Militares y policías ecuatorianos realizan redadas, mientras presos retienen a personal
jueves, 11 de enero de 2024
Sólo hay unos 2.600 guardias penitenciarios en Ecuador para encargarse de unos 32.000 presos, sin incluir los centros de detención juvenil
Reuters
Fuerzas de seguridad en Ecuador realizaban el jueves redadas e incautaciones de armas, luego de que el Gobierno prometió una guerra contra las bandas criminales, pero cerca de 180 miembros del personal penitenciario seguían rehenes de los reclusos en varias cárceles.
El aumento de la violencia esta semana -incluido el asalto de una estación de televisión en vivo- parecía ser una respuesta de las bandas a los planes del nuevo presidente Daniel Noboa para abordar una grave crisis de seguridad.
Noboa se ha comprometido, entre otras cosas, a trasladar a los líderes encarcelados de las bandas a nuevas prisiones de alta seguridad. Se espera que el Gobierno comparta el jueves detalles sobre las instalaciones previstas.
El mandatario declaró un estado de emergencia de 60 días, envió al ejército a las calles y señaló a 22 bandas delictivas como grupos terroristas, y dijo el miércoles que esperaba ayuda estadounidense en unos días.
Noboa de 36 años, que asumió el cargo en noviembre, disfruta hasta ahora del respaldo de la Asamblea Nacional, que votó unánimemente el miércoles por la noche el respaldó a sus esfuerzos de seguridad.
Hay escasa información sobre el estado de los 158 guías y 20 funcionarios administrativos que fueron tomados como rehenes desde el lunes en al menos siete prisiones.
"La situación es bastante preocupante, todavía no sabemos las condiciones en las que se encuentran en el interior. Nadie entra, nadie sale, no tenemos datos específicos de lo que está pasando", dijo Carlos Ordóñez, vicepresidente de la asociación de guías penitenciarios a Reuters. "Estamos impotentes".
Ordóñez dijo que los militares se han hecho cargo del manejo de los sitios donde hay rehenes.
Aunque en las redes sociales han circulado vídeos que pretenden mostrar al personal penitenciario siendo sometido a violencia extrema, incluidos disparos y ahorcamiento, el comandante de las Fuerzas Armadas, el contralmirante Jaime Vela, dijo el miércoles que ningún rehén había sido asesinado.
Reuters no pudo verificar de inmediato los videos.
"Hasta ahora entendemos y tenemos la esperanza de que no sean mis compañeros los que aparecen en esos videos. Creemos que todos todavía están vivos", dijo Ordóñez, al señalar que presentaron una petición de 'habeas corpus' (amparo) para tratar de presionar al Gobierno para que tome más acciones.
Sólo hay unos 2.600 guardias penitenciarios en Ecuador para encargarse de unos 32.000 presos, sin incluir los centros de detención juvenil, según Ordónez.
"Le pedimos (al presidente) la libertad de mis compañeros y luego que se mejoren las condiciones laborales", agregó.
La agencia penitenciaria Snai dijo el jueves en un comunicado que se habían producido disturbios durante la noche en dos prisiones y la fuga de tres reclusos de otra.
Las operaciones para liberar a los rehenes están en curso, añadió.
Operaciones
La policía descartó la presencia de un explosivo luego de un reporte de una posible bomba en Quito, mientras los militares realizaban redadas e incautaciones de armas en todo el país.
Alrededor de nueve agentes de policía han sido secuestrados y luego liberados en los últimos días. No estaba claro cuántos siguen detenidos.
Ecuador limita con Colombia y Perú, productores de cocaína, y se ha convertido en un importante punto de envío. Sus dos vecinos han intensificado los controles en sus fronteras.
Las calles de Quito y Guayaquil permanecían más tranquilas de lo normal el jueves, con las clases escolares transcurriendo virtualmente y mucha gente trabajando desde casa, bajo un toque de queda desde las once de la noche a las cinco de la madrugada.
Las imágenes de hombres armados tomando el control de un estudio de la emisora pública TC el martes fueron transmitidas en vivo durante unos 20 minutos y fueron noticia en todo el mundo.
Alina Manrique, una periodista de 39 años que se encontraba entre los rehenes, dijo que temía que la mataran y que imaginaba no volver a ver a sus hijos nunca más.
Ser rescatada por la policía después de que los pistoleros se rindieron fue "como volver a nacer", dijo.
"Para mí es claro de que todo el mundo ve lo que eran capaces de hacer a las dos de la tarde, o sea eran capaces de tomar por asalto un canal de televisión y poner de rodillas a 50 periodistas, a una ciudad, a un país", dijo Manrique.
El colega de Manrique, José Luis Calderón, dijo el miércoles a Reuters que los pistoleros dijeron varias veces que eran parte de La Firma, una banda asociada con el grupo criminal Los Choneros, una de las que Noboa señaló como grupo terrorista.
La aparente fuga de prisión del líder de Los Choneros, Adolfo Macías, durante el fin de semana contribuyó a la decisión de Noboa de declarar el estado de emergencia.