México y Brasil son los países latinoamericanos que ganan con la guerra comercial
jueves, 7 de noviembre de 2019
Un informe de la Unctad reveló la lista de países hacia donde se está desviando lo que ha dejado de vender China.
María Paula Aristizábal Bedoya
Un informe publicado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), titulado “Comercio y efectos de la desviación del comercio de los aranceles de los Estados Unidos sobre China”, reveló que Taiwán y México y el bloque de la Unión Europea son los mayores beneficiados por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Esta desviación en el comercio mundial se calcula en aproximadamente US$35.000 millones, es decir, esta cifra es lo que dejó de vender China a EE.UU. El estudio reveló que de ese total, al menos US$21.000 millones se desviaron a otros países, mientras que los US$14.000 millones restantes se consideran perdidos o capturados por los productores estadounidenses.
Entre la lista de países receptores de lo que dejó de venderle China a EE.UU., solo México y Brasil figuran como mercados latinoamericanos, con una suma de US$3.570 millones y US$451 millones en exportaciones al país americano, respectivamente.
Los nuevos aranceles que Estados Unidos le impuso a China han hecho que el mercado se reacomode y varios países se beneficien de ello. Así, de acuerdo con el informe publicado por la Unctad, los cinco países que más se beneficiaron durante el primer semestre de 2019 fueron Taiwán, con US$4.217 millones en exportaciones a EE.UU.; le sigue México (US$3.570 millones), la Unión Europea (US$2.681 millones), Vietnam (US$2.601 millones) y en el quinto lugar está Japón (US$1.540 millones).
La lista de los grandes ganadores a raíz de esta guerra la continúan Canadá, Corea del Sur e India, cada uno con exportaciones de US$1.197 millones, US$1.115 millones y US$755 millones.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha sido un rifirrafe entre las dos potencias. Para enero de 2018, EE.UU. impuso aranceles a los paneles solares y a las lavadoras importadas de todo el mundo y en marzo de ese año tomó la misma medida en contra de las importaciones de acero y aluminio. La reacción de China no se hizo esperar y para abril impuso aranceles a 120 diferentes tipos de productos estadounidenses por el orden de los US$3.000 millones.
En julio de ese año, el Gobierno de Donald Trump anunció nuevos aranceles a China por US$34.000 millones a partes de aeronaves, semiconductores y microscopios, por lo que China decidió imponerle aranceles a la soja, trigo, vehículos eléctricos, whisky, mariscos, y cigarrillos por el mismo monto: US$34.000 millones. En agosto se presentó una situación similar, tanto EE.UU. como China se impusieron aranceles mutuamente por US$16.000 millones. En septiembre, EE.UU., añadió aranceles del 10% sobre varios productos chinos por US$200.000 millones y China le respondió gravando otros bienes estadounidenses valorados en US$60.000 millones.
Debido a esta tensión comercial, durante el primer semestre de 2019 se presentó una disminución cercana al 25% en las importaciones de productos arancelarios como consecuencia de los nuevos impuestos de Trump hacia China. De acuerdo con el informe, si bien esta cifra tiene un peso importante en la economía asiática, también es la muestra de la solidez que tiene la manufactura e industria asiática, pues esta cifra también “muestra la competitividad de las empresas chinas, que a pesar de los aranceles sustanciales, aún pudieron mantener 75% de sus exportaciones a los Estados Unidos”, reza el informe.
Luis García, PhD. en Economía y profesor universitario, recordó que cuando se imponen aranceles, hay ganadores y perdedores como en todo juego. “Los mayores ganadores en este caso son los empresarios locales, porque reciben mayores pagos en sus productos y ganan mercado, mientras que los consumidores se convierten en los perdedores porque empiezan a pagar más caro los productos”, dijo.
Alessandro Nicita, economista de la División de Análisis Comercial y de la División de Comercio Internacional y Productos Básicos del Unctad, señaló que el documento “encuentra evidencia sustancial de que los aranceles de EE.UU. han resultado en un fuerte disminución de las importaciones de ese país desde China”. Agregó que dicha disminución en el comercio “fue reemplazada en parte por un aumento en las importaciones de los EE.UU. desde otros lugares”.
A pesar de las señales que han dado las dos economías sobre un acuerdo comercial, prevalece la incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir. Si bien los presidentes Donald Trump y Xi Jinping tenían confirmado un encuentro en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec) que se celebraría en Chile, este fue cancelado por el presidente Sebastián Piñera a raíz de la ola de protestas que ha vivido ese país. Ayer, Reuters informó que la firma de la primera fase de un acuerdo comercial podría retrasarse hasta diciembre, ya que aún están discutiendo algunos términos y el lugar, del cual se ha propuesta a Suiza o Suecia.
Al respecto, García cree que esto “se mantendrá por un tiempo. Si bien ya no hay más margen para imponer más aranceles, estas negociaciones pueden tardar más tiempo en concretarse. Toca esperar”.
Tanto EE.UU. como China han sido afectados por la guerra comercial
Si bien esta guerra arancelaria ha desestabilizado a la economía mundial, los grandes perdedores de esta guerra son, sin duda, sus dos actores: Estados Unidos y China. En el caso del país americano, la economía se ha visto afectada por el alza en el costo de los productos para los consumidores, mientras que en la economía asiática ha incidido en gran medida la caída en las exportaciones. Si bien está sobre la mesa un posible acuerdo entre las dos potencias, de llegarse a dar, los resultados no serían inmediatos.