Los países de la región que están mejor posicionados para aprovechar el nearshoring
sábado, 19 de octubre de 2024
Uruguay, Chile y Costa Rica son los países de América Latina con mejores indicadores en logística, legal, seguridad y finanzas
El nearshoring, que se basa en la reubicación de las operaciones industriales en países cercanos o de la misma región para mejorar los procesos de producción y distribución comercial de las empresas, se ha convertido en una oportunidad para los países de América Latina para ser más competitivos aprovechando su cercanía con Estados Unidos.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, estima que la deslocalización o nearshoring podría impulsar las exportaciones anuales de bienes y servicios en América Latina y el Caribe en cerca de US$ 78.000 millones en el mediano plazo, y entre las industrias que ve mayor potencial está la automotriz, textil, farmacéutica y de energía renovable, entre otras.
El profesor de economía de la Universidad Católica de Chile y director del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales, Clapes, Felipe Larraín, y Carmen Cifuentes, economista de la Universidad Católica de Chile e investigadora del mismo centro, presentaron un índice regional acerca de cuáles son los países con mayor viabilidad para la relocalización de operaciones.
Se evaluaron cinco factores, el logístico, el legal, de estabilidad y seguridad, el de derechos de propiedad y el desarrollo financiero, basados en índices internacionales realizados por entidades como el Banco Mundial, World Justice Project y el International Property Rights Index. Con el puntaje asignado a cada indicador, Uruguay y Chile fueron los que obtuvieron la calificación global más alta: 1,2 y uno, respectivamente.
“Entre los puntos fuertes de Chile se incluye una mayor adhesión al estado de derecho, una mayor protección de los derechos de propiedad y un sistema financiero más desarrollado en comparación con México y el promedio regional, lo que lo convierte en una opción competitiva para el nearshoring”, dijo Cifuentes.
Colombia llegó a la décima posición pero con un puntaje de cero. En desempeño logístico tuvo 0,6, evaluado en el Logistics Performance Index de 2023; en el World Justice Project Rule of Law Index, también del año pasado, tuvo -0,3 puntos, en el Political Stability and Absence of Violence/Terrorism Index de 2022 obtuvo -1,2; en el International Property Rights Index (2023) logró 0,1, y el puntaje más alto lo tuvo en el Financial Development Index de 2021 con 0,7 puntos.
Los autores de la investigación destacaron que la creciente producción de gas natural de Colombia y su ubicación estratégica brindan acceso directo a los mercados de América del Norte, lo que reduce la dependencia de proveedores lejanos.
Después de Colombia, los demás países tienen puntuaciones negativas, incluyendo a México, que a pesar de que el BID lo catalogó como el principal destino por su proximidad a América del Norte, tiene 0,1 de calificación en este índice que va más allá de la ubicación geográfica.
“Si bien la proximidad a un importante mercado de consumo como Estados Unidos es una ventaja significativa, no es el único factor que determina el atractivo de un país para la deslocalización. Elementos críticos como el estado de derecho, las protecciones a la inversión, una infraestructura sólida y una fuerza laboral calificada son decisivos en las decisiones de reubicación”, dijo Larraín.
Esto también sucede con varios países de Centro América, que aunque están más cerca que los países del sur tienen una puntuación negativa. Este es el caso de República Dominicana (-0,3), El Salvador, (-0,4), Honduras (-0,5) y Nicaragua (-1). Pero los países que son menos viables para recibir proyectos de nearshoring son Haití y Venezuela con -1,8 y -1,9 respectivamente, ambos con puntajes de -2 en el indicador de violencia y terrorismo.
“La región debe beneficiarse del nearshoring, principalmente con América del Norte, con un potencial de US$78.000 millones, uS$64.000 millones en bienes y US$14.000 millones en servicios. En particular, México, Centroamérica y el Caribe tienen la proximidad y los fuertes lazos comerciales para aprovechar al máximo esta tendencia”, dijo Tracy Francis, managing partner de América Latina de McKinsey & Company; para aprovechar esta oportunidad, los países deben trabajar en sus puntos débiles en cada caso (ver gráfico).
Los retos regionales
La investigación arrojan que la mitad de los países no están lo suficientemente preparados para ser receptores de inversión extranjera de este tipo, o por lo menos no son tan competitivos para atraer los proyectos de nearshoring a su territorio.
Por ello para que los beneficios aterricen en los países de América Latina, Larraín y Cifuentes afirman que se debe trabajar en garantizarle a los inversionistas extranjeros que su propiedad intelectual, sus intereses comerciales y sus inversiones operativas estarán protegidas.
“Las protecciones a las inversiones y las consideraciones fiscales son cruciales para determinar las decisiones de reubicación, ya que brindan la seguridad que buscan los inversionistas. Para aumentar el atractivo a largo plazo, la región también debe garantizar una fuerza laboral calificada. Esto es clave para maximizar beneficios de la inversión entrante.
Los beneficios potenciales del nearshoring en América Latina
Los investigadores señalan que se crea nuevas oportunidades de empleo en sectores como la manufactura, la tecnología y los servicios especializados.También se integra a los países receptores en las cadenas de suministro globales, lo que aumenta su importancia en el comercio internacional.
También llega tecnología avanzadas y prácticas de gestión que permiten a los países receptores desarrollar sus propias capacidades de producción, y esto puede conducir inversión en infraestructura crítica, como puertos, aeropuertos y comunicaciones.