Nueva Zelanda anunció que no reconocerá a Palestina tras romper con sus socios
viernes, 26 de septiembre de 2025
Francia se convirtió el lunes en la última nación importante en reconocer al Estado de Palestina, después del Reino Unido, Canadá y Australia
Bloomberg
El gobierno de Nueva Zelanda dijo que no reconocerá un estado palestino por ahora, una medida inesperada que lo coloca en desventaja respecto de socios tradicionales como Australia, el Reino Unido y Canadá.
“Con una guerra en pleno apogeo, Hamás como gobierno de facto en Gaza y sin claridad sobre los próximos pasos, persisten demasiadas dudas sobre el futuro Estado de Palestina como para que sea prudente que Nueva Zelanda anuncie su reconocimiento en este momento”, declaró el ministro de Asuntos Exteriores, Winston Peters, en un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York el viernes. Sin embargo, la postura de Nueva Zelanda sigue siendo que “es una cuestión de cuándo, no de si reconocemos el Estado de Palestina”, añadió.
La sorpresiva decisión de Nueva Zelanda la contradice con el creciente coro de naciones occidentales que reconocieron formalmente un Estado palestino en vísperas de la Asamblea General de la ONU. Peters habló apenas horas después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, criticara duramente a esos países, afirmando que el mensaje que enviaban a Hamás era que "asesinar judíos tiene recompensa".
Francia se convirtió el lunes en la última nación importante en reconocer al Estado de Palestina, después del Reino Unido, Canadá y Australia. Peters dijo que Nueva Zelanda mantendrá su posición actual de apoyar una solución de dos estados y la autodeterminación palestina.
“Reconoceremos un Estado palestino cuando llegue el momento”, afirmó. “Lo que buscamos ahora son acciones concretas para la plena viabilidad y legitimidad del Estado de Palestina, más que retórica en ese sentido”. El principal partido opositor de Nueva Zelanda, el Partido Laborista, dijo que la negativa del gobierno a reconocer a Palestina como Estado es “una vergüenza” que “coloca a nuestro país en el lado equivocado de la historia”.