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Lula da Silva dijo que buscará aumentar los salarios en el día de los trabajadores

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El presidente de Brasil anunció que buscará implementar mejoras en los ingresos y menos presión impositiva para los asalariados

El Observador - Montevideo

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, al comenzar su quinto mes de asunción de su tercer mandato, anunció que enviará al Congreso un proyecto de ley para garantizar que el salario mínimo sea reajustado por encima de la tasa de inflación del año anterior.

Lula anunció en un mensaje por radio y televisión que para que el aumento de este año sea mayor que la tasa de inflación, a partir del 1° de mayo, el salario mínimo será de US$4.264, lo que implica un incremento de 2,8%.

“Es un aumento pequeño, pero real, por encima de la inflación, por primera vez después de seis años”, afirmó Lula y recordó que desde la asunción de Jair Bolsonaro en la presidencia, el salario mínimo fue perdiendo contra los precios.

El veterano líder sindical, que en las últimas semanas se sumó a las iniciativas por la paz entre Rusia y Ucrania, dijo que, para garantizar la permanencia de esos aumentos, enviará al Congreso el proyecto de ley para que el cálculo sea una ecuación que tome en cuenta no solo la inflación sino también el crecimiento económico del país.

Si bien en 2022, el PIB de Brasil creció el 2,9%, por encima de lo pronosticado, el primer trimestre de este 2023 creció apenas 1,6%, cuando lo proyectado en noviembre del año pasado era del 2,3%.

No obstante, Lula quiere dar señales de mejorar los ingresos de los trabajadores. “Pueden estar seguros de que, hasta el final de mi mandato, el salario mínimo volverá a ser el gran instrumento de transformación social que fue en el pasado, cuando creció 74% encima de la inflación”, afirmó.

El líder del Partido Trabalhista es partidario de impulsar la producción a partir del consumo. “Es necesario recordar que la apreciación del salario mínimo no es esencial tan sólo para quien gana el salario mínimo. Con más dinero en circulación, las ventas del comercio aumentan, la industria produce más, la rueda de la economía vuelve a girar y nuevos empleos son creados”, dijo.

También dio una señal de recaudar menos dinero a partir del impuesto al salario. En ese sentido, señaló que el llamado mínimo no imponible, a partir de mayo, tendrá como punto de partida a quienes tengan un salario de US$528 mensuales. Hasta ahora regía para quienes percibían US$308.

Lula se comprometió a que, al final de su mandato, el 31 de diciembre de 2026, los asalariados exentos de ese tributo tendrán como piso US$1.000. La exención impositiva beneficiará a 13 millones de asalariados contribuyentes mientras que el incremento del salario mínimo impacta directa o indirectamente a 25% de los brasileños, según los cálculos del diario O Globo en base a datos oficiales.

Lula recordó que, en sus dos mandatos anteriores, Brasil tuvo una generación récord de empleos, que el salario mínimo siempre fue reajustado por encima de la inflación y que los derechos laborales fueron garantizados.

“Todo empeoró en los últimos años. El empleo desapareció. Los salarios perdieron poder de compra. La inflación subió. Los intereses dispararon. Y derechos conquistados a lo largo de décadas fueron destruidos de un día al otro”, dijo.

Lula dijo que desde que volvió a la Presidencia está trabajando para recuperar las conquistas perdidas por los trabajadores.

Horas después de los anuncios de Lula, Jair Bolsonaro realizó su primer acto público desde que dejó la Presidencia. El expresidente participó de una de las mayores ferias agrícolas del país junto al gobernador de San Pablo, Tarcísio de Freitas.

“Somos un gran país y podemos ser una superpotencia agrícola”, dijo Bolsonaro ante una audiencia que le resulta cercana. El sector de empresarios agroganaderos lo apoyó durante su mandato y el líder derechista quiere mantenerlo fiel ante el embate judicial y mediático que tiene desde que volvió de Estados Unidos.

Las investigaciones judiciales de las que es objeto han tenido a Bolsonaro bastante ocupado desde que volvió de Florida. Ya ha tenido que prestar declaración ante la policía por su rol en el asalto a los tres poderes del Estado en Brasilia el pasado 8 de enero y por las joyas que intentó quedarse y eran un regalo de la familia real saudita.

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