Mayor inflación: el caso de Venezuela y Argentina tras congelar precios de alimentos
lunes, 17 de octubre de 2022
La ministra de Trabajo aseguró que no se descarta una "congelación de la canasta básica", lo que podría subir el IPC al corregir el tipo de cambio
La inflación es uno de los mayores retos que ha enfrentado la economía mundial este año. La guerra entre Rusia y Ucrania ha generado un incremento en los precios de la energía en Europa, mientras que en el resto de mundo ha provocado un aumento en los precios de los alimentos debido a la subida del valor de los fertilizantes, pues Rusia es el principal proveedor de estos insumos.
Pese a los esfuerzos de los bancos centrales de todo el mundo para tratar de reducir la inflación por medio de la subida de las tasas de intervención, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) continúa creciendo. En Colombia, la inflación acumulada hasta septiembre llegó a 10,8% y la interanual a 11,44%, marcando un nuevo récord de dos décadas, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
Recientemente, la ministra de Trabajo, Gloria Ines Ramirez, planteó que no se descartaba “una congelación de la canasta básica, porque el incremento del salario es de 10% y cuando los productos básicos del hogar aumentan 12%, esto genera que el valor adquisitivo quede superior por los costos”.
Esta medida ha sido implementada en otros países de la región como Ecuador, Venezuela, Argentina y este año en Panamá. Pero, ¿cómo les ha ido a sus economías?, y ¿qué tan conveniente es para Colombia hacerlo?
"Si Colombia decide congelar los precios de los productos de la canasta familiar, podría experimentar una aceleración inflacionaria en el momento que descongele los valores y corrija el tipo de cambio", dijo José Arango, analista económico.
En 2011, Venezuela decidió congelar los precios de los alimentos para tratar de hacer frente a la inflación que en ese momento se encontraba en 23%. Además, desde 2003 el Gobierno venezolano realiza un control de precios a los productos considerados de primera necesidad, como el arroz y el aceite. Lo que impide que agentes externos afecten de manera agresiva el valor de los artículos de la canasta familiar.
Sin embargo, estos precios se convirtieron en valores artificiales, pues no evidenciaban la situación real de la oferta y la demanda. Además, al terminar con la medida y descongelar los precios, los efectos se empezaron a sentir y el IPC aumentó a máximos, esto, sumado con la inestabilidad política y económica del país genero que llegaran a la hiperinflación, de la cual, hasta inicio de este año lograron salir, aunque aún tienen la inflación más alta de la región (111,8% acumulada y 157% interanual).
“Esta aceleración de la tasa de inflación ocurre en un contexto de significativa intervención del BCV (Banco Central de Venezuela) en el mercado cambiario para procurar estabilizar la tasa de cambio”, aseguró el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
Otro de los países que ha implementado el congelamiento de precios es Argentina, donde el presidente, Alberto Fernández, creó el programa ‘Precios Cuidados’ con el que efectúa un control a los costos de los alimentos. Sin embargo, esto no ha tenido buenos resultados hasta el momento, pues su inflación continúa creciendo y es la segunda más alta de América Latina, con un IPC interanual de 83%, la cifra más elevada de los últimos 30 años.