Miles despiden a expresidente Alberto Fujimori, cuya muerte vuelve a dividir a Perú
viernes, 13 de septiembre de 2024
La presidenta Dina Boluarte decretó tres días de duelo nacional hasta el sábado, una decisión que ha sido fuertemente criticada
Reuters
La muerte del expresidente Alberto Fujimori reavivó la polarización política de Perú, con miles de seguidores que lo despidieron el viernes con un "héroe" mientras que otros señalaban los abusos que cometió para mantenerse una década en el poder.
La presidenta Dina Boluarte decretó tres días de duelo nacional hasta el sábado, una decisión que ha sido fuertemente criticada por opositores de izquierda y familiares de las víctimas durante una lucha armada entre fuerzas de seguridad y el grupo Sendero Luminoso.
En la sede del Museo de la Nación, donde velan los restos de Fujimori, mujeres y hombres que han llegado desde distintas partes del país hacían largas filas para ver durante 20 segundos el rostro del exmandatario, que murió el miércoles de cáncer.
"Por él se acabó el terrorismo", dijo Felicita Ruíz, una mujer de la región andina de Ayacucho, cuna del grupo insurgente Sendero Luminoso cuya guerra dejó 69.000 muertos y desaparecidos entre civiles y militares, según una Comisión de la Verdad. "Yo lo quiero mucho, él ha sido el mejor presidente de Perú", acotó.
Fujimori también es querido porque sacó a Perú de una severa crisis económica en la década de 1990, derrotando una hiperinflación y fijando una política de libre mercado que hizo del país por un tiempo en una de las economías mas estables de América Latina.
Su estilo autoritario para gobernar pacificó al país, según analistas, y tras aprobar incentivos tributarios atrajo la inversión principalmente extranjera en sectores claves como la minería, reduciendo drásticamente los niveles de pobreza.
Ofensa para las víctimas
Pero las matanzas que cometieron grupos militares secretos y las denuncias de corrupción mellaron la figura de Fujimori, quien huyó a Japón en 2000 tras la difusión de videos donde se ve a su más cercano asesor dando fajos de dinero a legisladores, empresarios y magistrados para que apoyen al Gobierno.
Fujimori fue condenado en 2007 a 25 años de prisión por ser "autor mediato" del asesinato de 25 personas, entre ellos un niño. Salió de prisión en diciembre gracias a un indulto. "Este homenaje es una ofensa", dijo María Carbajal, una de las miles de mujeres esterilizadas a la fuerza en el marco de un programa de Fujimori para reducir la pobreza.
"No odiamos a Fujimori, pero una cosa es dignidad y memoria", señaló la mujer que dice fue esterilizada a los 26 años tras parir un hijo.
Al velatorio de Fujimori, transmitido en vivo por algunos canales de la televisión, acudieron políticos de derecha y algunos adversarios que pasaron brevemente por el ataúd escoltado por cuatro militares uniformados, en una sala acondicionada y llena de arreglos florales. Boluarte acudió el velatorio el jueves.
"Es una vergüenza porque estás reconociendo a alguien que el propio Estado lo condenó y lo condenó por estos graves delitos", dijo Gisela Ortíz, hermana de un estudiante asesinado en la época de Fujimori a una radioemisora local. Perú vive en constante incertidumbre, con disputas entre los poderes de Estado que han generado destituciones y renuncias de hasta seis presidentes en los últimos siete años.
Casi todos los presidentes que ha tenido el país en las últimas cuatro décadas han sido investigados por corrupción o abusos de poder. Cuatro han estado en prisión, de los cuales dos aún siguen tras las rejas esperado por una posible condena.
"Veo estos días en las redes por la muerte de Fujimori una polarización enorme, donde lo odias o lo amas", dijo el analista político y periodista Augusto Álvarez Rodrich en una entrevista a la estación de televisión por cable Canal N.
Keiko Fujimori, que ha postulado sin éxito tres veces a la presidencia, había anunciado en julio que su padre iba a ser el candidato en los comicios del 2026, en un país donde el "antifujimorismo" se ha convertido en una fuerza política. "Tenía la esperanza de que volviera ser presidente", dijo sollozando Yusi Canchari, quien viajó por horas a Lima y aguardaba su turno para ver al exmandatario.