del presidente Vladimir Putin de cumplir sus promesas de gasto. En todo caso, la fuerte depreciación del rublo y las enormes reservas foráneas deberían servir como un cojín contra las fluctuaciones del crudo.

En el Golfo Pérsico, Irán será una de las naciones más dañadas por el bajo costo del petróleo, ya que necesita un valor de US$130,5 para equilibrar su erario, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional.

En el continente africano, Gana, que ya tiene problemas de balanza de pagos, y Nigeria, que tiene fuertes presiones presupuestarias por el gran tamaño de su población, se verán lastimadas por el menor precio del hidrocarburo.

La estatal brasileña Petrobras también saldría perdiendo, porque sus planes de inversión los proyectó con un precio de US$100 a 2017 y de US$95 en el largo plazo, por lo que podría paralizar nuevos proyectos. El menor precio también afectará a los estados y municipios locales, ya que la compañía pagará menos royalties. Tendências Consultoria estima que a US$80 el barril, el desembolso por este concepto disminuiría 5,9%.

Argentina, Ecuador y Canadá, todos exportadores de hidrocarburo, también sufrirán por el declive del combustible.

A pesar de no ser un productor, la zona euro también es parte del grupo de perdedores, porque es probable que el menor precio del petróleo lleve la inflación a terreno negativo, uno de los mayores temores del banco central.

China, Japón, México y Colombia tendrán efecto neutro

Dos países asiáticos y dos latinoamericanos experimentarán un efecto neutro frente a la reducción de los precios del petróleo: China, Japón, México y Colombia.

En la superficie, los menores costos benefician a Beijing, el mayor importador de crudo del planeta. El derrumbe de los precios "ayuda a que el país disminuya el costo de las importaciones y apuntale los depósitos de combustible lo que, a su vez, fortalecerá la seguridad energética", aseguró a Financial Times Li Yuan, analista de hidrocarburo de Oil Chem, un proveedor de información de petroquímicos.

Sin embargo, esto será contrarrestado porque China es también el cuarto mayor productor de combustible a nivel mundial, por lo que es tan vulnerable como las otras naciones petroleras. De hecho, la segunda mayor economía global ha estado inyectando más crudo que casi todos los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), excepto Arabia Saudita.

Japón importa casi todo el hidrocarburo que utiliza, pero los menores precios son una bendición mixta, porque este fenómeno dificultará la misión del gobierno del primer ministro Shinzo Abe de sacar a la tercera economía del planeta de su prolongada deflación.

Si bien México es un gran exportador de crudo, la nación también importa enormes cantidades de combustibles refinados, por lo que su posición energética general está cerca del equilibrio.

Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos reconoció que Colombia, el cuarto mayor productor de la región detrás de Venezuela, México y Brasil, se verá golpeada por el descenso en el precio del combustible, pero el impacto será compensado por la depreciación del peso local.

"El gobierno se ve favorecido por la devaluación. Los ingresos en dólares son superiores a los egresos en la moneda estadounidense", afirmó esta semana José Darío Uribe, gerente del banco central colombiano.