Milei debe dolarizar rápido, dice Francisco Zalles, el experto que lo hizo en Ecuador
miércoles, 13 de septiembre de 2023
Solo hay que seguir adelante y convertir el dólar en la moneda oficial del país, afirma Francisco Zalles y hacerlo rápido
Bloomberg
Argentina prácticamente no tiene dólares. Lo cual, según los críticos, es un gran impedimento para el plan del candidato presidencial Javier Milei de dolarizar la economía devastada por la crisis. Incluso los propios asesores de Milei están empezando a inquietarse por lo vacías que están las arcas.
Pero si se le pregunta al economista Francisco Zalles sobre este problema, se burla. Solo hay que seguir adelante y convertir el dólar en la moneda oficial del país, afirma, y hacerlo rápido. Cuanto más rápido se haga, más rápido se estabilizará la inflación. Entonces podrán bajar las tasas de interés y empezar a entrar dólares, allanando el camino para el crecimiento.
Zalles no es un economista cualquiera. Es uno de los pocos en el mundo con experiencia en este tipo de procesos, ya que lo hizo en su Ecuador natal hace dos décadas. Las condiciones de entonces —una inflación galopante, la caída de la moneda, el estancamiento del crecimiento— eran muy similares a las de la Argentina actual. Y aunque la trayectoria económica de Ecuador ha sido desigual desde entonces, una cosa es cierta: la inflación desenfrenada que empobrecía a la gente mes tras mes desapareció.
“Para que el plan de Milei funcione, no necesita nada”, dijo en una entrevista Zalles, que más tarde trabajaría en Greylock Capital Management. “Solo necesita dolarizar”.
Para muchos escépticos, la visión de Zalles es peligrosamente optimista, incluso temeraria. Sin dólares para defender el tipo de cambio —se calcula que las reservas internacionales netas de Argentina son negativas en US$10.000 millones—, deshacerse del peso puede provocar un colapso de la moneda que desencadene una hiperinflación, una posible corrida bancaria y descontento social por la desaparición de los ahorros.
“El tema dolarizar sin dólares... es como decir que quieres que toda la población use tenis Nike, pues no los fabricas y no los tienes y no tienes recursos para comprarlos”, afirmó Alejandro Werner, exdirector del FMI para el hemisferio occidental. “Es imposible.”
Zalles —y Milei— reconocen que la dolarización es una medida drástica, pero argumenta que es la cura para lo que, después de todo, es una situación extrema.
Los datos de inflación que se publicarán el miércoles probablemente mostrarán que los precios registraron un aumento mensual de dos dígitos en agosto, la mayor alza desde que Argentina salió de la hiperinflación hace tres décadas. La economía está al borde de su sexta recesión en una década, 40% de la población vive por debajo del umbral de pobreza y el peso está en caída libre en los mercados paralelos.
Desde su sorpresiva victoria en las primarias de agosto, que llevó al Gobierno a devaluar el peso en 18%, los planes radicales de Milei han acaparado la atención de Wall Street. Pero aún faltan detalles clave, como la forma exacta en que se implementarán las medidas. Algunos de sus asesores han comenzado a retractarse de algunos aspectos de las propuestas en medio de un aluvión de críticas, diciendo que el libertario no dolarizaría de inmediato si no hay dólares en el banco central, que Milei en realidad tampoco tiene la intención de cerrar, sostienen.
Zalles resta importancia a las grandes preocupaciones. Hay reservas brutas a las que recurrir, dice, y el creciente uso de dólares ayudará a facilitar el proceso. Aunque los argentinos todavía no han recurrido al pago en dólares de las transacciones diarias, las grandes compras —desde apartamentos hasta automóviles, muebles, productos electrónicos y electrodomésticos— se realizan cada vez más en la divisa estadounidense. Se calcula que los argentinos tienen US$200.000 millones en efectivo fuera del sistema bancario dentro del país y otros US$250.000 millones en cuentas en el extranjero.
Una vez que se dolarice, ese dinero fluirá hacia el sistema, argumenta Zalles, y calmará los temores sobre una posible corrida bancaria, similar a lo que ocurrió en Ecuador a principios del año 2000, cuando Zalles y otros dos economistas supervisaron el cambio del sucre a la moneda estadounidense.
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