Globoeconomía

Movistar y Vodafone luchan con las ‘low cost’

Expansión - Madrid

Las operadoras tradicionales de telefonía móvil viven desde hace unos años una encarnizada lucha por mantener a sus clientes frente al imparable avance de las Operadoras Low Cost (Omvs). Pero esta batalla no es nueva, y la balanza no siempre ha estado a favor de estas compañías que han revolucionado el mercado de las telecomunicaciones.

En 2006 la Comisión Europea autorizó a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones para que pudiera obligar a las operadoras a alquilar sus redes a otras compañías. De esta forma nacieron Carrefour Móvil, Euskaltel, The Phone House o Lebara, los primeros firmas alternativos que llegaban para romper la escasa competencia y los elevados precios del sector.

Ese mismo año, Amena apostaba por la primera tarifa plana de voz del mercado, a la que no tardarían en seguir las de Vodafone o Movistar con precios que actualmente nos pueden parecer desorbitados. La tarifa Planazo Total de Movistar ofrecía 1.500 minutos mensuales por US$214 sin IVA. Con estos precios, no era de extrañar que triunfara el prepago.

Pero lo que realmente se cocía en el sector no era tan conocido. Además del nacimiento de una nueva operadora con línea propia, Yoigo, nacieron otras operadoras móviles virtuales (con alquiler de línea) como MásMóvil, Pepephone o Symio, actores claves en la guerra de precios móviles actual. La aparición de más competencia obligó a las operadoras tradicionales a afianzar su cartera de clientes. De esta forma, entre 2009 y 2010 comenzaron a bajar los precios de las tarifas de contrato y a ofrecer tarifas planas con voz y datos más adaptadas al cliente, o por lo menos con más opciones donde elegir.

Un cambio en la tendencia de las comunicaciones

La llegada de las tarifas infinitas y de los paquetes combinados con fijo + móvil marcó un punto de inflexión en el sector. Yoigo lanzó sus tarifas infinitas en un proceso al que llamó ‘Yoiguización’, que consistía en captar clientes. Más tarde fue Vodafone quien apostó por RED, una serie de planes de precios en los que el usuario no tiene límite de minutos para hablar. Pero el gran bombazo de 2012 fue Movistar Fusión, una tarifa que combinaba la factura de móvil y de fijo y que ofrecía un importante descuento.